viernes, 9 de marzo de 2018
Dedicado con mucho cariño a todas aquellas mujeres feministas, luchadoras y guerreras. Felicidades por éste vuestro día.
Mujer, te miro y me das mucha pena.
Mujer guerrera... esa definición lo dice todo. Funcionas desde la desvalorización, desde el rencor por los agravios cometidos por infinidad de generaciones de hombres temerosos e inmaduros. Por desgracia es esa energía agresiva la que te mueve a vivir la vida como una guerra contra el hombre.
Pobre mujer... Hablas de igualdad, pero la rabia y frustración inconsciente que llevas salen por tus poros y expresan ansia de supremacía. Feminismo, tan alejado del equilibrio como el machismo más exacervado. La propia palabra lo dice todo, tan sólo es una reacción al machismo. Mismo perro pero con distinto collar.
Todo aquello que nace como reacción a algo, es una fuerza IGUAL pero de sentido contrario (física elemental). Por eso la lucha nunca es el camino para cambiar las cosas, al contrario, sólo perpetúa el desequilibro.
Cambiar las cosas implican crear un nuevo camino, una nueva realidad diferente de lo conocido hasta ahora y esa senda sólo puede sustentarse en una cosa: AMOR.
Mujer guerrera no, mujer amorosa. Sólo el amor puede acompañarte hacia un viaje al equilibrio. Cualquier otra energía que te acompañe, te llevará tarde o temprano al extremo opuesto de lo que ahora existe convirtiéndote en eso que detestas.
Este mundo no necesita mujeres guerreras, este mundo necesita mujeres amorosas conectadas con su verdadera esencia, sabedoras de ser el complemento perfecto del hombre. Mujeres CONSCIENTES de lo que se está jugando entre bambalinas, mujeres capaces de aceptar que habéis alimentado esta situación tanto como el hombre.
No hay diferencia entre el trabajo personal y el trabajo colectivo, o asumes tu responsabilidad en lo que pasa o continúas en tu lícita sensación de separación y continuas tu profundo sueño en Maya.
Amor, siempre Amor, deja que la Consciencia te diga dónde tienes que colocarte para que los hombres por fin se puedan poner en su lugar y poder empezarse a llamar HOMBRES.
No hace falta llevar una etiqueta en el pecho para usar el sentido común y el respeto a todo y a todos.
Carlos Muñoz, alguien que aspira a ser hombre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario