domingo, 24 de junio de 2012

CANCER. EL VELO EMPIEZA A CAER


Llevamos años afirmando que el hecho de que la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia sean los tratamientos de referencia en el abordaje del cáncer no se explica de ninguna manera.  Y hemos dado razones más que suficientes para justificar tan rotunda afirmación.  A pesar de lo cual muchos médicos se resisten a asumirlo porque les resulta difícil entender y aceptar que los oncólogos considerados miembros de una e la especialidades más complejas y mejor pagadas de profesión, puedan estar tan equivocados como reiteradamente venimos denunciando. Y eso que el propio Mariano Barbacid, director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológica (CNIO) y considerado en España la máxima autoridad en Oncología, ha reconocido públicamente que los tratamientos actuales son ineficaces en la mayoría de los casos algo a lo que los oncólogos respondieron de inmediato diciendo que quien así habla carece de experiencia clínica. Bueno, pues el oncólogo que entrevistamos en este número, el doctor Javier Herráez, sí la tiene.  Y corrobora cuanto hemos estado diciendo. Ya no lo decimos pues nosotros.  Lo dice alguien que se ha hartado de ver morir a sus pacientes tras aplicarles los protocolos oficiales. Alguien que incluso ha tenido la valentía de ir mas allá y explica a quien quiera escuchar, para empezar, que es indignante que a un enfermo de cáncer se le pronostique cuánto le queda de vida porque ningún médico sabe eso y no puede amparase en las estadísticas para hacer tamaña extrapolación. Sin embargo se hace muy a menudo para que el paciente, al decírsele claramente que “lo suyo no tiene cura y va a morir sin remedio”, acepte entrar en el protocolo de algún nuevo fármaco experimental “que tiene muy buenas expectativas” –siempre se les dice lo mismo a los enfermos con todos los fármacos que se prueban porque si no se negarían- aunque, eso sí, dejando claro que no es más que “una posibilidad sin garantía alguna” ya que saben que la mayoría terminará muriendo y temen la reacción de los familiares. Es decir, se le dice al enfermo que está desahuciado  y luego se aprovecha su desesperación –y la de su familia- para ofrecerle una vaga esperanza… a la que la inmensa mayoría, como es lógico, se agarra cual claro ardiendo.   Lo que ya no se le explica claramente casi nunca –cuando legalmente es obligatorio-  es que puede tocarle estar en el grupo al que se va a dar el placebo en lugar del fármaco experimental y, por consiguiente, al de persona a las que se va a dejar morir sin darles nada útil para saber si funciona o no.  Y, claro, el paciente tampoco sabe que los laboratorios pagan por cada enfermo que los oncólogos reclutan para experimentar con ellos nuevos productos hasta 6.000 euros por “cobaya humana”.  Dinero que va al oncólogo, al hospital en el que trabaja o a alguna fundación que se suele crear ex profeso para ello  El enfermo-cobaya no ve ni un euro.  Y todos sabemos que cuando hay tanto dinero de por medio mucha gente está dispuesta a dejar de lado la ética.  Por eso se reconoce ya sin ambages que “la industria farmacéutica influye demasiado en el quehacer clínico de los oncólogos”. Javier Herráez no duda tampoco en aseverar que “el actual uso masivo de la quimioterapia no se justifica en absoluto porque lo máximo que se suele conseguir con ella es prolongar la vida unas semanas o unos meses y con una calidad de vida mucho peor” Asimismo echa abajo el mito de que la reducción  del tamaño de un tumor implique un aumento del tiempo de supervivencia. “No está demostrado ni científica ni médicamente que una cosa se correlacione con la otra”.  Es más, asevera que en todos los años en los que se le enseñó a tratar enfermos con quimioterapia no vio más de dos o tres curaciones o posibles curaciones” y  por eso le parece inaceptable que hoy se medique con ella tan a menudo a los enfermos.  Obviamente no puede extrañar que para este oncólogo desengañado la Quimioterapia no se justifique actualmente ya “ni como primera, ni como última opción”. Ni que agregue: “Hay que desmitificar la Quimioterapia porque no es la solución en la mayoría de los casos”. 

DSALUD

CIENTIFICAMENTE FUNDAMENTADO

Que algo esté científicamente fundamentado se ha convertido hoy día en una especie de expresión mágica que hace que cualquier ciudadano esté convencido de que lo que respalda tal afirmación es poco menos que una verdad incontestable.  Siendo ello especialmente cierto en el ámbito de la salud.  Y, sin embargo, la mayor parte de las cosas que creen saberse no se trata más que de creencias.  Sí, creencias más o menos fundamentadas….pero creencias al fin y al cabo  Y la razón es que nuestro conocimiento de la Realidad es aún tan limitado que puede afirmarse que desde un punto de vista estrictamente científico hoy no tenemos más que aproximaciones a la realidad. Aproximaciones que en las últimas décadas, por cierto, están mutando constantemente porque hemos aprendido más en los últimos cincuenta años que en toda la anterior existencia del hombre en el planeta  El problema es que ese conocimiento, teóricamente al alcance de todos en la actualidad gracias a Internet, no es accesible realmente más que para la minoría que está preparada para entenderlo.  Y el motivo es muy simple. De la misma manera que no puede explicarse qué es un virus, un gusano o un troyano informático a quien no ha visto ni oído hablar jamás de un ordenador tampoco puede explicársele a alguien que vivimos n un universo holográfico en expansión que muta a cada milisegundo y con el que es posible interrelacionarse mentalmente si no entiende ni lo que es un holograma.  Y eso que los principales fundamentos del conocimiento científico actual fueron expresados en El Kybalion por Hermes Trimegisto quien dejó bien claro hace milenios en su primer principio que el universo es mental.  Y, sin embargo, mientras esa verdad no se asuma y entienda no podrá comprenderse prácticamente nada en el mundo de la ciencia. Incluido  en el ámbito de la salud. De hecho algunos de los modernos aparatos médicos están basados en los principios de la Física Cuántica y ésta en un modelo holográfico del universo…pero, paradójicamente, quienes los manejan viven en un mundo newtoniano y cartesiano que ha permanecido en el terreno de la materia sin entender siquiera que ésta no existe.  Gente para las que la palabra conciencia carece de significado o piensa que al definir algo que pertenece al mundo de lo no tangible y propio de la metafísica no es un aspecto que deba tenerse en cuenta a nivel científico ya que éste término debe reservarse exclusivamente para el ámbito de lo físico. Hablamos, en suma ,de doctos ignorantes que ni siquiera saben que lo son. Y lo peor es que muchos de ellos acaparan las cátedras universitarias y son representantes de las sociedades científicas. Gente normalmente ególatra y egocéntrica que encima pontifica sobre sus limitados –y a menudo erróneos- conocimientos aun siendo conscientes de que basta rascar un poco en ellos para demostrar que carecen de base y se deshacen fácilmente. Está pasando en todos los ámbitos del saber pero muy especialmente –y esto es lo que nos preocupa y angustia- en el de la salud. Un ámbito  que en el que puede decirse, objetivamente hablando, que no se ha avanzado prácticamente nada en décadas, excepción hecha de los métodos de diagnóstico. Porque a día de hoy seguimos ignorando las causas de las miles de enfermedades que los médicos tienen catalogadas y por eso no saben curarse (excepción hecha de las infecciosas) como tantas veces hemos recordado  ¿y por qué volvemos a repetirlo?  Pues por una sencilla razón: porque quienes se niegas a modificar el obsoleto e inútil paradigma de la Medicina actual, incapaces en realidad de defender los fundamento científicos de sus  creencias, se dedican ahora a atacar a quienes les ridiculizan por ello con los mismos  argumentos y les acusan de que tampoco lo que afirman ellos está científicamente fundamentado. Sólo que no es verdad: no está científicamente fundamentado… según su concepción rancia y lamentablemente limitada de la Ciencia y de la Realidad .Claro que ni siquiera entienden que el llamado “método científico” está absolutamente superado. Y eso les solivianta. Les encorajina.  Se niegan a admitirlo .Y, sin embargo, vamos a tener que repetirlo –una y mil veces-  hasta que la sociedad lo entienda: la inmensa mayoría de los tratamientos médicos actuales  -incluidos los farmacológicos- no están científicamente fundamentados. Es más, la inmensa mayoría no funcionan por la sencilla razón de que se sustentan en una concepción completamente falsa de la realidad y del propio ser humano.

DSALUD

viernes, 22 de junio de 2012

RAFAPAL CRISIS



¿Cómo ha llegado la Humanidad a la deuda perpetua?



Si el dinero se regala a los banqueros: ¿por qué no a todo el mundo?

Hoy día, se escuchan y se leen muchas explicaciones para el catastrófico momento económico que estamos viviendo pero todavía no escucho a nadie pronunciar las preguntas pertinentes:

¿Cómo es posible que la civilización humana haya llegado a la bancarrota? ¿Dónde está el progreso de 250 años de industrialización? ¿dónde está la riqueza que nuestros antepasados crearon en cada uno de nuestros países? ¿por qué tenemos que pagar por el agua, la electricidad o las carreteras si nuestros antepasados ya sufragaron los costes de esas infraestructuras? ¿por qué -en lugar de haber dejado de trabajar, puesto que las máquinas nos han sustituido- hemos llegado a la deuda perpetua?

Comencemos por el principio. Por el Sentido Común.

Las máquinas llegaron hace más de 250 años para liberar al hombre del trabajo. ¡Ojo! No del trabajo manual, sino del trabajo, del hecho de trabajar para vivir. El objetivo declarado de la industrialización, lo que les contaron a nuestros antepasados, es que las máquinas harían el trabajo por nosotros y a sus descendientes, es decir, nosotros, no nos haría falta trabajar. Lógico, ¿no? Si las máquinas hacen máquinas, recogen las materias primas y automatizan los procesos, el único coste será el de la fabricación y mantenimiento de las propias máquinas y las infraestructuras de comunicaciones y energía para hacerlo posible. Punto.

Una vez pagadas esas infraestructuras con el esfuerzo de todos, sólo haría falta que la comunidad se gaste en el mantenimiento de esas infraestructuras; pagándolo entre todos, una minucia. Dejando a un lado los gastos en educación y salud, que en realidad, como veremos al final, no deberían ser tantos, las máquinas hace tiempo que deberían habernos permitido trabajar gratis para la comunidad, sobre la base de que los alimentos, la energía y el transporte deberían ser gratuitos.

Evidentemente, sin colocar a Nikola Tesla en esta pomada, nada de lo anterior tendría sentido.

Sabiendo que hace 100 años que podríamos disfrutar de la Energía Libre, a estas alturas deberíamos habernos liberado casi totalmente de trabajar para vivir. En realidad, la censura sobre los métodos de obtener energía ilimitada ha sido la clave de la creación de las grandes megalópolis del siglo XX, que no son más que campos de concentración para que el Poder pueda tenernos controlados, pues poblaciones dispersas o nómadas son imposibles de controlar, como se puede ver en Afganistán o con los tuaregs del Sáhara. De haber podido disponer de energía no centralizada, el éxodo rural de los siglos XIX y XX habría sido incomparablemente menor, pues la tecnología habría llegado a todos los territorios sin pasar por los nodos, llámense gasolineras o compañías de telecomunicaciones.

En estos momentos de involución, de quiebra de todos los valores morales que han fundado esta Civilización, y con estos precedentes, es preciso detenerse ante el tema del dinero. ¿A dónde se ha ido la riqueza que la civilización griega o la ibérica ha generado durante tantos siglos? ¿Dónde está esa riqueza y ese progreso?

Para contestar a esa pregunta hace falta saber que el dólar ha perdido el 95% de su valor desde que en 1913 se instituyeran la Reserva Federal y el impuesto sobre la renta. El 95%, ojo. ¡El 95%! Eso quiere decir que el valor que los norteamericanos desde 1776 habían conseguido generar sobre su moneda ha pasado de 1 dólar a 5 céntimos. En otras palabras, que los norteamericanos de hoy, en realidad, han perdido toda esa riqueza. O, todavía más lejos: hoy día, el norteamericano del 2012 sólo debería tener que trabajar un 5% del tiempo actual laboral para conseguir el mismo rendimiento que en 1912 sobre la cesta de la compra.

-¿Un 5%, Rafapal, estás loco?

¿Te extrañas? ¡Pero si la revolución industrial empezó en 1750!

¿Todavía no lo comprendes?

Como los satánicos sionistas sabían que las máquinas harían que los humanos se liberaran del trabajo, hicieron varios inteligentes movimientos para evitar que conociéramos la Libertad.

1-Se quedaron con la emisión del dinero a través de los bancos centrales, como la Reserva Federal Americana, que se dedicaron a crear mucho más dinero del necesario, en forma de créditos, hipotecas, deudas en definitiva, haciendo que el dinero cada vez valiera menos y que subieran los precios, por lo que los trabajadores tenían que competir en el mercado de trabajo por conseguir esos créditos para acceder a bienes anteriormente tan baratos… como una vivienda.

2-Con la creación del impuesto sobre la renta fueron eliminando al pequeño empresario y el trabajador autónomo en beneficio de las grandes corporaciones, regentadas por los propios banqueros, y que no fueron más que las privatizaciones de las empresas públicas que se habían gestado con el esfuerzo de nuestros antepasados. Lo que debería ser gratis, como el agua, la energía y las telecomunicaciones se convierte en otro factor de encarecimiento de los bienes, que obliga a la gente a trabajar más. Porque el trabajo asalariado se convierte en un valor gracias (además del impuesto sobre la renta que prima al gran productor) a un elemento indispensable.



3-El movimiento comunista y los sindicatos, creados por los propios banqueros para hacer creer a la pobre gente que debían estar contentos de tener un trabajo, y defenderlo (frente a los que no lo tienen), cuando la realidad, como hemos visto, es que todos deberíamos haber tenido que dejar de trabajar hace, como poco, un siglo. El trabajador tiene que amar sus propias cadenas, recuerda. ¿Cómo? Eduard Bernays, sobrino de Freud, al aparato, con la creación de esas ramas del Psicoanálisis que son la Publicidad y la Propaganda. Hace falta que la gente consuma productos que no necesita para que el flujo de dinero-deuda perpetua siga aumentando en forma de burbuja que ellos pincharán cuando se les antoje, como en el juego de las sillas. ¿Cómo se consigue crear esta burbuja?

Pues inventando nuevas deudas sobre deudas, dinero inexistente, y convenciendo a la gente normal para que se meta en bolsa.

Finales de los años noventa. Internet. Las “puntocom”. ¿Os acordáis? La bolsa va a subir indefinidamente. ¡Todo el mundo se va hacer riquísimo! Y, de repente, ploff, todo se va a la mierda.

Los pequeños ahorradores se quedan sin su dinero.

Vuelta a empezar. Ahora, con las hipotecas de las viviendas de medio mundo. Ya no sólo se comercia con el valor de una empresa, ni con el del tesoro de un estado, sino con la probabilidad de que una persona o conjunto de personas devuelvan su préstamo. A eso se han dedicado los bancos donde los españoles, los griegos, los italianos, los estadounidenses, los ingleses o los franceses han guardado su dinero. ¡y los propios estados que han colocado los fondos de la seguridad social en la bolsa!. Han especulado (de “espejo”) con su dinero, es decir, han hecho creer que se multiplicaba mientras, y esto es lo realmente importante, unas pocas personas, apenas unas miles en todo el mundo, los que dirigen esos fondos de inversión, que son los mismos que dirigen las grandes corporaciones que robaron las infraestructuras públicas (British Telecom, General Electric, Repsol, Telefonica, etc), SE HAN IDO LLEVANDO ESOS BENEFICIOS A PARAÍSOS FISCALES. El acuerdo de todos estos ladrones que pasan del sector privado al público con cada elecciones es es bien sencillo: puedes robar todo lo que puedas cuando te toque en el Poder mientras no te chives de lo que yo he robado cuando me tocó a mí (”antes de irme a trabajar a una gran corporación, tras mandar a la quiebra algunas empresas públicas”). A medida que se descubren los fraudes, los lacayos de los banqueros (políticos: ellos son los que les pagan) han cambiado las leyes ¡con efectos retroactivos! para que toda esa “ingeniería financiera” (megarrobo a escala planetaria) quede impune. Como se ha visto en España, los políticos metidos a consejeros de las cajas de ahorros no tenían ni idea de los documentos que firmaban: ¡precisamente les habían colocado allí por su estupidez manifiesta!

Lo que ha ocurrido ha sido algo parecido a la película “El Golpe” (Paul Newman y Robert Redford), pero a escala planetaria. Una trama perfectamente organizada para apoderarse de la riqueza de la gente común con promesas de que iban a ganar mucho dinero, “invirtiéndolas” en los propios negocios indirectos de los mandamases de esta conspiración, que súbitamente se vienen abajo “SIN QUE ELLOS SUPIERAN NADA” pero para lo cual, ellos tienen la única solución.

CREAR UNA MONEDA MUNDIAL ELECTRÓNICA, EN LA QUE SE SABRÁ A DÓNDE VA CADA DÓLAR. (Evidentemente, ellos manejarían el sistema informático que lo manejaría).

Resumiendo: no es que tu país haya ido a la bancarrota. No es que los españoles, los griegos, los portugueses o los irlandeses sean unos derrochones (aunque en parte sí, el sistema de manipulación crea la sociedad de consumo) sino que una serie de personas en todo el mundo han generado este gigantesco timo y se han llevado la riqueza de esos países (las de sus bancos) a donde los piratas de otras épocas solían esconder sus tesoros.

Los paraísos fiscales.

¿Queréis salir de la crisis?

Es muy fácil. No hace falta más que tomar el Bank of International Settlements (BIS) en Suiza, donde quedan todos los asientos contables de las transacciones, y empezar a rastrear el dinero. Todos los datos, en tiempo real, en Internet. Wikileaks, pero a lo bestia. ¡A tomar por culo el secreto bancario!. Se devuelve el dinero recuperado a los países y se acabó.

Pero para acabar antes, se condonan TODAS LAS DEUDAS DEL PLANETA y empezamos desde 0, con nuevas reglas. Ya no existe la usura. Ya no hay personas que tienen el privilegio de prestar dinero que no tienen y el dinero se sujeta a un valor estable como el oro, la plata y los metales preciosos. Y para acabar, se liberan todas las tecnologías censuradas para que todo el mundo tenga acceso a la energía y las telecomunicaciones gratuitamente.

Punto. Final de la partida.

¿Y la salud y la educación?

Muy fácil, eliminamos los tóxicos de los alimentos y el aire, y recuperamos todos los métodos de sanación de electromedicina y medicina cuántica, baratísimos, y tenemos salud para todos.

Dado que tenemos Internet, sólo haría falta una educación sobre la consciencia, la virtud y la verdad. Modelos a imitar en los medios de comunicación y no lo peor de la sociedad.

Ya está. Fácil, no?

Ah, perdonad, se me había ocurrido una cosa. Una cosita importante.

Esta Rebelión deberá suceder en TODOS LOS PAÍSES DEL PLANETA AL MISMO TIEMPO.

Es decir, que todos los policías, militares, inspectores de hacienda y servicios secretos que se alisten a las filas de la Humanidad deberán coordinarse con sus homónimos en otros países para dar “el golpe” (NUESTRO GOLPE) el mismo día, a la misma hora.

-¿Y por qué no puede hacerlo cada uno el día que quiera, Rafapal? ¡Estamos a favor de la autogestión de los recursos revolucionarios! (Léase con voz asamblearia).

Pues muy sencillo, cariño, porque de no hacerse todos los países al mismo tiempo, los sionistas del resto de países tendrían la oportunidad de ayudar a los de los países intervenidos y el golpe fracasaría, aparte que, dado que el sistema financiero es internacional, tiene que hacerse al mismo tiempo.

No hay otra.



PD: Las listas de corruptos en todos los países que circulan por la Red serían una buena base para ese golpe, aunque cada país debería detener a las 1000 personas más influyentes en el Plan del Nuevo Orden Mundial.



PD2: Recuerda: la riqueza de un país, ciudad o comunidad debería sumarse generación tras generación; son sus infraestructuras y la sabiduría de sus gentes, su conocimiento. Si la riqueza decrece es porque hay “alguien” que se la ha quedado.