lunes, 3 de diciembre de 2012

A pacientes y discípulos.

Madrid, 1 de diciembre de 2012















Nada tenemos para ocultar. De nada ni de nadie nos tenemos que defender.







La vida, décadas de práctica dando lo mejor de nosotros y miles de alumnos y pacientes en doce países, son, han sido y serán nuestra única respuesta frente a la manipulación tendenciosa de la información, la violación de la intimidad del acto médico, las cámaras ocultas ocultando oscuros intereses, la chismografía amarillista, la calumnia y, sobre todo, la falta de respeto por la familia de quienes han partido. Fermín, yo más que nadie puedo dar testimonio, ha sido un médico a carta cabal, comprometido como el que más, amigo de sus amigos y de sus pacientes, apasionado por la causa de la salud. Honro a ese gran médico en este su primer aniversario, sintiendo que sus sueños tienen hoy un año más de vigencia en nuestro corazón.







Hemos compartido el sueño de una medicina integral, una que integre lo mejor del qué hacer médico, y que no divida el sistema de salud en oficial y alternativo. Una medicina que brinde al paciente lo mejor de la medicina clásica y las medicinas complementarias. Jamás hemos estado de acuerdo en ofrecer falsas esperanzas, como no creemos que la solución sea entonces matar las esperanzas. Lo sabe la ciencia de hoy: aquello que pensamos, sentimos y creemos incide en nuestra salud, entre otras muchas cosas, porque modula la expresión de nuestro código genético.







Este modo de pensar integral y sus metodologías han sido incorporados como modelos complementarios de atención en salud por sistemas de salud publica en Latinoamérica y se ha expandido en redes de servicio social más allá del marco hospitalario. No es ni pretende ser una panacea, aceptamos con humildad nuestras limitaciones y ofrecemos lo mejor de nosotros en el proyecto de salud de aquellos que demandan nuestro concurso .







Quiero dejar bien claro para todos que, no he tenido ningún tipo de vínculo comercial con la producción o distribución o retribuciones del Remagcell, y el que sea mi hermano Leonardo su creador, sólo puede despertar mi admiración, porque yo sí conozco de los beneficios reales que la tecnología de repolarización magnética celular ha demostrado en múltiples campos de aplicación.







Por último, no soy, ni he sido, ni pretendo ser, gurú de nadie, además de que respeto profundamente a quienes se han hecho acreedores de ese título de nobleza espiritual. Aunque algunos pongan la labor de vidas enteras dedicada a la medicina entre comillas o como parte de una representación teatral, desde hace 38 años cada día me propongo seguir siendo un médico de verdad. Delego en todos mis pacientes y discípulos el decir si alguna semilla de las que sembré en sus tierras ha podido germinar. Entre tanto y mientras, al igual que Fermín, me llega el tiempo de partir de lo que sea, porque antes que médicos somos humanos, sólo me propongo seguir siendo lo que siempre he sido: un aprendiz.







Feliz navidad.







Jorge Carvajal

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