José MotaMercedes Arroyo |
Ha cambiado de estado civil y de apellido, pero su fina ironía y su agudo sentido del humor siguen intactos. José Sánchez es ahora José Mota y ya no es la mitad de Cruz y Raya, sino el ideólogo de su propio programa, 'El show de José Mota'.
Como muchas otras estrellas del espectáculo, y tras dejar atrás su larga etapa en Cruz y Raya, José Sánchez ha decidido cambiar de apellido artístico para iniciar un nuevo camino profesional en el que tendrá más peso su faceta actoral.
«Creo que ese nombre tiene más que ver conmigo y me ayudará a separar etapas», reconoce. TVE emite su nueva serie, La hora de José Mota, trece entregas llenas de crítica e ironía, en las que mostrará su particular manera de entender el humor y la vida.
Y con la crisis encima, su sentido del humor dará algunas pistas para ayudar a sobrellevarla.
Ha despedido 2008 con un especial y empieza 2009 con una serie, El show de José Mota.
¡Es bello sobrevivir!, que se emitió en Nochevieja, fue especial al uso, pero en la serie he querido hacer capítulos temáticos. Y haré cosas distintas, como sacar la cámara a la calle para recoger situaciones y opiniones de los espectadores.
Como novedad, se ha unido a la productora Hill Valley, de la que han surgido espacios de humor como Muchachada nui...
Sí. Hill Valley se encarga de toda la parte técnica y mi productora, Jajaja, de la artística y creativa. En esta ocasión, Televisión Española ha dividido el trabajo.
¿Su humor tendrá a partir de ahora alguna influencia manchega?
Yo soy manchego, pero cada uno de nosotros tiene su estilo. Hill Valley ha hecho sus propuestas, aunque ha sido respetuosa con la parte creativa.
Siempre ha sido un humorista muy trabajador. ¿Cómo aguanta el ritmo de las grabaciones?
Lo que me hace tirar para adelante es la ilusión por el trabajo y tener buena preparación física. En épocas de grabación, suelo dormir cuatro o cinco horas, pero luego me recupero. Ahora tengo abandonado el gimnasio porque no tengo tiempo. Lo que me gusta es correr y hacer bicicleta. Creo que eso es básico para mi salud y para poder aguantar.
¿Tiene un trabajo intenso durante épocas y luego descansa?
Eso no es del todo así. Yo descanso, pero ya estoy pensando en el siguiente proceso. En tiempos más tranquilos consumo espectáculos, por ejemplo, voy al teatro, al cine...
¿Y echa de menos a Juan?
El hueco de Juan es insustituible. Ahora estoy en otro proceso de mi vida y no puedo compararlo. Como compañero, Juan ha ocupado un sitio irremplazable, pero, en estos momentos, vivo una evolución personal que me pide mostrar mi trabajo.
¿Y no teme que el público cuando le vea en solitario no le entienda sin la presencia de Juan Muñoz?
Puede ocurrir, pero yo trato de hacer mi trabajo lo mejor posible. El fin de año de 2007 ya lo hice en solitario y también interpreté, con Santiago Segura, Los productores. Al público ya no le resulta tan novedoso.
¿Por qué se separaron?
Porque 18 años, que fue lo que estuvimos juntos, dan para estar muy bien, para que llegue la rutina y para que el proyecto común deje de ilusionarte en un momento determinado. Ese desgaste profesional es inevitable y te empuja a emprender proyectos en solitario. Simplemente eso.
¿Volverán a trabajar juntos?
Eso no se puede asegurar. Si hay un trabajo que nos guste a los dos, ¿por qué no? Sólo es cuestión de que surja.
¿Personalmente también han roto la relación?
Si te separas profesionalmente, también te alejas en el terreno personal, pero en este caso no ha sido tan drástico.
¿Acabaron mal?
No, no. Hace poco coincidimos en el estreno de la película Australia, estuvimos hablando y nos sentamos juntos en el patio de butacas. Cada uno tiene sus propias ideas y sus propios proyectos personales. Incluso es saludable separarse después de trabajar juntos tanto tiempo. Entiendo que Juan quisiera volar y tomar oxígeno. Lo que ocurre es que la gente esperaba una declaración impactante de nuestra separación. No la hubo y hemos dejado abierta una puerta.
Esa misma vinculación la tiene también con TVE. ¿Podría decirse que es su cadena ideal?
Cruz y Raya empezó en TVE hace casi 20 años, luego nos fuimos a Telecinco y, más tarde, volvimos a TVE. El humor bien comunicado no tiene fronteras.
¿Y cómo definiría su humor actualmente?
Me da mucho pudor definirme, lo que sí puedo decir es que me siento bastante realizado y, sobre todo, que este trabajo es consecuencia de mi propio progreso. Realizo un humor más de puertas para adentro, y he comprobado que, cuando lo haces así, la gente lo aprecia rápidamente.
¿Y ya ha descubierto qué quiere contar?
Quiero contar mis observaciones de la vida y, sobre todo, reírme de mí mismo. El núcleo del humor está en la sociedad. No hay nada más rico que la calle y lo cotidiano. Me gusta observar y contar. Suelo llevar a mis programas temas que interesan a la gente, como la tan manida crisis, pero sin mayor pretensión. Yo sólo doy mi opinión de lo que veo.
¿Cuáles son sus armas en pantalla?
Lo que más ha distinguido nuestro trabajo en Cruz y Raya fue la creación de personajes. Las parodias y las imitaciones me han dado muchas alegrías a lo largo de mi vida profesional, pero ahora mismo no es lo que más me interesa.
¿Qué personajes le han dado mayores satisfacciones a lo largo de su carrera?
Ha habido muchos personajes, quizá, Tomás, el pensionista, y Blasa, la viejecita. En La hora de José Mota, cuando se enteran que lo estoy haciendo y que no he contado con ellos, vienen a verme y me regañan. El resto serán nuevos.
¿Sabría decirme quiénes han sido sus padres humorísticos?
No me gusta hablar de eso porque siempre te dejas gente en el tintero, pero yo diría que los grandes de siempre, como Tip y Coll... Yo he crecido con el humor de Tony Leblanc, Fernando Esteso y Andrés Pajares.
¿Puede decir que la memoria es su punto fuerte, sobre todo en épocas de grabación?
Sí. Vivo de mi cabeza y eso me obliga a cuidarme bastante. Hay días que llego al plató y no me ha dado tiempo a aprenderme el texto, y en cinco minutos tengo que memorizarlo. Y eso lo consigo con entrenamiento mental.
¿Su productora está detrás de sus proyectos creativos? ¿Se considera un buen jefe?
Yo me considero persona por encima de lo profesional, y eso lo llevo a rajatabla. Me gusta cuidar a la gente que está a mi lado. Quizá deberían responderte los que trabajan conmigo... Mi objetivo primordial es estar lo más a gusto posible en el trabajo y tener buena armonía.
¿Ha llegado tan lejos como imaginaba o no imaginaba que llegaría tan lejos?
Puedo responder a esa pregunta diciendo que me siento afortunado por hacer el trabajo que quiero. ¿Lejos? Eso me haría entrar en grandes profundidades. Yo creo que nadie es tan importante y que las personas están por encima de los personajes. Me agrada ir escalando posiciones en mi trabajo, pero a mí la fama no me emborracha. Es precioso que la gente te valore por la calle, pero el mundo de las fotos no me interesa. Trato de ser feliz y de disfrutar el presente. He tratado que la popularidad no afecte a mi esencia. Cuando el personaje empieza a poder a la persona, vas muy mal.
En el último año ha hecho programas en solitario, ha tenido un hijo... Está en un momento muy bueno.
He tenido una niña, Daniela. Sí, me siento en un momento de equilibrio, aunque menos relajado en cuanto al trabajo, pero tranquilo. Recuerdo que antes tenía épocas de muchas subidas y bajadas, bastante convulsas, y eso ya no es así. Nada es para tanto.
¿Cómo vivió la experiencia teatral de Los productores?
Fue maravillosa. La repetiría mañana mismo si pudiera. Además, Santiago Segura es un grandísimo profesional y un buen amigo. Estar en Madrid, en un teatro y tener que cantar y bailar a diario, fue enorme. Ésa es una de las cosas fantásticas que me da esta profesión.
Juan Muñoz ha hecho una película. ¿No se ha planteado probar suerte en el cine?
Sí, por supuesto. Tengo pendiente hacer una película, pero tengo que aclararme porque ahora me rondan en la cabeza dos ideas totalmente opuestas: una es de terror y la otra es una comedia romántica. Tendré que decidirme pronto.
¿Habrá una segunda parte de El show de José Mota?
¡Quién lo sabe! Eso es una incógnita en este trabajo y en televisión, aunque a mí me gustaría que TVE volviera a confiar en mí. Esperemos que la primera le guste a la gente.
Como estamos a principios de año y aunque suene a tópico. ¿Qué le pide a 2009?
Salud, sobre todo para quien la necesite. Pido mucha salud, que, desde luego, es lo más importante en la vida.
martes, 4 de enero de 2011
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