Deepak Chopra nació en la India en 1947. Es médico
cardiólogo y pertenece a la Escuela Norteamericana de
Medicina y a la Asociación Norteamericana de
Endocrinólogos Clínicos. Es el más eminente especialista
en Ayurveda, la medicina tradicional de la India, cuyos
orígenes se remontan a 6.000 años atrás. Es pionero en
el nuevo paradigma de que la salud es el resultado del
equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu; y que las
prácticas médicas modernas pueden complementarse
con los principios curativos de las culturas milenarias.
En 1999, la revista Time lo llamó el "poeta-profeta de la
medicina alternativa" y lo incluyó en la lista de las 100
personalidades más representativas del siglo XX, por lo que se le considera un icono
de nuestro tiempo. Su capacidad y versatilidad se han expresado en sus obras, en
las cuales ha combinado la física y la filosofía, lo práctico y lo espiritual, la sabiduría
oriental y la ciencia occidental.
En sus múltiples conferencias, seminarios y libros, Chopra se basa en el principio
fundamental del equilibrio para estar sano y ser feliz. Es de la teoría de que el cuerpo
y la mente conforman lo que llama "campos de información" y que lo más importante
es el espíritu, porque el ser humano es un alma que tiene una experiencia temporal
en un cuerpo y no un cuerpo que vive experiencias espirituales aisladas.
Ha escrito más de 35 libros entre ellos El camino hacia el amor; La perfecta salud;
Sanar el corazón; Los Señores de la Luz; Un ángel se acerca; El camino de la
sabiduría; Curación cuántica y Las 7 Leyes Espirituales del Éxito.
Ha colaborado en otros tantos como editor y prologuista, es autor de más de un
centenar de series de audio y video. Sus obras se han publicado en 35 idiomas, y ha
impartido conferencias en todo el mundo.
BO: Cuando estoy delante del I-ching, y tengo la posibilidad de preguntar algo, ¿cuál
es la pregunta correcta, a su entender?
DP: Creo que hay dos preguntas importantes para todo ser humano: ¿Quién soy? y
¿Cuál es el propósito de mi existencia?
BO: Muy bien. Entonces… ¿Quién soy yo? ¿Quién es usted? y ¿porque estamos aquí
ahora? ¿Cree usted que tiene un rol en nuestra sociedad? ¿Tiene usted una misión
ahora, en nuestra tierra?
DP: Creo que, a un nivel muy profundo usted y yo somos patrones de conducta del
universo. Usted es un patrón transitorio de conducta de todo el universo y también lo
soy yo. Y esta conversación es una conversación del universo consigo mismo y nos
usa como instrumento para esa conversación. Entonces, en la realidad más profunda,
esta conversación es parte del patrón total de sucesos en la evolución.
BO: Muy bien. Cuando comencé a pensar en estas preguntas, reparé en las palabras
“paz” y “amor” y pensé que esos términos tan antiguos, como dijo John Lennon, son lo
único que necesitamos. ¿Está de acuerdo con esa idea? ¿Es cierto que lo único que
necesitamos es paz y amor?
DP: Siempre serán lo que estas palabras significan: el amor no es una emoción ni un
sentimiento sino la verdad última del corazón de la creación que es lo que la diferencia
en la diversidad del universo. La experiencia del amor hace imposible que lastimemos
o seamos lastimados y es una expresión de profunda paz, también. La paz, el amor, la
verdad, la creatividad y la armonía son impulsos evolutivos del Universo. Por
supuesto, el universo también tiene los otros impulsos de destrucción, caos y
violencia, que son parte de la existencia. Y sucede que los impulsos evolutivos están,
por lo general, un poco adelantados, respecto de las fuerzas no evolutivas o inerciales
del Universo. Y es por eso que el Universo se crea y se re-crea a sí mismo. Si sólo
tuviéramos la paz, el amor y la creatividad, no habría nada que hacer. Usted es actor,
así que sabe que se necesitan personajes buenos y malos en las películas.
BO: Si, es cierto. Hay que crear antagonistas a los protagonistas.
DP: Es preciso. La esencia de la creación son los contrastes. Sino, no hay diferencia.
BO: Me preguntaba si la violencia engendra más violencia, por ejemplo: en la ficción,
en las películas o en la literatura, existe el pensamiento de que la violencia engendra
más violencia. A veces me preocupa ese concepto al crear ficción.
DP: Si. Y la cuestión es que como seres humanos, la raza humana lleva solo 200.000
años de evolución. No había seres humanos hace más de 200.000 años. El Universo
tiene 14.000 millones de años. Nuestro planeta tiene unos 5.000 millones de años. No
estamos ni siquiera en la infancia, en lo que respecta a la evolución y durante este
período de evolución el instinto más importante que tenemos para la supervivencia es
el reflejo llamado de “pelar o huir”. Eso significa que ante una amenaza o bien
peleamos o escapamos. Debido a ese impulso es que hemos sobrevivido. Lo que
sucede es que nos hemos vuelto tan competentes en eso, que nos convertimos en los
depredadores del planeta y en la evolución somos la especie que siempre vence y que
se arriesga siempre a su propia extinción y muchos estudiosos del evolucionismo
dicen que debemos pasar a la siguiente etapa: de la “supervivencia del más apto” a la
“supervivencia del más sabio”. La sabiduría se convierte en el nuevo
criterio para la evolución. Las relaciones de depredación tienen que ser superadas
para dar paso a las relaciones simbióticas. Es ahora nuestra responsabilidad, nutrir los
ecosistemas y si pasamos a la siguiente etapa, se generará una nueva civilización.
BO: ¿Cree usted que eso va a cambiar visiblemente? ¿Cree que la civilización va a
cambiar en un plazo determinado? ¿En un futuro cercano?
DP: Es necesario que cambie porque estamos llegando a una etapa en la que el
campo en que se despliega la violencia va a equipararse. En la siguiente década más
o menos, lo que llamamos “superpoderes” ya no van a tener validez porque las armas
convencionales, la guerra no van a implicar la supremacía. Tengo en mi bolsillo un
teléfono celular que actúa como una computadora. Podemos mover los electrones y
cortar la electricidad, o secuestrar aviones, interferir con las señales de tránsito aéreo
o alterar marcapasos o envenenar la cadena alimenticia, o hacer que falle una planta
nuclear. Cuando esto suceda, no se necesitarán superpoderes. Hasta un adolescente
podría hacerlo. No habrá necesidad de moverse. Desde el celular pueden ejecutarse
estos actos. Entonces, conforme la tecnología se vuelve más compleja en la
creatividad diabólica, hace que ya no sirvan los superpoderes. Ahora mismo, hay cinco
países que supuestamente son los miembros prominentes del consejo de seguridad,
pero son los titulares del 95% de las armas del mundo, de su comercio y fabricación.
Es un gran negocio. Por eso van a volverse inútiles. Entonces, cuando se tienen
tecnologías modernas, capacidades modernas pero hábitos viejos, la combinación es
devastadora. El actual es un momento de crisis y nos arriesgamos a nuestra extinción
o modificamos por completo nuestra conciencia. Es un concepto interesante. Además
si los insectos desaparecieran del planeta, en cinco años toda la vida desaparecería
del planeta porque los insectos son parte de nuestro ecosistema y también se dice que
si los humanos desaparecieran del planeta, en cinco años la vida florecería en este
planeta, porque somos los depredadores, el cáncer, el peligro hoy por hoy. Pensemos
todo esto desde el punto de vista de la naturaleza. Nosotros somos el peligro. Si.
Somos un buen experimento que fracasó.
BO: Me preguntaba si vamos a hacer ayuno en
lo que a tecnología se refiere. Me parece que
los seres humanos creamos ciertas cosas cuyas
consecuencias no podemos imaginar en cuanto
al desastre ecológico, o en escala más pequeña
todo tipo de ondas que pasan por antenas…
teléfonos celulares, todo aquello cuyas
consecuencias no son mensurables
DP: Lo cierto es que la creatividad humana no
puede detenerse y lo mismo sucede son la
tecnología. Es cierto que no sabemos qué
consecuencias traerá lo que creamos, pero la
naturaleza tiene mecanismos de corrección.
Cuando generamos tecnología que llega a cierto
estadio para combatir el cáncer y las
enfermedades la naturaleza también se corrige,
así que no me preocuparía por eso. La cuestión
con la tecnología es que es neutral. Lo que
hacemos con la tecnología es lo que depende de nuestra conciencia. Podemos utilizar
la misma tecnología para rectificar el daño ecológico o para promover el
fortalecimiento económico de los pobres o para resolver los conflictos del mundo, a
través de incentivos como la creatividad o la economía o bien para generar el
entendimiento entre culturas, música y entretenimiento intercultural, con narraciones
interculturales, o para crear una nueva mitología que brinde la materia prima para
nuestra imaginación colectiva. Esa tecnología nos podría servir para dominar la
inteligencia colectiva. La tecnología es maravillosa si la ponemos al servicio de una
conciencia constructiva.
BO: Muy bien (pausa)
Le dije antes que, hace tres días cuando supe que usted vendría a Argentina me
preguntaba si iríamos a encontrarnos de nuevo y pensé en escribirle un correo
electrónico para ver si podíamos reunirnos y hacerle algunas preguntas personales
para mí. Y cuando estaba preguntándome si iría yo a encontrarme con usted, sonó mi
teléfono y me llamó el productor televisivo, para preguntarme si podía yo prepararme
para hacerle a usted una entrevista. Y eso me conmocionó tanto que me dije: es el
“destino” y tengo entendido que usted llama a eso “Sincrodestino” ¿Qué comentario
podría hacer al respecto?
DP: En los niveles más fundamentales del Universo todo está en correlación con todo.
Eso se llama “correlación no local” Hay una explicación física: en los niveles más
profundos de la naturaleza hay infinitas correlaciones y en realidad es la única manera
de explicar la naturaleza o la simultaneidad. En el cuerpo tenemos 100.000 millones
de células. Cada una hace seis miles de millones de acciones por segundo y cada
célula correlaciona de inmediato su actividad con las demás. Entonces el cuerpo
humano puede tener pensamientos, tocar el piano tener funciones fisiológicas y
engendrar a un bebé todo al mismo tiempo. Eso sucede así porque a ese nivel existe
correlación aún sin haber intercambio de energía ni de señales de información. Es un
concepto simple: hay ausencia de correlación total en la física de las partículas. Esto
significa que lo que llamamos “accidente” o “azar” en la Naturaleza o “casualidad” o
“coincidencia” es, en verdad la mecánica misma de la Creación. En verdad, cada cosa
que sucede en el Universo tiene lugar debido a esa sincronicidad. Pero dado que no
podemos ver todo el panorama con nuestros sentidos, porque vemos una billonésima
parte de lo que nos sucede, y el resto queda afuera, como somos incapaces de ver las
mayores correlaciones decimos que es casualidad o un accidente. Es una
coincidencia. Y la palabra “coincidencia” es muy buena porque significa “muchos
sucesos que tienen lugar al mismo tiempo”, entonces la sincronicidad es un fenómeno
que parece ser improbable pero que en su realidad más profunda no lo es. Es un
fenómeno orquestado fuera de las leyes del tiempo, espacio y causalidad. Es un
fenómeno en el que todo está correlacionado instantáneamente con todo lo demás,
porque es un fenómeno que tiene lugar cuando estamos en un estado de conciencia
expandida. Cuando no estamos limitados, temerosos, apegados, preocupados y no
experimentamos ansiedad es más probable que suceda. Es como tener una intención,
la dejamos y no experimentamos ansiedad respecto a ella y estamos en un estado de
interconexión por así decirlo. Y luego reconocemos que la intención misma, el
pensamiento, son parte del comportamiento del Universo, está correlacionado con
todo lo demás. No es que su pensamiento haya causado el suceso, sino que su
pensamiento fue la actualización simultánea de información en un substrato más
grande de información que está correlacionado con
todo lo demás. Estos son hechos a los que hay que prestar atención porque muestran
que hay una transformación que tiene lugar a través de quantums de creatividad que
están orquestados mediante la intención. La sincronicidad es una expresión de la
creatividad del Universo. Usted tiene un pensamiento y el Universo responde con
creatividad de una forma u otra aparentemente a ese pensamiento. También le
muestra la conexión entre su mundo interno de pensamientos, sentimientos,
emociones y deseos y su mundo externo, de sucesos espacio-tiempo, de relaciones,
de situaciones y circunstancias. Normalmente separamos nuestro mundo interno de lo
externo, lo cual cualquiera puede ver. Pero en lo que se refiere al Universo, este
mundo interno y el externo tienen sus propios patrones de conducta y están
correlacionados.
BO: Así es. Así sucede con la salud. Estar
saludable es la forma natural de estar. Se trata de
una especie de orden sagrado que existe en la
naturaleza. Pero oí decir de usted mismo, que
podemos ayudar a co-crear la salud. ¿Cree usted
que eso es posible? ¿Cómo podemos ayudar a
crearla?
DP: A través de la no interferencia. Todo lo que
sucede en la Naturaleza se produce a través de la
espontaneidad sin esfuerzo. Usted no está
haciendo que su corazón palpite: lo hace solo.
Usted no regula su presión sanguínea: ella lo hace
sola. Usted no regula su temperatura corporal, eso
sucede solo. Tampoco su azúcar en sangre, ni la
secreción de hormonas. Todas esas actividades
tienen lugar simultáneamente y sin esfuerzo. Lo
mismo vale decir para la Naturaleza. El mundo gira
sin esfuerzo, los peces nadan sin esfuerzo y las
flores brotan sin esfuerzo. Como vemos, hay un principio en la Naturaleza que dice
“cuanto menos hagas, más lograrás” y, en última instancia, “no hagas nada y lo
lograrás todo”. Es la espontaneidad que hace que algo salga de la nada. Y la totalidad
del Universo vino de la nada. La nada se transforma en el todo. Pero cuando
interferimos con ese proceso, a través del estrés, que es la percepción de amenazas,
ya sea físicamente o en el plano emocional, o en el psicológico, o por apegarme
demasiado a mí mismo y considerar que estoy separado de todo lo demás, o por estar
apegado al resultado, o por estar empleando demasiado esfuerzo, o resistiéndome al
momento presente porque el momento presente es, también, una conspiración de la
totalidad del Universo. Si combato el momento presente estoy combatiendo la totalidad
del Universo. Entonces, todo lo que signifique resistencia o lucha, o miedo, o
separación, o todo lo que sea exclusivamente yo o mío, o apegarse, está interfiriendo
en el proceso. La salud es una totalidad, es sagrada, es sanación, es la experiencia
espontánea del concepto de que estamos conectados con todo lo que sucede.
BO: Me parece que el peor enemigo que yo tengo y el que todos tenemos, es el miedo
¿Por qué es tan poderoso este enemigo nuestro?
DP: El miedo viene de sentirse separado. El miedo viene de sentirse solo. Soy yo y el
mundo pero, en realidad, no es así. Usted es el mundo, y el mundo está en usted y
usted está en el mundo. Ustedes se co-crearon mutuamente. Hay expresiones
diferenciadas de una inteligencia más profunda. Cuando uno sabe eso, hay paz. Hay
una paz y comodidad totales, y no hay ansiedad, porque la ansiedad se desprende de
la separación. ¿Y por qué es tan dominante en nuestro mundo? Porque es parte de la
hipnosis del condicionamiento social. Es la forma en que nuestros medios, nuestra
publicidad, nuestros productos y servicios nos prometen gratificación inmediata para
nuestro ego encapsulado en nuestra piel.
BO: En el mundo occidental que vivimos me parece que a veces es difícil vencer esa
noción, porque estamos recibiendo constantemente la influencia del exceso de
estimulación, la mayor parte de las veces, de la manera equivocada.
DP: Si. Y especialmente si la recibimos desde niños. El cerebro de los niños la
considera una realidad, por desgracia. Se trata de una hipnosis profunda. Y tenemos
que estar al tanto de ella. Hay que tomarse un tiempo para decirnos: “Esto no me
alterará. Solo porque los demás se comporten de esta forma, no quiere decir que sea
normal” Lo que llamamos normal es la sicopatía del promedio.
BO: ¿Y cómo podemos proteger a nuestros niños de esto?
DP: Siendo buenos ejemplos. Los niños no escuchan sermones sino que siguen los
ejemplos.
BO: ¿Tiene usted hijos?
DP: Si. Y hasta tengo dos nietos.
BO: Que bien. Dos nietos. Como padre…yo tengo un hijo pequeño, siempre pienso
que es imposible no cometer errores.
DP: Está bien cometer errores. Se aprende de los errores. Lo único es que no hay que
repetir indefinidamente los errores.
BO: Creo que los países más jóvenes son eso: como niños pequeños. Tienen grandes
oportunidades y cometen grandes errores. Y eso sucede mucho en este país. ¿Cuál
es su opinión sobre la Argentina? ¿o América Latina, en general, en la actualidad?
DP: Todos los países tienen su carga. La cultura es una gran carga, porque cuando se
tiene demasiada historia y demasiada cultura, eso sofoca la creatividad. Y, como usted
dijo, los países jóvenes son, a veces, tan creativos que desembocan en la anarquía y
la confusión. Todas las culturas portan la gran carga del pasado, y por eso no se
embarcan en ningún tipo de creatividad. Creo que nos estamos moviendo en una
nueva era, ahora, donde habrá una “hibridación” de una inteligencia global colectiva. Y
será la única forma de avanzar: entendiéndonos entre culturas, entender cómo
funciona la mente de las distintas personas, ponerlo todo en un contexto, hay un
contexto cultural, uno económico, otro histórico, otro mítico, y otro religioso. Y no lo
sabemos. Vea usted: acabo de participar en una encuesta donde sondeamos, por
primera vez a más de 200 millones de islámicos acerca de casi todo: valores, hábitos,
relaciones, sexo, espiritualidad, guerra, terrorismo, ecología, y esa información es muy
importante, porque... ¿cómo se negocia o habla con personas si ni siquiera sabemos
cómo piensan y que sienten? Si yo sé cómo se siente usted, cómo observa el mundo y
cómo interpreta la realidad, y cuáles son sus valores, tengo la oportunidad de hacer
contacto con su corazón y su mente. Y ahora, a nivel de la sociedad, eso debería ser
posible. En lugar de tratar de resolver todos nuestros conflictos a través de la
violencia, la beligerancia, la arrogancia y el militarismo, lo cual es muy primitivo y está
infundado en vista de la inteligencia con que contamos en el mundo hoy, es una
actitud medieval. Sin embargo, es la única forma en la que nos comportamos. Y si
hemos de evolucionar un paso más, tenemos que utilizar nuestra inteligencia colectiva.
Y es mucha la inteligencia en el mundo que es preciso aunar y conectar.
BO: Muy bien. (pausa)
Estuve pensando ¿cómo podemos aprender acerca de este tema, dónde podemos ir,
dónde podemos ayudar, dónde podemos congregarnos? Yo lo oí a usted hablar de
G.S.A. así que me gustaría que nos explicara acerca de ellos… y cuáles son sus
objetivos
DP: Tenemos una nueva fundación que es la “Alianza para la Nueva Humanidad”
Tenemos un sitio en Internet, también en castellano, además de en inglés. La
dirección es www.anhglobal.org Es un esfuerzo por crear una comunidad global tanto
a través de computadoras como también en forma presencial de lo que llamamos la
“nueva mente planetaria”. Hay cantidad de personas en el mundo que están haciendo
cosas asombrosas por la ecología, por la resolución de conflictos, por las mujeres, por
los niños, por la raza humana, por la justicia social, para ayudar a los pobres a ser
libres económicamente, y ya lo está haciendo. Son como nuevos roles en todo el
planeta. El objetivo es conectarlos. Y una vez que se los conecta, él está haciendo
esto, él esta haciendo aquello otro y el de más allá otra cosa… en primer lugar
sentimos una inspiración, lo segundo que sucede es plantearse que yo puedo ayudar
a otro, o que otro puede ayudarme a mí. Entonces, primero, se unen. Luego se
conectan. Después intercambian información, inspiración. Se apoyan moralmente, y a
veces se les ocurren ideas creativas para ayudarse mutuamente en el aspecto
económico. Creo que pensamos nuestra fundación como un servicio de citas:
vinculamos a dos personas, después, no sabemos qué sucederá. Tal vez se
enamoren.
BO: ¿Tienen que conocerse?
DP: Claro, deben conocerse. Decimos que hay tanta gente, comunidades, y
organizaciones conscientes y que llevan a cabo tan buenas obras que deben ser
presentadas. Y una vez que se conozcan no sabemos qué va a suceder. Una vez que
se llega a una masa crítica de conciencia, con esa calidad de gente, el mundo podrá
transformarse. Recordemos que unas pocas madres se unieron en EEUU y dijeron
que si alguien conducía borracho iba en contra de la ley. Se necesitó de poca gente
que dijera que no se podía fumar en lugares públicos. Usted sabe que hay
restaurantes en los que no se puede fumar, al menos en los EEUU. Sólo se necesitan
de unas pocas personas para cambiar el mundo. Siempre los cambios fueron
impulsados por unos pocos. Y consideramos que si vinculábamos a estas personas y
creábamos esta masa crítica de conciencia, llegará un día en el que digamos: “Si este
país va a la guerra no formará parte de la comunidad de naciones. No queremos saber
nada con él”. “Si fabrican armas, si las comercian, si son los personeros de la
destrucción del planeta, no queremos saber nada con ellos”. Eso va a suceder, y se
convertirá en una ley internacional algún día.
BO: Usted habló de la creatividad y yo estaba preguntándome cuál es la misión exacta
del arte en nuestras vidas, porque el arte ha estado con nosotros desde tiempos
inmemoriales. ¿Cuál es la misión del arte, y porqué el arte está tan cerca de nosotros?
DP: Verá, una de las cosas que la ONU está haciendo en la actualidad es un plan para
lo que llaman “Desarrollo Global del Milenio” la eliminación del SIDA para determinado
año, de la pobreza entre otros objetivos, etc., etc. Y lo que la gente descubrió es que
pueden tenerse estos objetivos, pero son en vano hasta no contar con un libreto
convincente. Los humanos somos narradores de historias, y lo que llamamos “realidad
externa” es la narración que nos hemos contado a nosotros mismos. Por lo tanto, el
arte, el teatro y la música son los medios por los cuales contamos nuestra historia. Y
es por eso que la gente mira telenovelas por la televisión. Porque quieren ver
historias que les fascinan. Nos contamos la historia que es ahora la realidad
proyectada. Y es hora de cambiar esa narración, el hilo argumental. Y no hay forma
más efectiva de hacerlo que a través del arte. Y aunque la ONU trabaje sobre el SIDA
hay que comenzar por saber cuál es la historia. No es suficiente con proveerles
fármacos. A propósito, tratar un paciente sidático en África, cuesta 10.000 dólares
estadounidenses por año ¿Por qué? Porque el medicamento lo venden las
multinacionales a precio de mercado, y así, se hacen de dinero, cuando el mismo
fármaco puede comprarse en Asia por 400 dólares. Pero eso es parte de la historia.
Se cree que unos medicamentos son efectivos y los otros, no. Pero no es sólo el
fármaco: también es la conducta, los hechos, la explotación de las mujeres, el tráfico
de niños, la violación de los derechos humanos. Una vez que comenzamos a narrar la
historia con convicción, decimos “esto es lo que sucede en nuestra sociedad”. Los
seres humanos somos compasivos, cariñosos, comprensivos. Esa es la verdadera
función del arte, y está entre nosotros para crear la nueva mitología con la cual
queremos iluminar nuestra imaginación colectiva. Porque está en nuestra imaginación
colectiva la solución para el SIDA, la pobreza y el desastre ecológico en este mundo.
BO: Se trata de sanación en un nivel previo.
DP: Así es. Es sanación al nivel más profundo. Vea la fascinación de EEUU con la
guerra. Hay películas sobre la Primera Guerra Mundial, sobre Vietnam, sobre la
Segunda Guerra Mundial, la de Corea. Es una locura.
BO: Incluso las del futuro: La Guerra de las Galaxias.
DP: Todas las historias versan sobre la violencia. Eso es lo que motiva la imaginación
colectiva. Y hay que cambiarlo.
BO: Siempre pensé que el humor era el máximo exponente de la inteligencia.
DP: El humor es el nivel más alto de la espiritualidad, sí.
BO: Gracias por confirmarme esa noción. Me encanta oír eso. ... ¿Por qué?
DP: La sincronicidad es una expresión del humor de Dios. La sincronicidad es una
paradoja de la existencia. Si tuviera que explicarle una broma, no sería una broma.
Pero cuando el alma reconoce la paradoja, se ríe.
BO: (Se ríe) Me divierto tanto… Lo disfruto tanto…
¿Podría decirnos algo de la sanación cuántica? Creo que es una de sus
especialidades.
DP: En física, un quantum es una unidad indivisible más pequeña en la cual se emiten
o absorben las ondas de información y energía. Un quantum de luz es un fotón. Un
quantum de electricidad es un electrón. Un quantum de conciencia es una idea, un
pensamiento. Y hace tiempo que la medicina reconoció un fenómeno que jamás
comprendió y que se llama “remisión espontánea” por la cual una persona está
enferma y, un día, la enfermedad desaparece. Y cada vez reconocemos en mayor
medida qué es lo que sucede. Es un ejemplo de creatividad biológica. La sanación
cuántica es creatividad biológica. Implica un cambio en la conciencia y un cambio en la
biología. Porque la conciencia que es sinónimo de “alma” o de “espíritu” diferencia
simultáneamente lo que llamamos “percepción”, lo que vemos a nuestro alrededor sea
amenazante o un estímulo positivo, la cognición, lo que pensamos, los humores, las
emociones y los sentimientos, la biología, el comportamiento, las relaciones intersociales,
las relaciones personales y el entorno: todo eso crea nuestra realidad
cotidiana. Esta realidad cotidiana es una función de nuestro estado de conciencia.
Cuando cambia nuestra conciencia, todo lo demás cambia: el entorno, las relaciones,
las interacciones sociales, la biología, la conducta, las percepciones y los humores. Se
trata de una cuestión compleja, y es un ejemplo de creatividad biológica. Entonces, si
tenemos dos personas con cáncer, si una se comporta de la manera predecible, va a
morir y todo lo que sabemos, puede que la otra por cualquier razón cambie su
conciencia y entonces, su biología responderá con creatividad. Esa es la sanación
cuántica.
BO: Es verdad que podemos cambiar nuestro
ADN?
DP: No es el ADN lo que cambia, sino su expresión.
BO: ¿La expresión?
DP: Así es. Nuestro ADN responde a nuestro
diálogo interno. Si yo lo amenazo a usted, su ADN
dejará de fabricar ARN mensajero para sus
moduladores del sistema inmune. Se hicieron
muchos experimentos con eso. El ADN tiene modos
infinitos de información, la mayoría de los cuales no
están expresados. Y su estado de conciencia, esté
usted bajo amenazas, miedo, amor o compasión,
influirá en el comportamiento del ADN. No es que
cambie el ADN sino su comportamiento. Lo que
expresa.
BO: Oí algo de activar el décimo tercer espiral en el ADN. ¿Estoy equivocado?
DP: Puede que usted tenga razón. No quiero abordar los aspectos técnicos de la
cuestión pero el ADN sí es muy flexible en su respuesta a lo que sucede en la
conciencia y en nuestro mundo interno. Incluso los pensamientos influyen en el
comportamiento del ADN. También lo hacen los humores y las emociones.
BO: Muchas gracias. Una pausa de un minuto (pausa)
Le traje esto para usted. Es una de nuestras flores de primavera, y quiero dársela. (le
da un jazmín) Y también quiero preguntarle algo.
DP: Por supuesto. Es hermosa. Gracias.
BO: Querría que me dijera algo sobre esta flor, y acerca de la belleza. ¿Por qué
encontramos belleza allí, y qué es la belleza? ¿Por qué es tan importante la belleza?
DP: Hay un poema del poeta indio Tagore que dice: “Cuando siento la belleza, noto la
verdad” Esta flor es también la luz del sol, la lluvia, los arco iris, la tierra, el agua, el
viento, el vacío infinito y toda la historia del Universo. Virtud. Y también es espíritu, en
su manifestación. Cuando experimentamos la belleza sentimos la verdad. Es una flor,
pero tenemos todo el Universo. ¿Le respondí?
BO: … Usted dijo algo acerca del agua. El agua es… En realidad, la vida comienza en
el agua, y en el planeta, algo parece estar sucediendo con el agua. Algo sucede con el
agua. ¿Cree usted que será un problema?
DP: No si usamos nuestra creatividad. Porque podemos cosechar agua de lluvia,
podemos desalinizar el agua del mar, hay muchas formas creativas de hacerlo. En
última instancia, nada se pierde, todo se transforma. Su cuerpo se ha reciclado desde
el inicio de la creación. Usted tiene al menos un millón de átomos en su cuerpo que
alguna vez estuvieron en el cuerpo de Cristo, o de Buda. Si entendemos que la
naturaleza se re-crea de continuo, y facilitamos esa inteligencia de la Naturaleza,
entonces, no hay escasez de recursos. Pero tenemos que hacerlo desde un punto de
vista altruista. En este momento, tenemos una situación en la cual el cinco por ciento
del mundo consume el cincuenta por ciento de los recursos del mundo.
BO: ¿Es cierto que las moléculas de agua tienen una especie de memoria? (y Emoto
dice…)
DP: Sí, es cierto. El agua responde a la intención, a los corazones, al amor y a la
compasión. Y es por eso que las civilizaciones antiguas bendecían al agua, y es un
sacramento cuando vamos a la iglesia, se usa agua bendita. Y tiene propiedades
curativas. Cuando vamos a Lourdes o a estos lugares donde el agua tiene la bendición
colectiva de un sacramento sagrado, el agua tiene propiedades sanadoras. Sucede
que está colmada de conciencia.
BO: ¿Por qué nos asusta la muerte?
DP: Porque no nos damos cuenta de que la muerte es un pasaje a la vida. Su piel se
renueva una vez por mes. Si no fuera así se parecería al cuero. También se renuevan
sus células, cada cinco días. En medicina usamos el término “apoptosis”, que es una
muerte celular programada. Cuando las células se olvidan de morir, se vuelven
cancerosas. El cáncer es una vacación respecto de la muerte. En todo nivel, en el
nivel atómico, a nivel subatómico, a nivel molecular, a nivel de sus órganos, el
Universo muere para poder recrearse. ¿Dónde está el niño de dos años que usted fue
una vez? Ya murió para dar paso al adolescente. Y el adolescente debe morir para
que emerja el adulto. Y el adulto debe morir para que el Universo se re-cree y se
renueve. Cada niño que nace es el Universo que se contempla a sí mismo con una
mirada renovada y una mayor creatividad. Si careciéramos de la muerte el Universo
estaría momificado. Y no habría música, ni arte, ni humor, ni baile, ni ritmo ni nada.
Sería una momia viviente pero estática.
BO: Tengo una pregunta que hace unos años, no pude responder a mi hijo. Pero le
dije que siguiera formulando la pregunta, porque le llevaría a alguna parte. Esa
pregunta era acerca del comienzo de algo. Él tenía dos o tres años de edad y la
pregunta era: si Dios lo hizo todo, ¿Quién había hecho a Dios? ¿Puede usted
responderme a eso?
DP: Primero tendríamos que plantearnos quién es Dios. Dios es un ser que se
transforma. Entonces, Dios no hizo nada sino que se transformó en todo. EL Universo
es el cuerpo físico de Dios. Hay un nivel de la realidad que es trascendente, lo cual
significa que es a-causal. Opera con independencia de las leyes de tiempo-espacio y
causalidad. Entonces ese nivel no tiene comienzo ni final. Es infinito. Ahora bien: no
podemos imaginar la infinitud pero tenemos el símbolo matemático ( ) y nos da la idea
de infinito. Cuando decimos que hay un comienzo, inmediatamente surge el dilema: si
hay un comienzo ¿Qué hubo antes del comienzo? Si decimos que hay un final,
inmediatamente surge el dilema: ¿Qué hay después del final? Si decimos que existe el
espacio, nos preguntamos qué hay después de las fronteras del espacio. Entonces
nuestra nueva física no es sólo más confusa de lo que pensamos, sino más confusa
de lo que podemos conceptuar. Y, sin embargo, la realidad nos muestra que la
infinitud es realidad. Que lo real no tiene comienzo ni final. Es a-causal, nadie lo hizo,
es en “sí mismo”. Y además, no existe en el espacio-tiempo, es trascendente. No es
posible conceptualizarlo, pero sí podemos experimentarlo.
sábado, 25 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
Nassim Haramein en La Contra de la Vanguardia
48 años. Nací en Ginebra y vivo en Hawái. Casado y con dos hijos. He estudiado física durante 25 años de forma autodidacta. Todo está conectado con todo y debería tenerse en cuenta a nivel político. Las creencias espirituales son la física que todavía no hemos entendido
El sueño de todo físico es hallar la teoría que explique el comportamiento de lo grande (universo) y de lo pequeño (átomos).
Tenemos la física cuántica para lo pequeño y la relatividad para lo grande.
Y no concuerdan. La física cuántica predice espacios finitos, y la teoría de Einstein, una curvatura continua. Mi teoría holofractográfica es válida para lo grande y lo pequeño.
Pues explíquemela como se la explicaría a su hijo de cinco años.
Imagine que en el centro del átomo (protón) hay un miniagujero negro (que es lo que ya predecían las ecuaciones de campo de Einstein), que es el que genera la fuerza de atracción que mantiene el átomo unido.
Descríbame agujero negro.
Según la teoría convencional, es una masa con tanta energía, atracción gravitatoria, que la luz no puede escapar de él. Según mi teoría, para la que he modificado las ecuaciones de campo de Einstein, hay una parte que se contrae y otra que irradia. Hay un agujero negro dentro de un agujero blanco.
¿Lo acepta la física?
Acepta los dos agujeros, pero no uno dentro del otro. En mi teoría, cuando miramos una estrella estamos viendo lo que irradia – la parte blanca-de un agujero negro.
Pero una estrella no es un agujero.
En la física convencional no, pero según mi teoría siempre tiene que haber algo en el centro de las cosas que las esté atrayendo, sujetando: es lo que llamamos gravedad; pero la física cuántica dice que no funciona en las partículas elementales.
Entiendo, entonces en medio del Sol hay un agujero negro, y de la Tierra…
Sí, igual que en medio del átomo. El universo está hecho de escalas de agujeros negros. Vivimos dentro de un agujero negro al que llamamos universo.
¿Sabría explicarme de dónde sale la materia?
Este es uno de los grandes problemas: la fuente de la masa no está definida en física; es decir, que la fuente de lo que entendemos por realidad no está definida.
Sin embargo, el vacío sí está definido.
Sí. En el universo el 99,99999% es vacío, y toda la materia se compone de 99,99999% de vacío. Pero cuando miras el vacío a nivel cuántico descubres que es extremadamente denso en energía. En mis ecuaciones, el vacío es la fuente de la materia.
El big bang es eso, ¿no?
El big bang no explica cuál es la dinámica que provoca que ese momento de impulso suceda. Según mi modelo, la materia sale del vacío y vuelve al vacío, está en continuo proceso de creación. La materia está siendo creada por agujeros negros en el centro de galaxias, e incluso en el centro de la Tierra.
¿Nuestro planeta crece?
Eso dicen algunas teorías, que son mucho más precisas que la teoría del movimiento tectónico de placas. Si redujéramos la Tierra al 65%, todos los continentes ajustarían perfectamente. Pero, resumiendo, le diría que el vacío está lleno de energía y que se va dividiendo en varias escalas debido a patrones de interferencia de ondas. Esa división genera desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande.
¿Escalas de qué?
De condiciones de límites: un universo, un quasar, una galaxia, un planeta, un átomo. La energía irradiada por los agujeros negros es lo que vemos como campos magnéticos o electromagnéticos, y decimos “ahí hay algo” e identificamos un átomo aunque sólo sea vacío con un poco de radiación.
Le sigo.
En cada átomo tenemos la información de todos los otros átomos del universo. Cuando hice el calculo de cuánta energía existía en el protón (el núcleo de un átomo), el resultado fue la masa exacta del universo.
¿Y eso qué demuestra?
Toda la información de todos los protones del universo está presente en cada protón a través de la vibración del vacío. Debido a esta información, los sistemas (la biología, los planetas…) pueden autoorganizarse. Hasta hoy, la biología no se explicaba a través de la física.
El sueño de todo físico es hallar la teoría que explique el comportamiento de lo grande (universo) y de lo pequeño (átomos).
Tenemos la física cuántica para lo pequeño y la relatividad para lo grande.
Y no concuerdan. La física cuántica predice espacios finitos, y la teoría de Einstein, una curvatura continua. Mi teoría holofractográfica es válida para lo grande y lo pequeño.
Pues explíquemela como se la explicaría a su hijo de cinco años.
Imagine que en el centro del átomo (protón) hay un miniagujero negro (que es lo que ya predecían las ecuaciones de campo de Einstein), que es el que genera la fuerza de atracción que mantiene el átomo unido.
Descríbame agujero negro.
Según la teoría convencional, es una masa con tanta energía, atracción gravitatoria, que la luz no puede escapar de él. Según mi teoría, para la que he modificado las ecuaciones de campo de Einstein, hay una parte que se contrae y otra que irradia. Hay un agujero negro dentro de un agujero blanco.
¿Lo acepta la física?
Acepta los dos agujeros, pero no uno dentro del otro. En mi teoría, cuando miramos una estrella estamos viendo lo que irradia – la parte blanca-de un agujero negro.
Pero una estrella no es un agujero.
En la física convencional no, pero según mi teoría siempre tiene que haber algo en el centro de las cosas que las esté atrayendo, sujetando: es lo que llamamos gravedad; pero la física cuántica dice que no funciona en las partículas elementales.
Entiendo, entonces en medio del Sol hay un agujero negro, y de la Tierra…
Sí, igual que en medio del átomo. El universo está hecho de escalas de agujeros negros. Vivimos dentro de un agujero negro al que llamamos universo.
¿Sabría explicarme de dónde sale la materia?
Este es uno de los grandes problemas: la fuente de la masa no está definida en física; es decir, que la fuente de lo que entendemos por realidad no está definida.
Sin embargo, el vacío sí está definido.
Sí. En el universo el 99,99999% es vacío, y toda la materia se compone de 99,99999% de vacío. Pero cuando miras el vacío a nivel cuántico descubres que es extremadamente denso en energía. En mis ecuaciones, el vacío es la fuente de la materia.
El big bang es eso, ¿no?
El big bang no explica cuál es la dinámica que provoca que ese momento de impulso suceda. Según mi modelo, la materia sale del vacío y vuelve al vacío, está en continuo proceso de creación. La materia está siendo creada por agujeros negros en el centro de galaxias, e incluso en el centro de la Tierra.
¿Nuestro planeta crece?
Eso dicen algunas teorías, que son mucho más precisas que la teoría del movimiento tectónico de placas. Si redujéramos la Tierra al 65%, todos los continentes ajustarían perfectamente. Pero, resumiendo, le diría que el vacío está lleno de energía y que se va dividiendo en varias escalas debido a patrones de interferencia de ondas. Esa división genera desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande.
¿Escalas de qué?
De condiciones de límites: un universo, un quasar, una galaxia, un planeta, un átomo. La energía irradiada por los agujeros negros es lo que vemos como campos magnéticos o electromagnéticos, y decimos “ahí hay algo” e identificamos un átomo aunque sólo sea vacío con un poco de radiación.
Le sigo.
En cada átomo tenemos la información de todos los otros átomos del universo. Cuando hice el calculo de cuánta energía existía en el protón (el núcleo de un átomo), el resultado fue la masa exacta del universo.
¿Y eso qué demuestra?
Toda la información de todos los protones del universo está presente en cada protón a través de la vibración del vacío. Debido a esta información, los sistemas (la biología, los planetas…) pueden autoorganizarse. Hasta hoy, la biología no se explicaba a través de la física.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
VIDA Y MUERTE
NO SOMOS NUESTRA BIOLOGÍA
Nuestra visión del aborto no puede estar desligada de la visión que tenemos de la vida, de la muerte, de la humanidad. ¿Somos el cuerpo? Y si es que no somos sólo este precioso instrumento de evolución de la conciencia, ¿a partir de cuándo estamos en él?. ¿Quién entra en el cuerpo cuando nacemos y quién parte cuando el cuerpo deja de funcionar?
¿Quiénes ese que habita en nuestro cuerpo?
El ser humano ha heredado de la gran cadena de la vida un maravilloso instrumento pero las evidencias antropológicas y la portentosa evolución de los últimos millones de años nos enseñan que el hombre no es sólo un animal que va ascendiendo. Es también un héroe interior, un ángel, una chispa de dios, el alma que va descendiendo. La humanidad es un punto de encuentro y de síntesis de los tres reinos de la naturaleza. Siento que no soy el cuerpo, pero el cuerpo me lleva por la vida. Es como una carroza impulsada por la fuerza del caballo de los deseos y dirigida en su rumbo por el jinete del pensamiento. Pero alguien va al interior, uno que conoce el destino y generalmente mora en silencio al interior del vehículo. Emplea la mente para comunicarse con su instrumento. ¿Quién es ese que habita en nuestro cuerpo, siente en nuestra piel, ve por nuestros ojos y utiliza el cerebro para reflexionar y crear a partir del pensamiento? ¿El que observa en nuestros ojos, toca en nuestro tacto, da sentido a la percepción de los sentidos? El alma.
No se muere la vida, se mueren los cuerpos
Somos el alma, no hay duda, pero lo olvidamos, entonces asociamos la muerte al final de la vida. No se pierde la vida. Así como por su vestido no podemos definir a la gente, por lo cuerpos no se puede definir la entidad del ser humano. No se muere la vida, se mueren los cuerpos, las formas humanas, no sus esencias. El cuarto reino de la naturaleza, el humano, es una emergencia de la conciencia evolutiva que permite el acceso a una etapa original de la conciencia: la conciencia reflexiva o conciencia de sí. En el hombre la conciencia se hace consciente de sí misma y emprende ese sendero de interiorización que le ha permitido la expansión de una creatividad, como el maravilloso don de la humanidad.
Ese alguien, capaz de entregar lo mejor de sí mismo a una causa, no es el cuerpo: la vida viene al cuerpo, se va del cuerpo, pero sigue viva.
No es sólo la conservación de un cuerpo animal lo que nos permite ser humanos. El cuerpo que nos puede expandir y liberar puede convertirse en una lóbrega prisión cuando no existe el amor.
¿Por qué habríamos de condenar a la verdadera entidad humana a una prisión? ¿Por qué habríamos de pensar que la vida que habita en el cuerpo es el cuerpo y llega a su fin con el cuerpo? La vida es una corriente continua. Viene al cuerpo, se va del cuerpo, pero sigue viva. Es personal pero va más allá de la persona. Es una gota en el río de la conciencia, una ola en el océano.
Vivir es liberar, no es atrapar la vida
El cuerpo, ese precioso instrumento que nos ha legado la evolución, es un medio para liberar, no para atrapar. Y el amor es el gran liberador. Interrumpir la gestación consciente y responsablemente puede ser paradójicamente, un acto de gran responsabilidad y amor.
El ADN no ve, ni un montón de células en un tubo de ensayo. Sin observador que los utilice no tendrían sentido el microscopio o el telescopio. Sin el alma que lo habite no tendrían sentido los sentidos. Alguien utiliza nuestros sentidos, ese habitante interior capaz de traducir el paisaje en un poema o en una explosión de colores en el lienzo. Alguien capaz de entregar lo mejor de su vida a una causa como la familia, la patria o la humanidad. Pero ese no puede ser el cuerpo, ni el cuerpo embrionario, ni el cuerpo fetal, ni el patrón del cuerpo. El sentir, la visión, lo sentidos y el cuerpo no van desligados de la vida. La biología preserva la vida con la muerte, pues ya cuando nacemos muchas células han debido morir para que muchas células conectadas pudieran vivir. Esta ley biológica en el cerebro es radical ya desde la vida fetal. Neurona que no puede interconectarse, comunicarse muere. La vida es aprendizaje, comunicación, comunión, movimiento del amor y no sólo biología. Vista desde la perspectiva de la biología moderna, la vida es un patrón de relaciones que genera aprendizaje. Vivir es aprender, morir es dejar de aprender, aunque siga viva la biología.
No somos nuestra biología, ni nuestras células. Somos un campo de inteligencia que en ellas se precipita. Pero ese campo tiene una sustancia: el amor.Amor que se expresa en el ritual de la fusión, en la relación entre el hombre y la mujer, en la atracción entre los opuestos para revelar su complementariedad.
Nuestro yo es un campo de conciencia en la realidad embrionaria, que escucha, recoge y refleja el ambiente que lo rodea
Y cuando no podemos aprender, ¿qué es de la vida? Y cuando no podemos ser amados por nuestros padres, ¿cómo se afecta la vida? Y cuando no podemos amarnos –y al prójimo como a sí mismo- ¿qué es de nuestra vida? La primera clave de la conciencia es identidad, una yoidad que es el comienzo, el punto de partida del tejido de la vida. Somos habitantes de un campo de conciencia del que el cuerpo es el instrumento. Sin ese campo de conciencia el cuerpo no tendría vitalidad ni sentido. El desafecto, el abandono, el desamor, son nefastos par un recién nacido aunque su biología disponga de todos los demás nutrientes. Los niños acariciados crecen mejor y más rápido. La separación precoz de la madre, como cuando el niño va a una incubadora, puede tener efectos negativos para su salud futura. Los traumas emocionales durante el embarazo, los nacimientos difíciles, la hipoxia pueden conducir al mismo tipo de dificultades tanto psíquicas como físicas.
Los embriones escuchan, los fetos resuenan con la voz y lo sentimientos de sus padres, el campo de conciencia que es la vida fetal y embrionaria comulga con el ambiente que lo rodea. Y pueden también sufrir la separación y el rechazo psíquico, captar la tristeza o la depresión de la madre. Los padres y el ADN que de ellos heredamos son antenas que albergan las resonancias de los antepasados hasta el presente. El pasado está presente en el feto, y los programas grabados son también registrados por esa doble antena espiral que nos conecta al programa de la vida.
Sin el campo relacional del amor no tiene sentido la vida
La corriente entrante de la vida que llega y que no es sólo el cuerpo ha de habitar en un campo de conciencia que determina su viabilidad. Para que la vida no sea simplemente la supervivencia vegetativa en la que se vive el horror de una muerte en cámara lenta, necesitamos generar espacios de amor, de lo contrario simplemente condenamos seres humanos, padres, madres e hijos a vivir lo que no están preparados aún para vivir, aunque lo hagamos en nombre de la vida. Preservamos el cuerpo aunque los hayamos arrancado del campo relacional del amor que da sentido a la vida.
La propuesta es muy sencilla. Ser profundamente respetuoso de la cultura, la religión, las creencias, las convicciones, en fin, de la conciencia íntegra de cada quien y acompañarlo a decidir con responsabilidad y madurez para acoger, si es el caso, una vida humana que se ha de dignificar.
Entendiendo que no es que tengamos lo hijos porque sí. Es como si recibiéramos el honor inmenso de la vista de un alma, un hermano o hermana, que viene a nosotros, porque nos ha escogido para vivir una experiencia de aprendizaje en el cuerpo. Más que juzgar, hemos de preparar las condiciones adecuadas para acompañarlo en una decisión libre y sincera de preparar el ambiente físico y humano adecuado para dar lo mejor de su amor al ser que busca expresarse en el cuerpo.
MAS ALLÁ DEL CIENTIFISMO Y LA RELIGIOSIDAD
El aborto es una cuestión de humanidad
Cuando una niña de diez años es brutalmente violada y rechazamos la posibilidad de que aborte, ¿cuál es la vida humana que decimos defender? ¿la del embrión, condenando a un ser humano, por nuestra “defensa de la vida”, a vivir sin madre, sin padre, sin hogar y sin amor? En nombre del derecho a la vida podemos condenar el alma a vivir en la prisión del cuerpo una vida que, en tales condiciones, raramente podrá alcanzar el estatus de la vida humana. ¿Defendemos acaso, con nuestro rechazo a este aborto, la vida de una niña, cuando realmente la estamos condenando a ser madre sin haber terminado de vivir su propia infancia?
En verdad ponemos a la niña fuera de lugar al igual que al hijo o hija que habría de nacer, así como a los abuelos y a la familia en el seno de la cual nace. La vida no sólo es biología celular y sus dimensiones cuantitativas de espacios y tiempo de desarrollo. En términos humanos, la vida es también una cierta cualidad del amor que mueve y dinamiza nuestra biología. Y esa cualidad está presente como una corriente que se va precipitando gradualmente en el cuerpo. ¿Desde cuándo? ¿Hasta cuando? Desde antes hasta después, pues el sentido común nos dice que la vida no comienza ni acaba en el cuerpo.
Más allá del dogma religioso y del reduccionismo científico
Para comprender nuestra vida no nos bastan ni el cuerpo ni la biología molecular del ADN. Para vislumbrar la dimensión del aborto es necesario ir más allá del dogma religioso y del reduccionismo científico. Tratándose del ser humano, es necesario referirnos a su humanidad, para lo cual habríamos de trascender las ciencias biológicas e involucrarnos también en las ciencias humanas que, por ser humanas, no son menos científicas. Tendríamos que considerar al menos el diálogo feto-materno, en el que la psique de la madre y la pareja juegan un rol determinante, tanto en el desarrollo del feto como en la calidad de su vida futura. Las mujeres que se sienten queridas por su maridos tienen menos complicaciones obstétricas. Los hijos amamantados por el amor de sus padres desde la concepción tendrán mejor salud en el futuro.
Y por qué no decirlo también con claridad, para realizar un enfoque integral del aborto tendríamos que sumergirnos en el campo de las ciencias espirituales. El término mismo parece paradójico, pero un método que al ser repetido por muchos conduce a resultados comparables puede ser considerado científicamente. Si un método de oración grupal conduce a efecto constatables sobre la salud de los individuos, que son estadísticamente válidos, ese método de oración puede ser vislumbrado como una auténtica ciencia.
La oración, la meditación, la devoción por la vida, el pensamiento amoroso pueden ser métodos que nos conduzcan a resultados que antes sólo podíamos concebir desde la biología molecular. Pensamiento y sentimiento actúan sobre las moléculas; los pensamientos positivos o negativos del entorno, comenzando por el materno, actúan sobre el embrión. Si una madre y su entorno no están en condiciones de llevar la música del amor al instrumento del cuerpo estamos condenando el alma al desamor. Y esa es la peor de la muertes. En nombre de la vida revindicamos la muerte, porque confundimos la vida con el cuerpo y terminamos defendiendo el cuerpo, no el agua abundante de vida que a través de él ha de fluir. No somos sólo un cuerpo animal, pero nos aferramos sólo a ese cuerpo sin considerar para nada el alma que lo habita. Al confundir así el cuerpo con la vida, defendemos el cuerpo y sacrificamos la vida.
La condena a una vida sin amor es una condena a una muerte lenta
La falta de amor tiene consecuencias biológicas que podríamos comparar con la falta temprana de oxígeno. Sabemos hoy que la expresión de los genes depende de su entorno molecular o epigenético. Desde la misma perspectiva, el ambiente biofísico como el de los campos electromagnéticos, el emocional y el mental inciden decididamente en el ADN como en todos los sistemas biológicos. La ausencia de amor tiene efectos catastróficos sobre el desarrollo fetal. En nombre de la vida que se dice defender, la continuidad de un embarazo no se puede ni se debe imponer. El amor no se impone. El embrión y el feto necesitan de ese nutriente esencial para la vida. No proporcionarlo equivale a condenarlos a una desnutrición afectiva temprana. Aunque no haya un aborto físico, retener un embrión o un feto sin consentimiento es alterar toda la epigenética que determina como se expresa nuestro genoma. Con nuestras condenas lo único que conseguimos a veces es conservar el instrumento y abortar la sinfonía de ese proyecto humano que es el proyecto del alma.
Es bien paradójico que en nombre del Dios del amor condenáramos a la gente por su error real o supuesto a tener a sus hijos sin amor. Las consecuencias saltan a la vista. Y los hijos, muchas veces más de los que podríamos tener dignamente, se convirtieron en una pesada carga más que en una maravillosa devoción. Desde muchos hogares fracasó la lección de la devoción por la vida. Y la misma vida humana decayó en una amargaducha por la supervivencia.
Cuando la supervivencia quedó garantizada, las cosas no parecieron ir a mejor. La satisfacción de los sentidos, el placer y el poder se convirtieron en paradigmas de la felicidad. Consumidores de esta falsa felicidad, caímos en la crisis de sentido y el vacío existencial. Pero no hemos tenido tiempo de darnos cuenta de que cuando vivimos para sobrevivir, o para el poder y el placer, perdimos el sentido de la vida.
Los adolescentes, perdido el sentido de la vida, buscan encender la hoguera del alma
Ese sin sentido fue el nido en que muchos de nuestros adolescentes crecieron. Ahora se buscan, en sus cuerpos, en sus almas, en sus crisis de sentido, en la calle y el botellón del fin de semana. Buscan encender la hoguera del alma. En el sexo, en el ritual de la fusión, buscan la unión con ellos mismos. Comprendamos al buscador que hay en cada búsqueda aunque transitoriamente se encuentre perdido. Salvémonos del juicio y del prejuicio y los infiernos de todas las inquisiciones prometidas. Humanicemos la vida. La responsabilidad es la capacidad de responder desde la vida, con la vida por toda la gran corriente de vida que nos une a la creación y esa responsabilidad más que una carga o pesada obligación es esa sublime devoción que surge cuando en la vida se ha encendido el amor.
El derecho a la vida es el derecho a no abortar nuestro proyecto humano
El del aborto no es un problema del primer día o los tres primeros meses. Es el de toda la vida. Cuando abortamos nuestro proyecto humano, cuando un niño muere de hambre a los diez años, cuando renunciamos a entregar lo mejor de nosotros, estamos abortando nuestro proyecto humano..El derecho a la vida no es un derecho vegetativo, no es el derecho a ocupar la prisión de un cuerpo o a nacer en una familia sin la sagrada nutrición del amor. El derecho a la vida es el de utilizar el cuerpo como instrumento de la música sagrada del amor, por que la vida es música. Y la existencia es una danza. Cuando rescatemos la danza, el amor tendrá la levedad de la alegría y en el hogar habrá regocijo porque los padres habremos encendido la hoguera del corazón de los hijos y ellos sabrán qué es una familia. Entonces amarán la vida de todas maneras. Amar la vida, humanizar la vida para que lo más sagrado no se convierta en mercancía.
Respetar el libre albedrío en cada quien para que la ética no sea la rigidez impuesta del debería ser sino una ciencia viva de ser, un permitir a aquellos que vienen a disfrutar de las mejores condiciones para llegar una vida digna de ser vivida.
Somos habitantes de un campo de conciencia
No es suficiente con describir el habitante del embrión, o del cuerpo desarrollado, porque también somos habitantes de un campo de conciencia que trasciende el cuerpo y la biología en la que aparentemente están restringidos.
Pues así como muere el cuerpo biológico, existe una Biología de la muerte de la que podríamos aprender un poco más del sentido de morir. Así como nuestra Biología es el sustrato que nos permite el desarrollo y expresión del amor, también existe una Biología que relata el amor. Preguntas cuya respuesta no puede ser sólo biológica o religiosa. Habrá de ser ante todo humana, pues la humanidad es un camino.
¿Somos humanos a partir de un momento dado de la evolución biológica? ¿La humanización como tal es un evento en el tiempo y en el espacio del cuerpo o es un proceso ligado a la conciencia? Estamos vivos porque habitamos un cuerpo ¿Es vida sólo la vida en el cuerpo? ¿Se acaba la vida? ¿Y qué hay antes de la vida? ¿Nada? ¿Venimos de ninguna parte y luego nos vamos al cielo, al purgatorio o al infierno? ¿Regresamos?
Hay una gran diferencia entre el conocimiento y la sabiduría. Entre el conocer y el comprender. Es cierto que conocemos y que a veces entendemos, pero no comprendemos. La sabiduría se encarna y tiene vida. Se refrenda con la vida. El conocimiento puede coexistir con el miedo, la culpa, la manipulación, la irresponsabilidad o la incoherencia.
Si simplemente pusiéramos la conciencia en la cuestión de nuestras observaciones no tendríamos que caer en el absolutismo reduccionista de la biología o la religión. La epidemia de abortos, como los problemas de la economía y de la ecología, son problemas de conciencia. Porque la humanidad es esa etapa de una evolución continua en que la conciencia que fluye por lo reinos de la naturaleza se hace consciente de sí misma. Conciencia de la conciencia, reflexión, la luz se vuelve al interior He ahí la diferencia. Ya que de humanidad se trata, no basta el cuerpo, ni los genes, ni la herencia, ni siquiera la epigenética y un entorno más o menos favorable. Es necesario esa talidad que se autoasuma, un músico que toque el instrumento, una música que descienda al seno de las moléculas que en ella encuentran su sentido. El potencial humano esta allí, latente, tal vez desde el big-bang como nos lo propone el llamado principio antrópico. Pero no basta el potencial, es necesaria su expresión en vivo y en directo, su manifestación o encarnación.
Lo cierto es que el ser humano del cual hablamos es más que un objeto acabado en el cuerpo, un proceso de continua encarnación, de continuo nacimiento. Estamos asistiendo a nuestro propio nacimiento como humanidad. Pero muchas veces aún no nacemos, porque no puede ser cierto que la violencia es humana. Es sólo una evidencia de lo que nos falta aún para ser humanos.
LA VIDA ES LA VIDA
Nadie es él, aunque su cuerpo esté completo
La biología es portadora de la humanidad pero no es la humanidad. Absurdo sería pensar que el genio de Mozart está en su violín, pero no lo sería menos el pensar que ti eres tú o yo soy yo sólo cuando nuestro desarrollo embrionario ha concluido., Pero ni Mozart es su violín terminado, ni tú, ni yo ni ninguno de nosotros es su cuerpo aunque el cuerpo ya esté completo. Confundimos el agua y el recipiente, la vida y el cuerpo, el músico y el instrumento. Entonces nos confundimos cuando hablamos de la vida, la muerte y el aborto. Esta confusión aumenta cuando creemos que la muerte del cuerpo es el final de la vida y que, ya sea la unión del óvulo y del espermatozoide, o el comienzo de la vida fetal son el comienzo de la vida, como si no viniéramos de ninguna parte. La conciencia es independiente del cuerpo, se expresa e el cuerpo que emplea como su instrumento. La conciencia individual, encadenada a la gran corriente de la vida, ha debido estar allí antes de aterrizar en el cuerpo y continua después de despegar de él. Es conciencia.
Eso que oscurece nuestra idea de vida ha distorsionado nuestra visión de la muerte, hasta el punto de oscurecer hoy mismo el diagnóstico cierto de muerte ¿Es muerte la muerte cerebral? En términos humanos la vida se relaciona con la posibilidad de la conciencia, y aunque haya vida en todas las demás células, si el alma, el músico, no puede tocar el instrumento del cerebro, no habrá vida digna de llamarse humana.
Creer que la vida es el cuerpo es como identificar el violín como causa de la música
¿De dónde venimos? ¿De los genes? ¿Aterrizamos de la nada infinita en el ADN de nuestros padres? ¿quién llega? ¿Quién parte) Es eso lo importante. El músico que toca el instrumento en la sinfonía de esta vida y que un día deja de lado el instrumento, como si no viniéramos de ninguna parte y no tuviéramos el sagrado derecho a regresar.
Pero creer que la vida es el cuerpo es una creencia tan falsa como la que identificaría el violín como causa de la música. Aunque no la oigas, la música ya es música. Aunque no la puedas fotografiar o atrapar en un embrión de ocho semanas, la vida es la vida. Entre la música y el instrumento, la conciencia. Entre el espíritu y el cuerpo, la conciencia, el alma, expresión de la conciencia reflexiva en nosotros. Se termina el cuerpo, sí, no la vida. El sentido del instrumento es la música. El sentido del músico es la música. Aunque no la podamos envasar, sigue. Es negar el plan, esa partitura del creador que dio lugar a la creación en nosotros.
Los adolescentes, hijos de lo que hemos sido
Mucho de nosotros, diría que casi todos nosotros,,hemos fracasado, por nuestra dualidad e incoherencia, en el proyecto de enamorar a lo adolescentes de hoy de nuestro proyecto de vida.. Hemos enseñado desde las normas externas pero no las hemos refrendado con nuestra propia vida. No hemos enseñado de esa ciencia viva que consiste en respetar y amar toda forma de vida y en actuar con responsabilidad.
Los hemos metido a ellos, nuestros hijos, en la camisa de fuerza de un debería ser que por lo menos a nosotros no nos ha conducido a la felicidad. Ahora pretendemos por decreto que tengan una sexualidad sana. Se rebelan contra nosotros y claro está contra ellos mismos y lo que de veras son. No nos ven hoy –yo dría que afortunadamente- como modelos a seguir. No quieren tener hijos como una carga o una imposición así ésta venga de un creador que ven tan lejano de ellos como de nosotros mismos. Podríamos legislar en nombre de la teología y de la ciencia, pero ¿dónde quedó nuestra humanidad y la de los fetos o embriones que a través del castigo y la imposición están condenados desde tan temprana edad a la lenta muerte del desamor, tan cruel como la del hambre de los millones de niños que mueren sin que clamemos todos a una por el derecho sagrado a la vida?
Cuando menos hay incoherencia, con careta de hipocresía. Una tremenda devoción por normalizar, juzgar y condenar, una ética externa al margen de nuestra propia práctica, hecha de creencias y prejuicios, falsos infiernos y paraísos que niegan nuestra humanidad.
EL FANTASMA DE LA VIDA
-Trascender el materialismo positivista: preservar el amor
….este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará
pues mi misma vida espero
muriendo porque no muero.
San Juan de la Cruz
Morir porque no morimos. Si pudiéramos comprender la profunda ciencia espiritual de los místicos en ese “saber no sabiendo toda ciencia trascendiendo”. Es una invitación a
trascender el materialismo positivista que nos revela esas fronteras de la conciencia superior en que cada ser humano también habita. Allí no estamos sólo atrapados en el mundo del cuerpo. Allí se disuelve el misterio de la muerte y comprendemos que es muriendo como se vive, que es dando como se recibe. Que al morir, disolviendo formas y apariencias se revela el ser que es la esencia: morimos cuando no morimos, morimos cuando vivimos para la forma o la apariencia. La forma de muerte más cotidiana es no aceptar la impermanencia que es en realidad nuestra esencia, salir de la corriente de la vida y vivir en las orillas de creencias, confusiones y comodidades, como también sacrificar la vida, que es sagrada, al placer, al poder, a los sentidos y perder el sagrado sentido de vivir.
No se trata de preservar a toda costa el cuerpo. Se trata de preservar el amor. No se trata sólo de dar soporte al cuerpo. Es necesario avivar el fuego. La vida intrauterina se nutre de otros ingredientes esenciales. Cuando sólo estamos atentos a los materiales, no tendremos la presencia del músico, el alma. Será un bello instrumento olvidado, un cuerpo repetido entre los muchos, pero la vida humana, individual y creativa, no estará plenamente animada por el alma. Que el alma anime. Que la conciencia esté presente. Que el amor encienda. Que la responsabilidad de asumir el hijo sea vivida como un derecho sagrado, como la más bella manera de participar del proceso de la creación y expandir las semillas de la vida.
Más allá de los muros de la biología molecular y de la religiosidad dualista
Todo este problema de salud pública en las sociedades de hoy no tiene solución posible desde la óptica de una ciencia que no ve más allá de los muros de la biología molecular, o desde la religiosidad que sólo ve en esta dimensión de la vida una preparación para la vida eterna. Nos negamos al presente. Entonces la vida, la esencia, no se puede convertir en genuina existencia. Vivimos desde el pasado para el futuro y la prisa enerva nuestra psique y nuestra fisiología
¿Y si sonriéramos, nos relajáramos un poco, dejáramos de lado prejuicios en nombre de Dios, de la religión o la ciencia, y simplemente sintiéramos nuestra humanidad? Nada más.
Podríamos a lo mejor descubrir que en nosotros existe una biología de la muerte cuyo propósito es paradójicamente conservar y renovar la vida. Esta biología utiliza la muerte celular programada, la apoptosis y que cuando fracasa esa forma de muerte silenciosa se pone en riesgo la vida. La vida está hecha de muerte. La muerte no es la negación, ni el fin de la vida como el nacimiento no es su comienzo. Nacimiento y muerte son sólo las riberas de una única corriente, la vida, que nos une a esa gran corriente de conciencia que es la creación. Y esa creación en el hombre descubre el fuego. Encendemos el leño de la vida y en nosotros habita el fulgor de un fuego interior que irradia y embellece la vida.
Humanizar la vida
a) El aborto, una oportunidad para aprender.
El del aborto, como todos los grandes desafíos del ser humano, no es un problema por resolver sino una preciosa oportunidad para aprender que, al fin, es lo que cuenta en la vida. Uno no e lleva nada a la otra vida, más que las lecciones aprendidas. Y las
lecciones esenciales son las del amor.
Estamos entonces frente a una situación que involucra nuestra humanidad y esa expresión de la naturaleza en nosotros que es el amor.
Si lo definiéramos desde esa dimensión de la religión universal que nos habla del Dios del amor, ya estaría el problema fundamental resuelto: estamos todos absueltos, donde hay amor no hay juicio. Y el error es el mejor de los maestros cuando estamos dispuestos a aprender la lección. ¿Y cual lección hemos aplazado? Les dimos a los hijos más de lo que nos pedían y menos de lo que realmente necesitaban. Luchamos tanto por su bienestar material que al fin de cuentas en su adolescencia ya estaban tan familiarizados con una cultura de muerte, sexo sin amor y violencia, que no podemos menos que constatar los frutos y decirnos “pero si lo que necesitaban era un poco más de nosotros, de nuestra coherencia y nuestra vida” Nunca es tarde para dar sinceramente aquello que vinimos a dar. Cosificamos la vida y ahora es la oportunidad para entregar desde nuestro ejemplo la vida.
b) La vida necesita el músico del alma
Si lo definiéramos desde la biología, podríamos saber que la genética es el resonador pero no la música y la vida necesita el músico del alma. Necesitamos una biología y una medicina con alma, no por ello menos científica. Aprenderíamos a leer en otro contexto el mundo de las células y las moléculas, veríamos en nuestras células germinales y en las bibliotecas genéticas evidencias claras de la continuidad de la gran corriente de la vida antes y después de nuestros cuerpos. Estudiaríamos científicamente el amor, la esperanza, la paz en el seno del cuerpo, aprenderíamos mucho más de la biología del amor y la de la muerte y, así al reconciliarnos con la muerte por su presencia constante en la biología, nos reconciliaríamos con la vida.
c) No hay mayor reconciliación que perdonarse
Reconciliación. Nada hay más mortal y terrible que el complejo de culpa. Es un complejo malsano que lleva en última instancia a la infelicidad y al autocastigo. Dejar pasar el pasado es perdonar, pero esto significa encender el fuego del amor en presente: comprender. Aprender la lección. ¡Como si aprender fuera encender de nuevo el fuego del amor en el corazón! No hay responsabilidad mayor y más grata que la de perdonarse, reconocerse, aceptarse porque eso nos lleva a amarnos. Y sólo cuando amamos podemos dar amor.
c) El aborto no sería problema si fuéramos humanos: en la nueva tierra el sexo será instrumento del amor.
Por último pero no lo menos importante, el aborto no sería un problema si fuéramos humanos, si desde la vida hubiéramos realmente enseñado a nuestros hijos a amar. Viendo los míos creo sinceramente que son más felices, más auténticos y más sanos que nosotros. Con todos sus errores, tal vez por el aprendizaje que en ellos viven, la de nuestros hijos y nietos serán las generaciones de la nueva tierra. Una tierra en la que el aborto no ha de ser un problema porque el sexo será un instrumento del amor. Y el amor es por definición responsable. Vendimos a la mujer como una mercancía, llenamos la televisión y el mercado con mensajes que decía poco más o menos que ellas eran mercancía y el sexo un artículo de consumo. Bombardeamos a nuestros hijos precozmente con mensajes de muerte y de poder y de placer como si estos fueran los móviles de la vida. Y ahora nos quejamos de su irresponsabilidad. Ahora se trata, como en la economía, de aprender, de nuestra caída, vida Y honrar esta corriente de vida que nos permite la magia de ser concreadores, continuadores de la obra de Dios y no sentirnos mejores o peores sino simplemente humanos. Humanizar el sexo para que no quede reducido a una adición genital, humanizar las relaciones, practicar la ciencia sublime del amor, del servir, para honrar la vida.
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INVESTIGACIÓN Y BIOÉTICA
Texto
El espíritu de la síntesis es esa nota de fondo que recorre, integrándolos, todos los aspectos de la vida humana en esta época demarcada por el derrumbe de los antiguos fundamentalismos y la disolución de su inherente condición reduccionista y separatista.
Que nuestro partido sea el de la unidad en lo esencial. Que el arte, la ciencia y la religión sean la bella expresión de esa unidad, una humanidad, sustentada en el respetuoso reconocimiento de una diversidad ética y cultural que, en lugar de dividirnos, ha de enriquecernos y completarnos.
Que no sea la medicina un proyecto de protocolos sin humanidad y nuestras terapias estén de veras dirigidas a la vida. Que en nuestra religión prevalezca el amor y nuestra filosofía no excluya nuestra humanidad. Que la paz no sea el disfraz de la injusticia
(Jorge Carvajal Posada, Médico e Investigador, creador de la Sintergética).
Nuestra visión del aborto no puede estar desligada de la visión que tenemos de la vida, de la muerte, de la humanidad. ¿Somos el cuerpo? Y si es que no somos sólo este precioso instrumento de evolución de la conciencia, ¿a partir de cuándo estamos en él?. ¿Quién entra en el cuerpo cuando nacemos y quién parte cuando el cuerpo deja de funcionar?
¿Quiénes ese que habita en nuestro cuerpo?
El ser humano ha heredado de la gran cadena de la vida un maravilloso instrumento pero las evidencias antropológicas y la portentosa evolución de los últimos millones de años nos enseñan que el hombre no es sólo un animal que va ascendiendo. Es también un héroe interior, un ángel, una chispa de dios, el alma que va descendiendo. La humanidad es un punto de encuentro y de síntesis de los tres reinos de la naturaleza. Siento que no soy el cuerpo, pero el cuerpo me lleva por la vida. Es como una carroza impulsada por la fuerza del caballo de los deseos y dirigida en su rumbo por el jinete del pensamiento. Pero alguien va al interior, uno que conoce el destino y generalmente mora en silencio al interior del vehículo. Emplea la mente para comunicarse con su instrumento. ¿Quién es ese que habita en nuestro cuerpo, siente en nuestra piel, ve por nuestros ojos y utiliza el cerebro para reflexionar y crear a partir del pensamiento? ¿El que observa en nuestros ojos, toca en nuestro tacto, da sentido a la percepción de los sentidos? El alma.
No se muere la vida, se mueren los cuerpos
Somos el alma, no hay duda, pero lo olvidamos, entonces asociamos la muerte al final de la vida. No se pierde la vida. Así como por su vestido no podemos definir a la gente, por lo cuerpos no se puede definir la entidad del ser humano. No se muere la vida, se mueren los cuerpos, las formas humanas, no sus esencias. El cuarto reino de la naturaleza, el humano, es una emergencia de la conciencia evolutiva que permite el acceso a una etapa original de la conciencia: la conciencia reflexiva o conciencia de sí. En el hombre la conciencia se hace consciente de sí misma y emprende ese sendero de interiorización que le ha permitido la expansión de una creatividad, como el maravilloso don de la humanidad.
Ese alguien, capaz de entregar lo mejor de sí mismo a una causa, no es el cuerpo: la vida viene al cuerpo, se va del cuerpo, pero sigue viva.
No es sólo la conservación de un cuerpo animal lo que nos permite ser humanos. El cuerpo que nos puede expandir y liberar puede convertirse en una lóbrega prisión cuando no existe el amor.
¿Por qué habríamos de condenar a la verdadera entidad humana a una prisión? ¿Por qué habríamos de pensar que la vida que habita en el cuerpo es el cuerpo y llega a su fin con el cuerpo? La vida es una corriente continua. Viene al cuerpo, se va del cuerpo, pero sigue viva. Es personal pero va más allá de la persona. Es una gota en el río de la conciencia, una ola en el océano.
Vivir es liberar, no es atrapar la vida
El cuerpo, ese precioso instrumento que nos ha legado la evolución, es un medio para liberar, no para atrapar. Y el amor es el gran liberador. Interrumpir la gestación consciente y responsablemente puede ser paradójicamente, un acto de gran responsabilidad y amor.
El ADN no ve, ni un montón de células en un tubo de ensayo. Sin observador que los utilice no tendrían sentido el microscopio o el telescopio. Sin el alma que lo habite no tendrían sentido los sentidos. Alguien utiliza nuestros sentidos, ese habitante interior capaz de traducir el paisaje en un poema o en una explosión de colores en el lienzo. Alguien capaz de entregar lo mejor de su vida a una causa como la familia, la patria o la humanidad. Pero ese no puede ser el cuerpo, ni el cuerpo embrionario, ni el cuerpo fetal, ni el patrón del cuerpo. El sentir, la visión, lo sentidos y el cuerpo no van desligados de la vida. La biología preserva la vida con la muerte, pues ya cuando nacemos muchas células han debido morir para que muchas células conectadas pudieran vivir. Esta ley biológica en el cerebro es radical ya desde la vida fetal. Neurona que no puede interconectarse, comunicarse muere. La vida es aprendizaje, comunicación, comunión, movimiento del amor y no sólo biología. Vista desde la perspectiva de la biología moderna, la vida es un patrón de relaciones que genera aprendizaje. Vivir es aprender, morir es dejar de aprender, aunque siga viva la biología.
No somos nuestra biología, ni nuestras células. Somos un campo de inteligencia que en ellas se precipita. Pero ese campo tiene una sustancia: el amor.Amor que se expresa en el ritual de la fusión, en la relación entre el hombre y la mujer, en la atracción entre los opuestos para revelar su complementariedad.
Nuestro yo es un campo de conciencia en la realidad embrionaria, que escucha, recoge y refleja el ambiente que lo rodea
Y cuando no podemos aprender, ¿qué es de la vida? Y cuando no podemos ser amados por nuestros padres, ¿cómo se afecta la vida? Y cuando no podemos amarnos –y al prójimo como a sí mismo- ¿qué es de nuestra vida? La primera clave de la conciencia es identidad, una yoidad que es el comienzo, el punto de partida del tejido de la vida. Somos habitantes de un campo de conciencia del que el cuerpo es el instrumento. Sin ese campo de conciencia el cuerpo no tendría vitalidad ni sentido. El desafecto, el abandono, el desamor, son nefastos par un recién nacido aunque su biología disponga de todos los demás nutrientes. Los niños acariciados crecen mejor y más rápido. La separación precoz de la madre, como cuando el niño va a una incubadora, puede tener efectos negativos para su salud futura. Los traumas emocionales durante el embarazo, los nacimientos difíciles, la hipoxia pueden conducir al mismo tipo de dificultades tanto psíquicas como físicas.
Los embriones escuchan, los fetos resuenan con la voz y lo sentimientos de sus padres, el campo de conciencia que es la vida fetal y embrionaria comulga con el ambiente que lo rodea. Y pueden también sufrir la separación y el rechazo psíquico, captar la tristeza o la depresión de la madre. Los padres y el ADN que de ellos heredamos son antenas que albergan las resonancias de los antepasados hasta el presente. El pasado está presente en el feto, y los programas grabados son también registrados por esa doble antena espiral que nos conecta al programa de la vida.
Sin el campo relacional del amor no tiene sentido la vida
La corriente entrante de la vida que llega y que no es sólo el cuerpo ha de habitar en un campo de conciencia que determina su viabilidad. Para que la vida no sea simplemente la supervivencia vegetativa en la que se vive el horror de una muerte en cámara lenta, necesitamos generar espacios de amor, de lo contrario simplemente condenamos seres humanos, padres, madres e hijos a vivir lo que no están preparados aún para vivir, aunque lo hagamos en nombre de la vida. Preservamos el cuerpo aunque los hayamos arrancado del campo relacional del amor que da sentido a la vida.
La propuesta es muy sencilla. Ser profundamente respetuoso de la cultura, la religión, las creencias, las convicciones, en fin, de la conciencia íntegra de cada quien y acompañarlo a decidir con responsabilidad y madurez para acoger, si es el caso, una vida humana que se ha de dignificar.
Entendiendo que no es que tengamos lo hijos porque sí. Es como si recibiéramos el honor inmenso de la vista de un alma, un hermano o hermana, que viene a nosotros, porque nos ha escogido para vivir una experiencia de aprendizaje en el cuerpo. Más que juzgar, hemos de preparar las condiciones adecuadas para acompañarlo en una decisión libre y sincera de preparar el ambiente físico y humano adecuado para dar lo mejor de su amor al ser que busca expresarse en el cuerpo.
MAS ALLÁ DEL CIENTIFISMO Y LA RELIGIOSIDAD
El aborto es una cuestión de humanidad
Cuando una niña de diez años es brutalmente violada y rechazamos la posibilidad de que aborte, ¿cuál es la vida humana que decimos defender? ¿la del embrión, condenando a un ser humano, por nuestra “defensa de la vida”, a vivir sin madre, sin padre, sin hogar y sin amor? En nombre del derecho a la vida podemos condenar el alma a vivir en la prisión del cuerpo una vida que, en tales condiciones, raramente podrá alcanzar el estatus de la vida humana. ¿Defendemos acaso, con nuestro rechazo a este aborto, la vida de una niña, cuando realmente la estamos condenando a ser madre sin haber terminado de vivir su propia infancia?
En verdad ponemos a la niña fuera de lugar al igual que al hijo o hija que habría de nacer, así como a los abuelos y a la familia en el seno de la cual nace. La vida no sólo es biología celular y sus dimensiones cuantitativas de espacios y tiempo de desarrollo. En términos humanos, la vida es también una cierta cualidad del amor que mueve y dinamiza nuestra biología. Y esa cualidad está presente como una corriente que se va precipitando gradualmente en el cuerpo. ¿Desde cuándo? ¿Hasta cuando? Desde antes hasta después, pues el sentido común nos dice que la vida no comienza ni acaba en el cuerpo.
Más allá del dogma religioso y del reduccionismo científico
Para comprender nuestra vida no nos bastan ni el cuerpo ni la biología molecular del ADN. Para vislumbrar la dimensión del aborto es necesario ir más allá del dogma religioso y del reduccionismo científico. Tratándose del ser humano, es necesario referirnos a su humanidad, para lo cual habríamos de trascender las ciencias biológicas e involucrarnos también en las ciencias humanas que, por ser humanas, no son menos científicas. Tendríamos que considerar al menos el diálogo feto-materno, en el que la psique de la madre y la pareja juegan un rol determinante, tanto en el desarrollo del feto como en la calidad de su vida futura. Las mujeres que se sienten queridas por su maridos tienen menos complicaciones obstétricas. Los hijos amamantados por el amor de sus padres desde la concepción tendrán mejor salud en el futuro.
Y por qué no decirlo también con claridad, para realizar un enfoque integral del aborto tendríamos que sumergirnos en el campo de las ciencias espirituales. El término mismo parece paradójico, pero un método que al ser repetido por muchos conduce a resultados comparables puede ser considerado científicamente. Si un método de oración grupal conduce a efecto constatables sobre la salud de los individuos, que son estadísticamente válidos, ese método de oración puede ser vislumbrado como una auténtica ciencia.
La oración, la meditación, la devoción por la vida, el pensamiento amoroso pueden ser métodos que nos conduzcan a resultados que antes sólo podíamos concebir desde la biología molecular. Pensamiento y sentimiento actúan sobre las moléculas; los pensamientos positivos o negativos del entorno, comenzando por el materno, actúan sobre el embrión. Si una madre y su entorno no están en condiciones de llevar la música del amor al instrumento del cuerpo estamos condenando el alma al desamor. Y esa es la peor de la muertes. En nombre de la vida revindicamos la muerte, porque confundimos la vida con el cuerpo y terminamos defendiendo el cuerpo, no el agua abundante de vida que a través de él ha de fluir. No somos sólo un cuerpo animal, pero nos aferramos sólo a ese cuerpo sin considerar para nada el alma que lo habita. Al confundir así el cuerpo con la vida, defendemos el cuerpo y sacrificamos la vida.
La condena a una vida sin amor es una condena a una muerte lenta
La falta de amor tiene consecuencias biológicas que podríamos comparar con la falta temprana de oxígeno. Sabemos hoy que la expresión de los genes depende de su entorno molecular o epigenético. Desde la misma perspectiva, el ambiente biofísico como el de los campos electromagnéticos, el emocional y el mental inciden decididamente en el ADN como en todos los sistemas biológicos. La ausencia de amor tiene efectos catastróficos sobre el desarrollo fetal. En nombre de la vida que se dice defender, la continuidad de un embarazo no se puede ni se debe imponer. El amor no se impone. El embrión y el feto necesitan de ese nutriente esencial para la vida. No proporcionarlo equivale a condenarlos a una desnutrición afectiva temprana. Aunque no haya un aborto físico, retener un embrión o un feto sin consentimiento es alterar toda la epigenética que determina como se expresa nuestro genoma. Con nuestras condenas lo único que conseguimos a veces es conservar el instrumento y abortar la sinfonía de ese proyecto humano que es el proyecto del alma.
Es bien paradójico que en nombre del Dios del amor condenáramos a la gente por su error real o supuesto a tener a sus hijos sin amor. Las consecuencias saltan a la vista. Y los hijos, muchas veces más de los que podríamos tener dignamente, se convirtieron en una pesada carga más que en una maravillosa devoción. Desde muchos hogares fracasó la lección de la devoción por la vida. Y la misma vida humana decayó en una amargaducha por la supervivencia.
Cuando la supervivencia quedó garantizada, las cosas no parecieron ir a mejor. La satisfacción de los sentidos, el placer y el poder se convirtieron en paradigmas de la felicidad. Consumidores de esta falsa felicidad, caímos en la crisis de sentido y el vacío existencial. Pero no hemos tenido tiempo de darnos cuenta de que cuando vivimos para sobrevivir, o para el poder y el placer, perdimos el sentido de la vida.
Los adolescentes, perdido el sentido de la vida, buscan encender la hoguera del alma
Ese sin sentido fue el nido en que muchos de nuestros adolescentes crecieron. Ahora se buscan, en sus cuerpos, en sus almas, en sus crisis de sentido, en la calle y el botellón del fin de semana. Buscan encender la hoguera del alma. En el sexo, en el ritual de la fusión, buscan la unión con ellos mismos. Comprendamos al buscador que hay en cada búsqueda aunque transitoriamente se encuentre perdido. Salvémonos del juicio y del prejuicio y los infiernos de todas las inquisiciones prometidas. Humanicemos la vida. La responsabilidad es la capacidad de responder desde la vida, con la vida por toda la gran corriente de vida que nos une a la creación y esa responsabilidad más que una carga o pesada obligación es esa sublime devoción que surge cuando en la vida se ha encendido el amor.
El derecho a la vida es el derecho a no abortar nuestro proyecto humano
El del aborto no es un problema del primer día o los tres primeros meses. Es el de toda la vida. Cuando abortamos nuestro proyecto humano, cuando un niño muere de hambre a los diez años, cuando renunciamos a entregar lo mejor de nosotros, estamos abortando nuestro proyecto humano..El derecho a la vida no es un derecho vegetativo, no es el derecho a ocupar la prisión de un cuerpo o a nacer en una familia sin la sagrada nutrición del amor. El derecho a la vida es el de utilizar el cuerpo como instrumento de la música sagrada del amor, por que la vida es música. Y la existencia es una danza. Cuando rescatemos la danza, el amor tendrá la levedad de la alegría y en el hogar habrá regocijo porque los padres habremos encendido la hoguera del corazón de los hijos y ellos sabrán qué es una familia. Entonces amarán la vida de todas maneras. Amar la vida, humanizar la vida para que lo más sagrado no se convierta en mercancía.
Respetar el libre albedrío en cada quien para que la ética no sea la rigidez impuesta del debería ser sino una ciencia viva de ser, un permitir a aquellos que vienen a disfrutar de las mejores condiciones para llegar una vida digna de ser vivida.
Somos habitantes de un campo de conciencia
No es suficiente con describir el habitante del embrión, o del cuerpo desarrollado, porque también somos habitantes de un campo de conciencia que trasciende el cuerpo y la biología en la que aparentemente están restringidos.
Pues así como muere el cuerpo biológico, existe una Biología de la muerte de la que podríamos aprender un poco más del sentido de morir. Así como nuestra Biología es el sustrato que nos permite el desarrollo y expresión del amor, también existe una Biología que relata el amor. Preguntas cuya respuesta no puede ser sólo biológica o religiosa. Habrá de ser ante todo humana, pues la humanidad es un camino.
¿Somos humanos a partir de un momento dado de la evolución biológica? ¿La humanización como tal es un evento en el tiempo y en el espacio del cuerpo o es un proceso ligado a la conciencia? Estamos vivos porque habitamos un cuerpo ¿Es vida sólo la vida en el cuerpo? ¿Se acaba la vida? ¿Y qué hay antes de la vida? ¿Nada? ¿Venimos de ninguna parte y luego nos vamos al cielo, al purgatorio o al infierno? ¿Regresamos?
Hay una gran diferencia entre el conocimiento y la sabiduría. Entre el conocer y el comprender. Es cierto que conocemos y que a veces entendemos, pero no comprendemos. La sabiduría se encarna y tiene vida. Se refrenda con la vida. El conocimiento puede coexistir con el miedo, la culpa, la manipulación, la irresponsabilidad o la incoherencia.
Si simplemente pusiéramos la conciencia en la cuestión de nuestras observaciones no tendríamos que caer en el absolutismo reduccionista de la biología o la religión. La epidemia de abortos, como los problemas de la economía y de la ecología, son problemas de conciencia. Porque la humanidad es esa etapa de una evolución continua en que la conciencia que fluye por lo reinos de la naturaleza se hace consciente de sí misma. Conciencia de la conciencia, reflexión, la luz se vuelve al interior He ahí la diferencia. Ya que de humanidad se trata, no basta el cuerpo, ni los genes, ni la herencia, ni siquiera la epigenética y un entorno más o menos favorable. Es necesario esa talidad que se autoasuma, un músico que toque el instrumento, una música que descienda al seno de las moléculas que en ella encuentran su sentido. El potencial humano esta allí, latente, tal vez desde el big-bang como nos lo propone el llamado principio antrópico. Pero no basta el potencial, es necesaria su expresión en vivo y en directo, su manifestación o encarnación.
Lo cierto es que el ser humano del cual hablamos es más que un objeto acabado en el cuerpo, un proceso de continua encarnación, de continuo nacimiento. Estamos asistiendo a nuestro propio nacimiento como humanidad. Pero muchas veces aún no nacemos, porque no puede ser cierto que la violencia es humana. Es sólo una evidencia de lo que nos falta aún para ser humanos.
LA VIDA ES LA VIDA
Nadie es él, aunque su cuerpo esté completo
La biología es portadora de la humanidad pero no es la humanidad. Absurdo sería pensar que el genio de Mozart está en su violín, pero no lo sería menos el pensar que ti eres tú o yo soy yo sólo cuando nuestro desarrollo embrionario ha concluido., Pero ni Mozart es su violín terminado, ni tú, ni yo ni ninguno de nosotros es su cuerpo aunque el cuerpo ya esté completo. Confundimos el agua y el recipiente, la vida y el cuerpo, el músico y el instrumento. Entonces nos confundimos cuando hablamos de la vida, la muerte y el aborto. Esta confusión aumenta cuando creemos que la muerte del cuerpo es el final de la vida y que, ya sea la unión del óvulo y del espermatozoide, o el comienzo de la vida fetal son el comienzo de la vida, como si no viniéramos de ninguna parte. La conciencia es independiente del cuerpo, se expresa e el cuerpo que emplea como su instrumento. La conciencia individual, encadenada a la gran corriente de la vida, ha debido estar allí antes de aterrizar en el cuerpo y continua después de despegar de él. Es conciencia.
Eso que oscurece nuestra idea de vida ha distorsionado nuestra visión de la muerte, hasta el punto de oscurecer hoy mismo el diagnóstico cierto de muerte ¿Es muerte la muerte cerebral? En términos humanos la vida se relaciona con la posibilidad de la conciencia, y aunque haya vida en todas las demás células, si el alma, el músico, no puede tocar el instrumento del cerebro, no habrá vida digna de llamarse humana.
Creer que la vida es el cuerpo es como identificar el violín como causa de la música
¿De dónde venimos? ¿De los genes? ¿Aterrizamos de la nada infinita en el ADN de nuestros padres? ¿quién llega? ¿Quién parte) Es eso lo importante. El músico que toca el instrumento en la sinfonía de esta vida y que un día deja de lado el instrumento, como si no viniéramos de ninguna parte y no tuviéramos el sagrado derecho a regresar.
Pero creer que la vida es el cuerpo es una creencia tan falsa como la que identificaría el violín como causa de la música. Aunque no la oigas, la música ya es música. Aunque no la puedas fotografiar o atrapar en un embrión de ocho semanas, la vida es la vida. Entre la música y el instrumento, la conciencia. Entre el espíritu y el cuerpo, la conciencia, el alma, expresión de la conciencia reflexiva en nosotros. Se termina el cuerpo, sí, no la vida. El sentido del instrumento es la música. El sentido del músico es la música. Aunque no la podamos envasar, sigue. Es negar el plan, esa partitura del creador que dio lugar a la creación en nosotros.
Los adolescentes, hijos de lo que hemos sido
Mucho de nosotros, diría que casi todos nosotros,,hemos fracasado, por nuestra dualidad e incoherencia, en el proyecto de enamorar a lo adolescentes de hoy de nuestro proyecto de vida.. Hemos enseñado desde las normas externas pero no las hemos refrendado con nuestra propia vida. No hemos enseñado de esa ciencia viva que consiste en respetar y amar toda forma de vida y en actuar con responsabilidad.
Los hemos metido a ellos, nuestros hijos, en la camisa de fuerza de un debería ser que por lo menos a nosotros no nos ha conducido a la felicidad. Ahora pretendemos por decreto que tengan una sexualidad sana. Se rebelan contra nosotros y claro está contra ellos mismos y lo que de veras son. No nos ven hoy –yo dría que afortunadamente- como modelos a seguir. No quieren tener hijos como una carga o una imposición así ésta venga de un creador que ven tan lejano de ellos como de nosotros mismos. Podríamos legislar en nombre de la teología y de la ciencia, pero ¿dónde quedó nuestra humanidad y la de los fetos o embriones que a través del castigo y la imposición están condenados desde tan temprana edad a la lenta muerte del desamor, tan cruel como la del hambre de los millones de niños que mueren sin que clamemos todos a una por el derecho sagrado a la vida?
Cuando menos hay incoherencia, con careta de hipocresía. Una tremenda devoción por normalizar, juzgar y condenar, una ética externa al margen de nuestra propia práctica, hecha de creencias y prejuicios, falsos infiernos y paraísos que niegan nuestra humanidad.
EL FANTASMA DE LA VIDA
-Trascender el materialismo positivista: preservar el amor
….este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará
pues mi misma vida espero
muriendo porque no muero.
San Juan de la Cruz
Morir porque no morimos. Si pudiéramos comprender la profunda ciencia espiritual de los místicos en ese “saber no sabiendo toda ciencia trascendiendo”. Es una invitación a
trascender el materialismo positivista que nos revela esas fronteras de la conciencia superior en que cada ser humano también habita. Allí no estamos sólo atrapados en el mundo del cuerpo. Allí se disuelve el misterio de la muerte y comprendemos que es muriendo como se vive, que es dando como se recibe. Que al morir, disolviendo formas y apariencias se revela el ser que es la esencia: morimos cuando no morimos, morimos cuando vivimos para la forma o la apariencia. La forma de muerte más cotidiana es no aceptar la impermanencia que es en realidad nuestra esencia, salir de la corriente de la vida y vivir en las orillas de creencias, confusiones y comodidades, como también sacrificar la vida, que es sagrada, al placer, al poder, a los sentidos y perder el sagrado sentido de vivir.
No se trata de preservar a toda costa el cuerpo. Se trata de preservar el amor. No se trata sólo de dar soporte al cuerpo. Es necesario avivar el fuego. La vida intrauterina se nutre de otros ingredientes esenciales. Cuando sólo estamos atentos a los materiales, no tendremos la presencia del músico, el alma. Será un bello instrumento olvidado, un cuerpo repetido entre los muchos, pero la vida humana, individual y creativa, no estará plenamente animada por el alma. Que el alma anime. Que la conciencia esté presente. Que el amor encienda. Que la responsabilidad de asumir el hijo sea vivida como un derecho sagrado, como la más bella manera de participar del proceso de la creación y expandir las semillas de la vida.
Más allá de los muros de la biología molecular y de la religiosidad dualista
Todo este problema de salud pública en las sociedades de hoy no tiene solución posible desde la óptica de una ciencia que no ve más allá de los muros de la biología molecular, o desde la religiosidad que sólo ve en esta dimensión de la vida una preparación para la vida eterna. Nos negamos al presente. Entonces la vida, la esencia, no se puede convertir en genuina existencia. Vivimos desde el pasado para el futuro y la prisa enerva nuestra psique y nuestra fisiología
¿Y si sonriéramos, nos relajáramos un poco, dejáramos de lado prejuicios en nombre de Dios, de la religión o la ciencia, y simplemente sintiéramos nuestra humanidad? Nada más.
Podríamos a lo mejor descubrir que en nosotros existe una biología de la muerte cuyo propósito es paradójicamente conservar y renovar la vida. Esta biología utiliza la muerte celular programada, la apoptosis y que cuando fracasa esa forma de muerte silenciosa se pone en riesgo la vida. La vida está hecha de muerte. La muerte no es la negación, ni el fin de la vida como el nacimiento no es su comienzo. Nacimiento y muerte son sólo las riberas de una única corriente, la vida, que nos une a esa gran corriente de conciencia que es la creación. Y esa creación en el hombre descubre el fuego. Encendemos el leño de la vida y en nosotros habita el fulgor de un fuego interior que irradia y embellece la vida.
Humanizar la vida
a) El aborto, una oportunidad para aprender.
El del aborto, como todos los grandes desafíos del ser humano, no es un problema por resolver sino una preciosa oportunidad para aprender que, al fin, es lo que cuenta en la vida. Uno no e lleva nada a la otra vida, más que las lecciones aprendidas. Y las
lecciones esenciales son las del amor.
Estamos entonces frente a una situación que involucra nuestra humanidad y esa expresión de la naturaleza en nosotros que es el amor.
Si lo definiéramos desde esa dimensión de la religión universal que nos habla del Dios del amor, ya estaría el problema fundamental resuelto: estamos todos absueltos, donde hay amor no hay juicio. Y el error es el mejor de los maestros cuando estamos dispuestos a aprender la lección. ¿Y cual lección hemos aplazado? Les dimos a los hijos más de lo que nos pedían y menos de lo que realmente necesitaban. Luchamos tanto por su bienestar material que al fin de cuentas en su adolescencia ya estaban tan familiarizados con una cultura de muerte, sexo sin amor y violencia, que no podemos menos que constatar los frutos y decirnos “pero si lo que necesitaban era un poco más de nosotros, de nuestra coherencia y nuestra vida” Nunca es tarde para dar sinceramente aquello que vinimos a dar. Cosificamos la vida y ahora es la oportunidad para entregar desde nuestro ejemplo la vida.
b) La vida necesita el músico del alma
Si lo definiéramos desde la biología, podríamos saber que la genética es el resonador pero no la música y la vida necesita el músico del alma. Necesitamos una biología y una medicina con alma, no por ello menos científica. Aprenderíamos a leer en otro contexto el mundo de las células y las moléculas, veríamos en nuestras células germinales y en las bibliotecas genéticas evidencias claras de la continuidad de la gran corriente de la vida antes y después de nuestros cuerpos. Estudiaríamos científicamente el amor, la esperanza, la paz en el seno del cuerpo, aprenderíamos mucho más de la biología del amor y la de la muerte y, así al reconciliarnos con la muerte por su presencia constante en la biología, nos reconciliaríamos con la vida.
c) No hay mayor reconciliación que perdonarse
Reconciliación. Nada hay más mortal y terrible que el complejo de culpa. Es un complejo malsano que lleva en última instancia a la infelicidad y al autocastigo. Dejar pasar el pasado es perdonar, pero esto significa encender el fuego del amor en presente: comprender. Aprender la lección. ¡Como si aprender fuera encender de nuevo el fuego del amor en el corazón! No hay responsabilidad mayor y más grata que la de perdonarse, reconocerse, aceptarse porque eso nos lleva a amarnos. Y sólo cuando amamos podemos dar amor.
c) El aborto no sería problema si fuéramos humanos: en la nueva tierra el sexo será instrumento del amor.
Por último pero no lo menos importante, el aborto no sería un problema si fuéramos humanos, si desde la vida hubiéramos realmente enseñado a nuestros hijos a amar. Viendo los míos creo sinceramente que son más felices, más auténticos y más sanos que nosotros. Con todos sus errores, tal vez por el aprendizaje que en ellos viven, la de nuestros hijos y nietos serán las generaciones de la nueva tierra. Una tierra en la que el aborto no ha de ser un problema porque el sexo será un instrumento del amor. Y el amor es por definición responsable. Vendimos a la mujer como una mercancía, llenamos la televisión y el mercado con mensajes que decía poco más o menos que ellas eran mercancía y el sexo un artículo de consumo. Bombardeamos a nuestros hijos precozmente con mensajes de muerte y de poder y de placer como si estos fueran los móviles de la vida. Y ahora nos quejamos de su irresponsabilidad. Ahora se trata, como en la economía, de aprender, de nuestra caída, vida Y honrar esta corriente de vida que nos permite la magia de ser concreadores, continuadores de la obra de Dios y no sentirnos mejores o peores sino simplemente humanos. Humanizar el sexo para que no quede reducido a una adición genital, humanizar las relaciones, practicar la ciencia sublime del amor, del servir, para honrar la vida.
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INVESTIGACIÓN Y BIOÉTICA
Texto
El espíritu de la síntesis es esa nota de fondo que recorre, integrándolos, todos los aspectos de la vida humana en esta época demarcada por el derrumbe de los antiguos fundamentalismos y la disolución de su inherente condición reduccionista y separatista.
Que nuestro partido sea el de la unidad en lo esencial. Que el arte, la ciencia y la religión sean la bella expresión de esa unidad, una humanidad, sustentada en el respetuoso reconocimiento de una diversidad ética y cultural que, en lugar de dividirnos, ha de enriquecernos y completarnos.
Que no sea la medicina un proyecto de protocolos sin humanidad y nuestras terapias estén de veras dirigidas a la vida. Que en nuestra religión prevalezca el amor y nuestra filosofía no excluya nuestra humanidad. Que la paz no sea el disfraz de la injusticia
(Jorge Carvajal Posada, Médico e Investigador, creador de la Sintergética).
lunes, 13 de septiembre de 2010
EL CONTROL DE LA VIDA
Controlarnos no es inhibirnos, no es reprimirnos. Es tener las manos firmes en el timon, es ocupar el lugar del centro, el lugar del amor, es estar naciendo desde el sujeto, no creer que somos objetos o mercancias, manipulados o dirigidos inconscientemente desde afuera, o programados, o llenos de expectativas.....
Cuando renunciamos al mundo de la programacion, en el que nos volvemos victimas del automatismo, y al mundo de las expectativas, en el que nos congelamos en el futuro, y tomamos el control de nuestro presente y tenemos las manos en el timon, entonces que venga la tempestad y el viento y la corrientre....El problema no es la tempestad, el problema es si yo estoy o no en el centro,, alli donde yo puedo dirigir la tempestad y darle un sentido a la vida. El problema no es la catastrofe, no es la caida...La caida es el mejor regalo que la vida te puede dar, porque la caida es el cincel del Dios destructor que revela el diamante que hay dentro de ti. Sin ese cincel, sin ese dolor, no vas a revelar tu luz interior.
El control de nuestra vida depende de que tengamos una corecta vision, un correcto enfoque, un buen punto de vista. El universo que observamos depende de la posicion del observador. Eso no es solo religion, es tambien fisica cuantica. Cuando la posicion del observador cambia, cambia tu postura, tu posicion. Ten una posicion mas amplia, menos dogmatica, mas tolerante, mas flexible, mas total, mas humana.
Es necesario conquistar una posicion del observador en la que nuestra vision sea integra. Dos robles no pueden crecer juntos. La ciencia de la relacion humana es la de la correcta distancia, una distancia a la que te pueda ver integro. Si estoy muy cerca, no voy a ver sino tus lunares y tus accidentes y tus defectos. Si estoy muy lejos no te voy a ver. Pero si me ubico a la correcta distancia, voy a ver tu texto y tu contexto. Te voy a ver entero, entera. Cuando te veo desde tu integridad, te puedo respetar. Resoeto tu territorio y nuestra relacion no es invasiva. Nuestra relacion se vuelve constructiva cuando ocupamos justamente nuestro lugar.
Tenemos control en la vida cuando vivimos amistosamente. La correcta distancia en terminos humanos es la amistad. ¡Que aunque no seas ni amante, ni hijo, ni esposa, ni hermano, seas en todo caso mi amigo, mi amiga, por que solo desde la amistad se pueden de verdad asumir las otras relaciones que merezcan el nombre de humanas! ¡Que haya cordialidad, que haya apertura amorosa, que te pueda ver en tu integridad, lo cual solo es posible desde el corazon! ¡Que pueda ser amigo de mi mismo, porque si me trato como a violin prestado,no voy a poder nunca reconocerme, ni conocerme, y me voy a ver a pedacitos, o segun la mascara del deberia ser y nunca voy a revelar mi Ser!
Ese es el control. Ello implica que tengo un ojo para ver que es masculino y otro femenino, que tengo un ojo de la razon y otro de los sentidos, pero implica una vision centrica. Es el noble sendero del medio, es la justicia, es el equilibrio, es saber que en la vida hay 3 pares de opuestos, pero es movrete entre los opuestos para que tu seas la sintesis, para que tu seas el complemento y en ese complemento reveles la unidad.
Cuando yo veo por el ojo derecho por un lado y con el izquierdo por el otro lado, cuando el matematico en mi y el poeta en mi se alejan del que mercadea y el que hace la economia,entonces no veo un mundo, sino dos mundos, o diez mundos y tengo tantos mundos como puntos de vista. Es necesario despertar hoy a una vision espiritual.
El ojo espiritual es el ojo de la intuicion. Ese ojo de la intuicion, es el ojo de la sencillez, es el ojo del sentir, de la percepcion total.¡Que yo, mas alla de tu nariz, pueda sentirte y pueda sentir tu corazon porque, cuando te siento, te puedo sentir dese la totalidad! Cuando te veo solamente desde el ojo de los sentidos o dese el ojo de la razon,, no voy a poder ver lo sencial en ti. Es preciso nacer a una vision de lo esencial y esa vision de lo esencial es la vision de la unidad.
Tener una correcta vision es que yo te conozca, que te reconozca, que te sienta desde adentro como parte de mi. Esa es la primera parte en la construccion del caracter. La correcta vision es una vision desde la transparencia y la honestidad. Es una vision sin juicios, sin prejuicios, es una vision centrica. Podria ver el mundo desde multiples puntos en la periferia y tendria tatos mundos como puntos de vista.
¿Como podemos reconstruir la antigua unidad del mundo? ¿Como podremos salirnos de este mundo disociado? Regresando al centro, adentro. Todos los radios de la esfera de la vida desembocan en el centro. Desde el centro, todo este mundo de diversidades es un mundo de unidad, es un mundo uni-diverso. El universo es uni-diverso desde el centro.
La diversidad es simplemente un revelador de la unidad. Cuando estas alli adentro, en el centro, te conviertes en un vortice de conciencia, en un centro del universo. Naces a ti. Al nacer a ti, hay algo nuevo, bello y bueno que esta naciendo en el universo. Hay una estrella que esta naciendo en el universo. Vuelves a nacer y asistes al segundo nacimiento. Naces a tu conciencia.
He ahi la primera manera de construir un buen caracter: adquirimos el control de nuestra vida al cambiar nuestra vision del mundo, nuestra vision de nosotros. Si restauramos la integridad y la unidad de ese mundo, podemos ver un mundo espiritual. Un mundo espiritual no esta dividido en pequeños capitulos para la ciencia, la tecnologia, la filosofia. la religion, la econmia, el arte, o la magia.... Todos ellos hacen parte de todas las corrientes de la vida.
La vida es luz y se diversifica en siete colores a traves del prisma de la materia. Lo vemos dividido, pero cada uno de esos colores es un rayo de la misma luz. Un rayo de sol no se siente diferente del sol. Nosotros somos rayos y radiaciones de esa luz. Esa luz se diversifica en nosotros y se vuelve nuestros `chakras´.
Nuestros `chakras´ son centros de energia. Esos centros de energia iluminan y dinamizan nuestras glandulas. Las glandulas endocrinas desembocan con sus secreciones en la sangre y determinan toda la sinfonia quimica de aquello que somos. Pero todo eso que somos, precipitado en la materia,es producto de la misma luz.
Si nosotros no perdemos la vision de la misma luz, sino vemos en un hijo simplemente un hijo, si no vemos en un higado simplemente un higado, si lo volvemos a conectar y a restaurar en su integridad...., entonces estamos naciendo a un buen caracter,el caracter de una humanidad que es honesta, que es humilde, que es sencilla, que ve en todo lo otro una continuidad del yo, para conformar un nosotros y en ese nosotros restaurar la unidad perdida.
JORGE CARVAJAL
Cuando renunciamos al mundo de la programacion, en el que nos volvemos victimas del automatismo, y al mundo de las expectativas, en el que nos congelamos en el futuro, y tomamos el control de nuestro presente y tenemos las manos en el timon, entonces que venga la tempestad y el viento y la corrientre....El problema no es la tempestad, el problema es si yo estoy o no en el centro,, alli donde yo puedo dirigir la tempestad y darle un sentido a la vida. El problema no es la catastrofe, no es la caida...La caida es el mejor regalo que la vida te puede dar, porque la caida es el cincel del Dios destructor que revela el diamante que hay dentro de ti. Sin ese cincel, sin ese dolor, no vas a revelar tu luz interior.
El control de nuestra vida depende de que tengamos una corecta vision, un correcto enfoque, un buen punto de vista. El universo que observamos depende de la posicion del observador. Eso no es solo religion, es tambien fisica cuantica. Cuando la posicion del observador cambia, cambia tu postura, tu posicion. Ten una posicion mas amplia, menos dogmatica, mas tolerante, mas flexible, mas total, mas humana.
Es necesario conquistar una posicion del observador en la que nuestra vision sea integra. Dos robles no pueden crecer juntos. La ciencia de la relacion humana es la de la correcta distancia, una distancia a la que te pueda ver integro. Si estoy muy cerca, no voy a ver sino tus lunares y tus accidentes y tus defectos. Si estoy muy lejos no te voy a ver. Pero si me ubico a la correcta distancia, voy a ver tu texto y tu contexto. Te voy a ver entero, entera. Cuando te veo desde tu integridad, te puedo respetar. Resoeto tu territorio y nuestra relacion no es invasiva. Nuestra relacion se vuelve constructiva cuando ocupamos justamente nuestro lugar.
Tenemos control en la vida cuando vivimos amistosamente. La correcta distancia en terminos humanos es la amistad. ¡Que aunque no seas ni amante, ni hijo, ni esposa, ni hermano, seas en todo caso mi amigo, mi amiga, por que solo desde la amistad se pueden de verdad asumir las otras relaciones que merezcan el nombre de humanas! ¡Que haya cordialidad, que haya apertura amorosa, que te pueda ver en tu integridad, lo cual solo es posible desde el corazon! ¡Que pueda ser amigo de mi mismo, porque si me trato como a violin prestado,no voy a poder nunca reconocerme, ni conocerme, y me voy a ver a pedacitos, o segun la mascara del deberia ser y nunca voy a revelar mi Ser!
Ese es el control. Ello implica que tengo un ojo para ver que es masculino y otro femenino, que tengo un ojo de la razon y otro de los sentidos, pero implica una vision centrica. Es el noble sendero del medio, es la justicia, es el equilibrio, es saber que en la vida hay 3 pares de opuestos, pero es movrete entre los opuestos para que tu seas la sintesis, para que tu seas el complemento y en ese complemento reveles la unidad.
Cuando yo veo por el ojo derecho por un lado y con el izquierdo por el otro lado, cuando el matematico en mi y el poeta en mi se alejan del que mercadea y el que hace la economia,entonces no veo un mundo, sino dos mundos, o diez mundos y tengo tantos mundos como puntos de vista. Es necesario despertar hoy a una vision espiritual.
El ojo espiritual es el ojo de la intuicion. Ese ojo de la intuicion, es el ojo de la sencillez, es el ojo del sentir, de la percepcion total.¡Que yo, mas alla de tu nariz, pueda sentirte y pueda sentir tu corazon porque, cuando te siento, te puedo sentir dese la totalidad! Cuando te veo solamente desde el ojo de los sentidos o dese el ojo de la razon,, no voy a poder ver lo sencial en ti. Es preciso nacer a una vision de lo esencial y esa vision de lo esencial es la vision de la unidad.
Tener una correcta vision es que yo te conozca, que te reconozca, que te sienta desde adentro como parte de mi. Esa es la primera parte en la construccion del caracter. La correcta vision es una vision desde la transparencia y la honestidad. Es una vision sin juicios, sin prejuicios, es una vision centrica. Podria ver el mundo desde multiples puntos en la periferia y tendria tatos mundos como puntos de vista.
¿Como podemos reconstruir la antigua unidad del mundo? ¿Como podremos salirnos de este mundo disociado? Regresando al centro, adentro. Todos los radios de la esfera de la vida desembocan en el centro. Desde el centro, todo este mundo de diversidades es un mundo de unidad, es un mundo uni-diverso. El universo es uni-diverso desde el centro.
La diversidad es simplemente un revelador de la unidad. Cuando estas alli adentro, en el centro, te conviertes en un vortice de conciencia, en un centro del universo. Naces a ti. Al nacer a ti, hay algo nuevo, bello y bueno que esta naciendo en el universo. Hay una estrella que esta naciendo en el universo. Vuelves a nacer y asistes al segundo nacimiento. Naces a tu conciencia.
He ahi la primera manera de construir un buen caracter: adquirimos el control de nuestra vida al cambiar nuestra vision del mundo, nuestra vision de nosotros. Si restauramos la integridad y la unidad de ese mundo, podemos ver un mundo espiritual. Un mundo espiritual no esta dividido en pequeños capitulos para la ciencia, la tecnologia, la filosofia. la religion, la econmia, el arte, o la magia.... Todos ellos hacen parte de todas las corrientes de la vida.
La vida es luz y se diversifica en siete colores a traves del prisma de la materia. Lo vemos dividido, pero cada uno de esos colores es un rayo de la misma luz. Un rayo de sol no se siente diferente del sol. Nosotros somos rayos y radiaciones de esa luz. Esa luz se diversifica en nosotros y se vuelve nuestros `chakras´.
Nuestros `chakras´ son centros de energia. Esos centros de energia iluminan y dinamizan nuestras glandulas. Las glandulas endocrinas desembocan con sus secreciones en la sangre y determinan toda la sinfonia quimica de aquello que somos. Pero todo eso que somos, precipitado en la materia,es producto de la misma luz.
Si nosotros no perdemos la vision de la misma luz, sino vemos en un hijo simplemente un hijo, si no vemos en un higado simplemente un higado, si lo volvemos a conectar y a restaurar en su integridad...., entonces estamos naciendo a un buen caracter,el caracter de una humanidad que es honesta, que es humilde, que es sencilla, que ve en todo lo otro una continuidad del yo, para conformar un nosotros y en ese nosotros restaurar la unidad perdida.
JORGE CARVAJAL
EL CHAMAN DON JUAN
Somos perceptores. Nos damos cuenta; no somos objetos; no tenemos solidez. No tenemos limites. El mundo de los objetos y de la solidez es una forma de hacer nuestro paso por la tierra mas convincente. Es solo una descrpcion creada para ayudarnos. Nosotros, o mejor dicho, nuestra razon, olvida que la descripcion es solamente una descripcion, y asi atrapamos la totalidad de nosotros mismos en un circulo vicioso del que rara vez salimos en vida.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Entrevista al doctor Jorge Carvajal
Jorge Carvajal es un médico revolucionario. Especializado en Bioenergética y creador de la Medicina Sintergética, en su clínica de El Plantío (Madrid) cuenta con un extraordinario equipo de especialistas médicos. En ese centro emplean novedosas técnicas de diagnóstico y tratamiento, como las que ideó el doctor Hamer en la llamada Nueva Medicina Germánica. A continuación os sugiero la lectura de este fragmento de una interesantísima entrevista realizada al doctor Carvajal. Un hombre que al igual que Hamer, si no hubiese tanta mafia en el mundo sanitario y más especialmente en el de las farmacéuticas como se ha acabado demostrando con la estafa de la gripe A, podría optar sin duda alguna al premio Nobel de Medicina. He elegido sólo tres preguntas, pero las respuestas de Carvajal no tienen desperdicio alguno para quien sepa extraer sus enseñanzas.
¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70% de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, el vacío aumenta cada vez más.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el “debería ser”, y no somos ni lo uno ni lo otro.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70% de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, el vacío aumenta cada vez más.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el “debería ser”, y no somos ni lo uno ni lo otro.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
jueves, 9 de septiembre de 2010
HISTORIA BONITA
La historia capto mi atencion momentos antes de que empezara la primera noche de un seminario que duraria tres dias. Durante la mayor parte de la tarde habia estado pensando como comenzar el programa de ese dia. Aunque tenia bastante claro lo que iba a hacer tras la inaguracion, justamente era la introduccion lo que todavia suponia un misterio. En esos momentos de incertidumbre, cuando parece que las soluciones razonables solo son tenues destellos de posibilidades distantes, he descubierto que generalmente falta una pieza en el rompecabezas, algo en lo que todavia no he caido. Mi confianza en ese sentimiento y la certeza de que siempre hah de suceder mas cosas, con frecuencia toman los angustiosos momentos de panico en una extranña calma.
Entre en el comedor de nuestra casa y abri un gran sobre que me habia llegado por la mañana. Contenia varios relatos de triunfos humanos, uno de los cuales me emociono tanto que me encontre secandome las lagrimas de la cara antes de haber terminado de leer la historia. Mas tarde, ese mismo dia, la comparti en directo ante una audiencia de varios miles de personas. Esta tuvo el mismo efecto en ellas. El relato que me habia llegado ese dia describia un incidente que tuvo lugar en los Juegos Olimpicos Especiales de 1998.
Los Juegos Olimpicos Especiales se organizaron para brindar una oportunidad a niños y adultos de disfrutar juntos de una competcion anistosa. Lo que distingue a estos juegos es que cada persona compite con el handicap de las condiciones mentales o fisicas que les impiden participar en los Juegos Olimpicos internacionales que acaparan la atencion del mundo cada cuatro años. Este articulo era la historia de nueve niños que se hicieron amigos durante su instancia en el campus olimpico de 1998.
Una mañana coincidio que todos competian juntos en la misma pista y en la misma prueba. Al sonido del disparo inicial, se lanzaron a alcanzar la meta que se encontraba en el otro extremo de la pista. Fue un niño que padecia el sindrome de down el que hizo que este relato fuera tan especial. Mientras los otros competidores avanzaban por la pista utilizando todos sus medios para llegar a la meta, este niño redujo la marcha y miro hacia la linea de salida. Vio que uno de sus compañeros se habia caido al principio de la carrera y estaba intentando levantarse.
El niño del sindrome de down se detuvo de pronto, se dio la vuelta y se dirigio hacia su amigo. Uno a uno, todos los competidores al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, dieron la vuelta y le siguieron, hasta llegar de nuevo al punto de partida, levantaron a su amigo, se cogieron todos de los brazos y juntos recorrieron la pista hasta llegar a la meta. En ese momento, esos nueve niños cambiaron las normas de la competicion. Con el cronometro tv marcando, transcendieron los limites del tiempo y del deporte paraa crear una experiencia en la que cada uno termino a su manera, pero todos a la vez. Para elos no tenia sentido llegar a la meta sin los demas.
Esta historia es importante por dos razones. Cada vez que la comparto, la imagen de los niños abrazados para llegar a la meta evoca una fuerte emocion, que lejos de provocar tristeza y frustacion, las personas suelen describir commo una emocion de esperanza. Esa emocion abre la puerta a nuevas situaciones en nuestras vidas. Ademas, esta historia supone un bellisimo ejemplo de como un grupo de jovenes, con la inocencia de su amor mutuo, cambiaron el curso de su experiencia, al aplicar una nueva regla a una situacio establecida. A su manera, los niños de los Juegos Olimpicos especiales nos recuerdan las grandes posibilidades que se nos brindan en nuestra vida a medida que nos adentramos en un peculiar momento de la historia.
Hemos visto que es posible redefinir los parametros de las profecias para nuestro futuro. Las pruebas nos recuerdan que nosotros intercedemos en nuestro propio nombre, cada vez que respondemos a los retos de la vida diaria. Quiza la mejor forma de demostrarnos tales posibilidades sea indagar en la naturaleza de la compasion, del tiempo, del perdon y de la oracion con la vision de nuestros antepasados. Con el lenguaje de su tiempo, ellos nos recuerdan que en realidad somos uno y, que por encima de cualquier otra razon, hemos venido a este mundo a amar.
LIBRO EL EFECTO ISAIAS
Entre en el comedor de nuestra casa y abri un gran sobre que me habia llegado por la mañana. Contenia varios relatos de triunfos humanos, uno de los cuales me emociono tanto que me encontre secandome las lagrimas de la cara antes de haber terminado de leer la historia. Mas tarde, ese mismo dia, la comparti en directo ante una audiencia de varios miles de personas. Esta tuvo el mismo efecto en ellas. El relato que me habia llegado ese dia describia un incidente que tuvo lugar en los Juegos Olimpicos Especiales de 1998.
Los Juegos Olimpicos Especiales se organizaron para brindar una oportunidad a niños y adultos de disfrutar juntos de una competcion anistosa. Lo que distingue a estos juegos es que cada persona compite con el handicap de las condiciones mentales o fisicas que les impiden participar en los Juegos Olimpicos internacionales que acaparan la atencion del mundo cada cuatro años. Este articulo era la historia de nueve niños que se hicieron amigos durante su instancia en el campus olimpico de 1998.
Una mañana coincidio que todos competian juntos en la misma pista y en la misma prueba. Al sonido del disparo inicial, se lanzaron a alcanzar la meta que se encontraba en el otro extremo de la pista. Fue un niño que padecia el sindrome de down el que hizo que este relato fuera tan especial. Mientras los otros competidores avanzaban por la pista utilizando todos sus medios para llegar a la meta, este niño redujo la marcha y miro hacia la linea de salida. Vio que uno de sus compañeros se habia caido al principio de la carrera y estaba intentando levantarse.
El niño del sindrome de down se detuvo de pronto, se dio la vuelta y se dirigio hacia su amigo. Uno a uno, todos los competidores al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, dieron la vuelta y le siguieron, hasta llegar de nuevo al punto de partida, levantaron a su amigo, se cogieron todos de los brazos y juntos recorrieron la pista hasta llegar a la meta. En ese momento, esos nueve niños cambiaron las normas de la competicion. Con el cronometro tv marcando, transcendieron los limites del tiempo y del deporte paraa crear una experiencia en la que cada uno termino a su manera, pero todos a la vez. Para elos no tenia sentido llegar a la meta sin los demas.
Esta historia es importante por dos razones. Cada vez que la comparto, la imagen de los niños abrazados para llegar a la meta evoca una fuerte emocion, que lejos de provocar tristeza y frustacion, las personas suelen describir commo una emocion de esperanza. Esa emocion abre la puerta a nuevas situaciones en nuestras vidas. Ademas, esta historia supone un bellisimo ejemplo de como un grupo de jovenes, con la inocencia de su amor mutuo, cambiaron el curso de su experiencia, al aplicar una nueva regla a una situacio establecida. A su manera, los niños de los Juegos Olimpicos especiales nos recuerdan las grandes posibilidades que se nos brindan en nuestra vida a medida que nos adentramos en un peculiar momento de la historia.
Hemos visto que es posible redefinir los parametros de las profecias para nuestro futuro. Las pruebas nos recuerdan que nosotros intercedemos en nuestro propio nombre, cada vez que respondemos a los retos de la vida diaria. Quiza la mejor forma de demostrarnos tales posibilidades sea indagar en la naturaleza de la compasion, del tiempo, del perdon y de la oracion con la vision de nuestros antepasados. Con el lenguaje de su tiempo, ellos nos recuerdan que en realidad somos uno y, que por encima de cualquier otra razon, hemos venido a este mundo a amar.
LIBRO EL EFECTO ISAIAS
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