Es realmente interesante comprobar como la base cientifica del ensayo clinico que tiene en marcha el Instituto Nacional del Cancer de Estados Unidos parte de los descubrimientos de John Beard en 1911 sobre el caracter dextrogiro de las proteinas tumorales. Particularidad esta que solo tienen las celulas cancerigenas y no las celulas sanas como luego demostraron tambien Kogl y, en España,Obdulio Fernandez. Descubrimiento que, junto a otros trabajos, abrio la puerta del estudio de las enzimas proteoliticas como herramientas terapeuticas para destruir esas proteinas. Pues bien, lo que nadie se pregunto desde entonces es de donde proceden esas proteinas dextrogiras de las celulas cancerigenas si el cuerpo humsano no tiene capacidad de sintetizarlas. Nadie... excepto el farmaceutico, microbiologo e investigador español Fernando Chacon ya que fue precisamente el descubrimiento de Beard lo que le hizo plantearse esta pregunta-como el mismo reconoce en la pagina 112 de su libro Pribios o enzimas vivientes- y dedicar toda su vida a encontrar la respuesta. Averiguando, tras muchos años de estudios, que esas proteinas de las celulas cancerigenas proceden de los bacilos aerobios esporulados y que su destruccion conlleva la destruccion de la celula tumoral. ¡Ese es el gran descubrimiento de Fernando Chacon y tal la base cientifica, demostrada y demostrable, del Bio-Bac!
Y entienda el lector que no se trata de una mera "coincidencia anecdotica". En los ultimos años se han desarrolado numerosos trabajos que avalan la veracidad y transcendencia del descubrimiento de Fernando Chacon efectuado ¡hace mas de cuarenta años! Los mas recientes descubrimientos en la Proteomica, recibidos con alborozo por una comunidad cientifica que ve en ellos la posible solucion al cancer, y comprobaremos como no hacen mas que confirmar-unos tras otros- lo ya escrito y demostrado por Fernando Chacon. Y como anticipo, una muestra: el Premio Nobel de Quimica acaba de ser concedido hace solo unos dias a dos cientificos israelies y otro norteamericano "por haber iniciado una via que podra conducir en el futuro a lograr una vacuna contra el cancer gracias a su estudio sobre las proteinas de las celulas tumorales" ¡Cuando este estudio ya esta realizado, la via explorada y la vacuna conseguida!
¡Lastima que el recientemente fallecido D. Fernando Chacon fuera español! Es obvio que si no hubiera nacido aqui hace ya mucho que le habrian dado el Nobel.
DR. FERMIN MORIANO
domingo, 28 de febrero de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
EL DERECHO A LA SALUD NO SE RESPETA
Es absolutamente intolerable que cuando esta en juego la vida de alguien a causa de una enfermedad pueda ser un tercero- sea el Estado o la clase medica- quien tenga la ultima palabra. El derecho a la vida es instransferible. Y el derecho a la salud. ¿Cuando van a entender algo tan simple los medicos y nuestros representantes politicos? ¿Cuando va a asumir el hecho de que la decision ultima en el ambito de la salud debe depender de cada uno de nosotros? Si alguien esta enfermo los medicos deben informarle de su estado y de las posibilidades de tratamiento segun sus conocimientos- que generalmente no son ni los unicos ni los mejores aunque ellos asi lo crean- y ser el enfermo- o sus familiares mas cercanos si este no esta en condiones de hacerlo- el que luego decida libremente. Sin embargo, los medicos se resisten a ello. ¿Por que? ¿Que les cuesta dejar que sea el enfermo quien decida lo que considera mejor para el? Yo entiendo que haya medicos que se desesperen cuando un paciente decide afrontar la enfermedad siguiendo un camino distinto al que el propone, especialmente si esta convencido de que su solucion es mejor y el enfermo se esta equivocando pero deben entender que ¡Hay que respetar su derecho a equivocarse! Cuando esta en juego la salud o la vida de una persona ha de ser siempre esa persona la que decida. Siempre. Muy especialmente porque la Medicina conveccional, a pesar de tantos supuestos avances, DESCONOCE LA CAUSA DE LA MAYOR PARTE DE LAS ENFERMEDADES,y por consiguiente, ES INCAPAZ DE PROPONER TRATAMIENTOS CURATIVOS. La inmensa mayoria de su arsenal terapeutico se basa en paliativos,es decir, productos que se limitan a aliviar o mejorar los sintomas y que normalmente, ademas de no curar nada, provocan numerosos efectos yatrogenicos. ¿Que les impide reconocer este hecho? ¿Que les impide reconocer que los actuales conocimientos medicos son tan escasos que son incapaces de ayudar a superar la inmensa mayoria de las llamadas"enfermedades", esas que no existen. Porque- como ya hemos denunciado otras veces- resulta que los mismos medicos que repiten una y otra vez que "existen enfermos y no enfermedades" poseen luego un enorme catalogo de esas inexistentes enfermedades. ¿Seran conscientes de su esquizofrenia?
Tomemos como ejemplo el caso del cancer,un grave problema porque solo en los hospitales de nuestro pais fallecen 100.00 personas al año(sin contar los que mueren en sus casas). ¿Como se atreven los oncologos a exigir la exclusiva del tratamiento de esos enfermos cuando salvo en los casos de extirpacion quirurgica de tumores aislados los tratamiento con Quimioterapia y Radioterapia obtienen unos indices de supervivencia RIDICULOS.Y no lo decimos nosotros: lo dicen los principales"expertos" españoles. Mariano Barbacid, director del inutil Centro Nacional de Investigaciones Oncologicas, llego a reconocer el año pasado que el "exito" de los tratamientos oncologicos actuales ¡no llega al 10% de los casos! En otras palabras, EL 90% DE LOS PACIENTES DE CANCER QUE SIGUEN LOS TRATAMIENTOS OFICIALMENTE BENDECIDOS TERMINAN MURIENDO(la mayoria antes de que transcurran 5 años desde que se les descubre). Asi pues, ¿Como osan los oncologos exigir nada? ¿Son conscientes de que algun dia pueden terminar siendo LLEVADOS A LOS TRIBUNALES CAUSADOS DE GENOCIDIO?
Y no crea el lector que esto pasa solamente en el ambito del cancer. Acaece en todas las especialidades medicas. Resulta patologico que los distintos especialistas medicos reclamen la exclusiva de los tratamientos de esos enfermos cuando en la practica totalidad de los casos DESCONOCEN LAS CAUSAS DE LAS PATOLOGIAS DE LAS QUE SON "EXPERTOS" Y NO CONOCEN TRATAMIENTO EFICAZ PARA ELLAS. ¿Como es posible, a tenor de este hecho, tal grado de soberbia e inconsciencia? ¿Como es posible, por poner otro ejemplo, que todo enfermo que entra en un hospital publico pierda por completo su capacidad de decision y sea el cuadro medico de cada hospital el que dedcida los tratamientos que en ese centro pueden o no aplicarse al enfermo? ¿Como permite la sociedad que se cercenen de manera tan ignominiosa nuestros derechos?
JOSE ANTONIO CAMPOY
Tomemos como ejemplo el caso del cancer,un grave problema porque solo en los hospitales de nuestro pais fallecen 100.00 personas al año(sin contar los que mueren en sus casas). ¿Como se atreven los oncologos a exigir la exclusiva del tratamiento de esos enfermos cuando salvo en los casos de extirpacion quirurgica de tumores aislados los tratamiento con Quimioterapia y Radioterapia obtienen unos indices de supervivencia RIDICULOS.Y no lo decimos nosotros: lo dicen los principales"expertos" españoles. Mariano Barbacid, director del inutil Centro Nacional de Investigaciones Oncologicas, llego a reconocer el año pasado que el "exito" de los tratamientos oncologicos actuales ¡no llega al 10% de los casos! En otras palabras, EL 90% DE LOS PACIENTES DE CANCER QUE SIGUEN LOS TRATAMIENTOS OFICIALMENTE BENDECIDOS TERMINAN MURIENDO(la mayoria antes de que transcurran 5 años desde que se les descubre). Asi pues, ¿Como osan los oncologos exigir nada? ¿Son conscientes de que algun dia pueden terminar siendo LLEVADOS A LOS TRIBUNALES CAUSADOS DE GENOCIDIO?
Y no crea el lector que esto pasa solamente en el ambito del cancer. Acaece en todas las especialidades medicas. Resulta patologico que los distintos especialistas medicos reclamen la exclusiva de los tratamientos de esos enfermos cuando en la practica totalidad de los casos DESCONOCEN LAS CAUSAS DE LAS PATOLOGIAS DE LAS QUE SON "EXPERTOS" Y NO CONOCEN TRATAMIENTO EFICAZ PARA ELLAS. ¿Como es posible, a tenor de este hecho, tal grado de soberbia e inconsciencia? ¿Como es posible, por poner otro ejemplo, que todo enfermo que entra en un hospital publico pierda por completo su capacidad de decision y sea el cuadro medico de cada hospital el que dedcida los tratamientos que en ese centro pueden o no aplicarse al enfermo? ¿Como permite la sociedad que se cercenen de manera tan ignominiosa nuestros derechos?
JOSE ANTONIO CAMPOY
domingo, 21 de febrero de 2010
EL TIEMPO
SOMOS HUELLAS DEL TIEMPO. EL ESPACIO ES LA EXTERIORIZACION DEL TIEMPO.
COMO DECIA BORGES....El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego
COMO DECIA BORGES....El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego
jueves, 18 de febrero de 2010
NO TEMAS EL MAL
De refugios y moradas
Nuestras bestias se esconden en sus oscuras cavernas, se agazapan en el día y salen a cazarnos en la noche. Uno es literalmente cazado por sus propios demonios de : los de las represiones, los de los temores, los de las negaciones.
creíamos que huyendo de las cosas podíamos escaparnos de ellas
pero eso no es cierto: mientras más corremos más fuertes se vuelven.
Nosotros creímos que negando la bestia podíamos eludir sus efectos
pero cuanto más las negamos, más filosos se les ponen los dientes.
Los demonios son estados de conciencia interiores que podrían ser preciosos para nuestra vida, pero cuando los almacenamos en el infierno, es decir, cuando los estigmatizamos, demonizamos la vida, cuando los exorcizamos allá abajo, los demonios salen por la noche de sus cavernas echando candela. Tentáculos, garras, colas del deseo reprimido, cabezas emocionales de la Hidra tienen una caverna o refugio en las tinieblas de la propia noche interna.
Pero aún esos refugios pueden ser preciosas estrategias de supervivencia. Si nos va a comer el tigre nos escondemos, pero a veces confundimos el tigre con la mamá, o el papá, o el vecino de la música estridente, o el fumador de la banca de atrás, o el del coche que nos antecede. Hasta el inocente semáforo en rojo pareciera un terrible felino. Así revestimos de garras la vida, y desarrollamos una reacción de fuga con refugio incluido. Permanecemos en el Búnker para esquivar el peligro. Y terminamos esquivando el amor.
Como en esas historias de personas que se refugiaron durante la guerra y que salieron veinte años después, aterrorizados aún, para no poder ver en los inocentes eventos mas que la continuidad de la guerra; como aquellos osos liberados de un largo cautiverio que siguen dando vueltas como si la jaula aún existiera, así también nosotros llevamos la programación paranoide de los refugios, donde la reacción de ataque o huida es nuestra sola posible conciencia.
La reacción de ataque-huida es una manifestación del estrés válido para la supervivencia si lo podemos vivir en el contexto adecuado. Al experimentar un ataque corremos, consumimos oxígeno, adrenalina, hormonas que se liberan y aumentan la fuerza, para defendernos o huir. Esta es una respuesta adaptativa tan necesaria como eficaz. Pero si experimentamos la misma reacción en un contexto en el que no podemos movilizar la energía, esas mismas energías hacen impacto al interior y son dramáticamente peligrosas, pues producen sobrecargas y congestiones internas. Imagíenemos toda la energía, toda la adrenalina liberada para escapar de un tigre, y veamos esa misma energía explotando al interior mientras esperamos en la congestión del tráffico o en el semáforo, mientras el de atrás pita o el de adelante se atraviesa. Eso sería nefasto para la salud de nuestro sistema vascular. Pues bien, es eso exactamente lo que estamos viviendo en la vida cotidiana, porque experimentamos la reacción de ataque o de fuga, que es una reacción ancestral, dentro de la caverna. Esa reacción es para vivirla a campo abiert,o cuando podemos correr, pero si la vivimos adentro del bunker, aunque los mísiles externos no nos destruyan, nuestras propias ideas, e interpretaciones del mundo, se comportarán en el plano emocional como un proyectil- boomerang, que siempre termina explotando en nuestro propio interior.
Hagámonos la pregunta: ¿cuando nos refugiamos?, La vida cotidiana está llena de ejemplos, todos tenemos un refugio, a veces el refugio es una disculpa, es una palabra, es una mentira, es una negación. La vida social esta llena de refugios, de escondites. Esto es un laberinto de máscaras donde nos escondemos los unos de los otros por múltiples motivos.
* ¿De quien o de quienes te escondes?. Esa es una seña clave para identificar el nudo o la raíz del conflicto: ¿De quien te estás escondiendo?.
* ¿En que circunstancias te niegas?, es decir, cuando dices que no estás, o haces como si no estuvieras: ¿a quien te podrías negar sin negar una parte importante de ti mismo?
* Luego introduces el porque, ¿porque te estas negando?, ¿que hay detrás de esto?.
Siempre que te disculpas tienes un refugio.
La disculpa es la puerta de entrada a una caverna.
Y cuando te disculpas estas perdiendo el control.
Tu puedes explicarlo, tu puedes hacerte comprender, tu puedes ser comprendido, pero las disculpas suponen reconocer que en ti hay una culpa y reconocer que hay una culpa es un anclaje al pasado, es juzgarte porque antes de disculparte ya te sientes juzgado y culpable. Es, en otras palabras, asumir la postura de la víctima.
La disculpa es muy común en nuestras relaciones humanas cotidianas, en la ética relacional de la superficie o de la apariencia, ese tipo perdón dicho sin sentir, a la carrera, automático, es una modalidad de una cultura de la forma, que se quedo anclada atrás, en la culpa, en la disculpa y hay tanta culpa que entonces ya por anticipado estamos pidiendo perdón.
Pero si no existe la culp,a no existe el perdón.
Eso tal vez es escandaloso, yo creo que se ha hablado demasiado del perdón porque hemos insistido demasiado en la culpa. Y la energía sigue al pensamiento. No podemos hacer tanto énfasis en el perdón, si no los hacemos demasiado en la culpa.
Pero quien comprende no juzga.
Y donde no hay juicio no hay culpa
Ya la justa comprensión haría innecesario el perdón.
Qué bueno que existiera un mundo donde no tuviéramos que disculparnos, donde ya nos sintiérmos todos limpios para no tener que lavarnos tanto- como Pilatos- las manos; un mundo en el que simplemente pudiérmos aceptarnos, como somos, sin juicios y sin prejuicios; un mundo donde no fuese necesario invertir tanta energía en separarnos. .
Resolvemos las culpas cuando aprendemos la lección,
cuando hacemos la vida significativa.
Y la lección de la culpa es la lección que nos enseña la bestia,
ella es nuestro mejor amigo.
El significado de todo esto es que no puedes luchar contra la bestia, pues en esa lucha siempre la llevas perdida: o te haces aliado de la bestia, o te vuelves amigo de la bestia, o comprendes que la bestia es la mejor parte de tu vida, la mejor parte de ti mismo, o tienes la pelea perdida, porque vas a invertir toda la vida en echar un piso de hormigón para mantener retenida a la bestia en el sótano de eros. La bestia es la hidra de las nueve cabezas, tu le cortas una cabeza y aparece otra y mientras más cortas cabezas, es decir, cuantas más reprimes, más aparecen. Hasta que no sales del agua de las emociones, hasta que no te elevas al cielo de la mente, le van a seguir saliendo cabezas.
Y por eso hemos de comprender que lo que hacemos al luchar contra las tendencias y los impulsos no nos conduce jamás a la victoria. La solución no está en luchar contra ellos, sino en abrazarlos, en acogerlos, en aceptarlos, en llevarlos al corazón. La solución está en cambiar el código de lectura, para decirle a la sombra: Ven dulce amiga que tu eres parte de mi. Así, al mismo erizo en nosotros, se le derriten las espinas en el corazón y se convierte en un oso de peluche. Porque era tu código de lectura el que hacia de un aspecto de ti mismo un puercoespín al que temías: eran de tu propio temor sus espinas. No temas el mal, no tengas temor de tu sombra, no tengas temor de tus espinas: en ellos está lo mejor de tu vida. En tus propias sombras la luz adquiere ese único colorido que da a tu vida el sentido.
Nuestras bestias se esconden en sus oscuras cavernas, se agazapan en el día y salen a cazarnos en la noche. Uno es literalmente cazado por sus propios demonios de : los de las represiones, los de los temores, los de las negaciones.
creíamos que huyendo de las cosas podíamos escaparnos de ellas
pero eso no es cierto: mientras más corremos más fuertes se vuelven.
Nosotros creímos que negando la bestia podíamos eludir sus efectos
pero cuanto más las negamos, más filosos se les ponen los dientes.
Los demonios son estados de conciencia interiores que podrían ser preciosos para nuestra vida, pero cuando los almacenamos en el infierno, es decir, cuando los estigmatizamos, demonizamos la vida, cuando los exorcizamos allá abajo, los demonios salen por la noche de sus cavernas echando candela. Tentáculos, garras, colas del deseo reprimido, cabezas emocionales de la Hidra tienen una caverna o refugio en las tinieblas de la propia noche interna.
Pero aún esos refugios pueden ser preciosas estrategias de supervivencia. Si nos va a comer el tigre nos escondemos, pero a veces confundimos el tigre con la mamá, o el papá, o el vecino de la música estridente, o el fumador de la banca de atrás, o el del coche que nos antecede. Hasta el inocente semáforo en rojo pareciera un terrible felino. Así revestimos de garras la vida, y desarrollamos una reacción de fuga con refugio incluido. Permanecemos en el Búnker para esquivar el peligro. Y terminamos esquivando el amor.
Como en esas historias de personas que se refugiaron durante la guerra y que salieron veinte años después, aterrorizados aún, para no poder ver en los inocentes eventos mas que la continuidad de la guerra; como aquellos osos liberados de un largo cautiverio que siguen dando vueltas como si la jaula aún existiera, así también nosotros llevamos la programación paranoide de los refugios, donde la reacción de ataque o huida es nuestra sola posible conciencia.
La reacción de ataque-huida es una manifestación del estrés válido para la supervivencia si lo podemos vivir en el contexto adecuado. Al experimentar un ataque corremos, consumimos oxígeno, adrenalina, hormonas que se liberan y aumentan la fuerza, para defendernos o huir. Esta es una respuesta adaptativa tan necesaria como eficaz. Pero si experimentamos la misma reacción en un contexto en el que no podemos movilizar la energía, esas mismas energías hacen impacto al interior y son dramáticamente peligrosas, pues producen sobrecargas y congestiones internas. Imagíenemos toda la energía, toda la adrenalina liberada para escapar de un tigre, y veamos esa misma energía explotando al interior mientras esperamos en la congestión del tráffico o en el semáforo, mientras el de atrás pita o el de adelante se atraviesa. Eso sería nefasto para la salud de nuestro sistema vascular. Pues bien, es eso exactamente lo que estamos viviendo en la vida cotidiana, porque experimentamos la reacción de ataque o de fuga, que es una reacción ancestral, dentro de la caverna. Esa reacción es para vivirla a campo abiert,o cuando podemos correr, pero si la vivimos adentro del bunker, aunque los mísiles externos no nos destruyan, nuestras propias ideas, e interpretaciones del mundo, se comportarán en el plano emocional como un proyectil- boomerang, que siempre termina explotando en nuestro propio interior.
Hagámonos la pregunta: ¿cuando nos refugiamos?, La vida cotidiana está llena de ejemplos, todos tenemos un refugio, a veces el refugio es una disculpa, es una palabra, es una mentira, es una negación. La vida social esta llena de refugios, de escondites. Esto es un laberinto de máscaras donde nos escondemos los unos de los otros por múltiples motivos.
* ¿De quien o de quienes te escondes?. Esa es una seña clave para identificar el nudo o la raíz del conflicto: ¿De quien te estás escondiendo?.
* ¿En que circunstancias te niegas?, es decir, cuando dices que no estás, o haces como si no estuvieras: ¿a quien te podrías negar sin negar una parte importante de ti mismo?
* Luego introduces el porque, ¿porque te estas negando?, ¿que hay detrás de esto?.
Siempre que te disculpas tienes un refugio.
La disculpa es la puerta de entrada a una caverna.
Y cuando te disculpas estas perdiendo el control.
Tu puedes explicarlo, tu puedes hacerte comprender, tu puedes ser comprendido, pero las disculpas suponen reconocer que en ti hay una culpa y reconocer que hay una culpa es un anclaje al pasado, es juzgarte porque antes de disculparte ya te sientes juzgado y culpable. Es, en otras palabras, asumir la postura de la víctima.
La disculpa es muy común en nuestras relaciones humanas cotidianas, en la ética relacional de la superficie o de la apariencia, ese tipo perdón dicho sin sentir, a la carrera, automático, es una modalidad de una cultura de la forma, que se quedo anclada atrás, en la culpa, en la disculpa y hay tanta culpa que entonces ya por anticipado estamos pidiendo perdón.
Pero si no existe la culp,a no existe el perdón.
Eso tal vez es escandaloso, yo creo que se ha hablado demasiado del perdón porque hemos insistido demasiado en la culpa. Y la energía sigue al pensamiento. No podemos hacer tanto énfasis en el perdón, si no los hacemos demasiado en la culpa.
Pero quien comprende no juzga.
Y donde no hay juicio no hay culpa
Ya la justa comprensión haría innecesario el perdón.
Qué bueno que existiera un mundo donde no tuviéramos que disculparnos, donde ya nos sintiérmos todos limpios para no tener que lavarnos tanto- como Pilatos- las manos; un mundo en el que simplemente pudiérmos aceptarnos, como somos, sin juicios y sin prejuicios; un mundo donde no fuese necesario invertir tanta energía en separarnos. .
Resolvemos las culpas cuando aprendemos la lección,
cuando hacemos la vida significativa.
Y la lección de la culpa es la lección que nos enseña la bestia,
ella es nuestro mejor amigo.
El significado de todo esto es que no puedes luchar contra la bestia, pues en esa lucha siempre la llevas perdida: o te haces aliado de la bestia, o te vuelves amigo de la bestia, o comprendes que la bestia es la mejor parte de tu vida, la mejor parte de ti mismo, o tienes la pelea perdida, porque vas a invertir toda la vida en echar un piso de hormigón para mantener retenida a la bestia en el sótano de eros. La bestia es la hidra de las nueve cabezas, tu le cortas una cabeza y aparece otra y mientras más cortas cabezas, es decir, cuantas más reprimes, más aparecen. Hasta que no sales del agua de las emociones, hasta que no te elevas al cielo de la mente, le van a seguir saliendo cabezas.
Y por eso hemos de comprender que lo que hacemos al luchar contra las tendencias y los impulsos no nos conduce jamás a la victoria. La solución no está en luchar contra ellos, sino en abrazarlos, en acogerlos, en aceptarlos, en llevarlos al corazón. La solución está en cambiar el código de lectura, para decirle a la sombra: Ven dulce amiga que tu eres parte de mi. Así, al mismo erizo en nosotros, se le derriten las espinas en el corazón y se convierte en un oso de peluche. Porque era tu código de lectura el que hacia de un aspecto de ti mismo un puercoespín al que temías: eran de tu propio temor sus espinas. No temas el mal, no tengas temor de tu sombra, no tengas temor de tus espinas: en ellos está lo mejor de tu vida. En tus propias sombras la luz adquiere ese único colorido que da a tu vida el sentido.
HUMANIZAR Jorge Carvajal
Rescatar la integridad, la totalidad, nuestra Alma humana, ver la dimensión molecular y emocional o mental como notas de la misma sinfonía espiritual, es el reto de la nueva medicina.
Cuando así, entonces, humanidad en proceso de humanización continuo, el hombre, la mujer, al fin hermanos desde su esencia humana, no confundan su cualidad con su apariencia, ni su cuerpo con su alma, y miren sus nombres y apellidos y bibliotecas genéticas como maravillosos instrumentos de un habitante interior permanente, la consciencia, ya no seremos solo el cuerpo, ya no confundiríamos el sentido de vivir con los sentidos, ni el placer ni el poder con el sentido.
Así, no ya perdido el sentido, más allá de la aversión o el apego o la ignorancia, cada quien podrá revelar lo que en esencia es. Y, en esa dimensión de la conciencia, la salud no se comprará o se venderá, no se tendrá o se perderá, porque allí todos somos salud o integridad.
Rescatar la integridad, la totalidad, nuestra Alma humana,
ver la dimensión molecular y emocional o mental
como notas de la misma sinfonía espiritual,
es el reto de la nueva medicina.
Con cuerpo, con alma, con integridad.
Allí, cada territorio terapéutico será una puerta abierta a la integridad. La cirugía unida a la oración, la religión, y la ciencia integradas en la misma corriente de la creación, percibida ahora como un movimiento de la conciencia, será nuestra nueva visión.
El cambio ya no podrá ser sólo cuantitativo; cambio de técnicas o de dosis no mejorarán nuestra humana salud. El cambio será el de nuestra visión del mundo. Una en la que nosotros seamos parte de la naturaleza y, naturaleza de nuestra naturaleza, la misma naturaleza, mar de la mente universal en la que, mente anclada al corazón, la comprensión amorosa, será nuestra principal herramienta terapéutica.
La paz, el amor, la tolerancia, la ternura, la amistad
serán los medicamentos de una nueva farmacopea espiritual
Cuando así, entonces, humanidad en proceso de humanización continuo, el hombre, la mujer, al fin hermanos desde su esencia humana, no confundan su cualidad con su apariencia, ni su cuerpo con su alma, y miren sus nombres y apellidos y bibliotecas genéticas como maravillosos instrumentos de un habitante interior permanente, la consciencia, ya no seremos solo el cuerpo, ya no confundiríamos el sentido de vivir con los sentidos, ni el placer ni el poder con el sentido.
Así, no ya perdido el sentido, más allá de la aversión o el apego o la ignorancia, cada quien podrá revelar lo que en esencia es. Y, en esa dimensión de la conciencia, la salud no se comprará o se venderá, no se tendrá o se perderá, porque allí todos somos salud o integridad.
Rescatar la integridad, la totalidad, nuestra Alma humana,
ver la dimensión molecular y emocional o mental
como notas de la misma sinfonía espiritual,
es el reto de la nueva medicina.
Con cuerpo, con alma, con integridad.
Allí, cada territorio terapéutico será una puerta abierta a la integridad. La cirugía unida a la oración, la religión, y la ciencia integradas en la misma corriente de la creación, percibida ahora como un movimiento de la conciencia, será nuestra nueva visión.
El cambio ya no podrá ser sólo cuantitativo; cambio de técnicas o de dosis no mejorarán nuestra humana salud. El cambio será el de nuestra visión del mundo. Una en la que nosotros seamos parte de la naturaleza y, naturaleza de nuestra naturaleza, la misma naturaleza, mar de la mente universal en la que, mente anclada al corazón, la comprensión amorosa, será nuestra principal herramienta terapéutica.
La paz, el amor, la tolerancia, la ternura, la amistad
serán los medicamentos de una nueva farmacopea espiritual
sábado, 13 de febrero de 2010
LIBERTAD SIN CULPA (Maria Pinar Merino)
No cabe duda de que el ser humano ha dado pasos para luchar por la libertad y ha cosechado algunas victorias a lo largo de su recorrido histórico. Sin embargo, hoy día se enfrenta a una conquista mucho mayor: la recuperación de su libertad interior. Es éste un territorio que ha ido cediendo poco a poco y en el que ahora se encuentra más perdido, más desorientado, más inseguro que nunca.
Sabemos que es nuestra mente la que nos hace percibir la realidad de una u otra forma, la que nos atenaza con sus miedos, la que pone fronteras y parcela sentimientos y comportamientos. Es además la que juzga lo que es adecuado y lo que no, la que nos vende seguridad a cambio de renuncias, la que nos ha hecho creer que los riesgos producen dolor e inestabilidad ignorando que son el principal combustible de nuestro crecimiento. Es la mal entendida civilización occidental la que nos ha hecho, a través de sus sofisticados mecanismos, renunciar a tomar nuestras propias decisiones a favor de los que ostentan títulos, los que se presentan como intermediarios, los especialistas, los expertos…y poco a poco, el ser interno va agonizando porque ya no le damos oportunidad de decidir ni en lo pequeño ni en lo grande.
Esa es la mayor falta de libertad, mucho mayor que la de estar entre rejas. Cuando la cárcel nos acompaña porque está dentro de nosotros mismos, cuando son las creencias las que nos impiden introducir cambios en nuestra vida, cuando hemos atrofiado nuestro sentido de la orientación porque hemos seguido el rumbo que nos marcaban los otros… no se es libre, ni siquiera se es independiente, auque esa palabra está constantemente saliendo en nuestras conversaciones.
La recuperación de la libertad perdida tiene mucho que ver con arriesgarnos a escuchar el impulso interno y con intentar vivirlo en la práctica, con afrontar el reto de tomar decisiones para aprender con responsabilidad las consecuencias que se derivan de ellas.
Es colocar el control de la acción en uno mismo liberando a los que nos rodean de responsabilidades que no les corresponden. Es soltar apegos para sentirse bien en todo momento ya sea en soledad o en compañía.
Es sentir unión en lugar de lazos aunque éstos broten del amor. Es también aprender a desprenderse de las expectativas y de las dependencias de los demás hacia nosotros.
Cuando nos sentimos libres la vida transcurre de forma fluída, tenemos la sensación de que no es necesario realizar esfuerzos. La capacidad de observación de cuanto nos rodea se amplía y eso nos permite una mayor posibilidad de movimientos porque la libertad está muy relacionada con el movimiento, con la facultad de elegir hacia dónde dirigirnos, decisiones que resultan más fáciles cuando no sentimos las ataduras del entorno.
Pero es más: sentirse libre no implica sólo tomar decisiones sino la forma en que se toman, el modo en que vivimos lo que decidimos, que no tiene que ver con rupturas o abandonos sino con cortar las dependencias insanas que nos hacen colocar nuestro bienestar, nuestra salud o nuestra felicidad fuera de nosotros haciendo responsables a los demás por ello.
Podríamos compararlo con el vuelo de un ave: apenas un pensamiento, un deseo o una intención, un pequeño giro de sus alas y de su cola, que actúa como timón, y se produce el cambio de dirección, la ascensión o el descenso. Todo es simple, natural.
La libertad nos proporciona independencia y también una cierta distancia, un mayor grado de desapego hacia lo que ocurre fuera de nosotros mismos. Eso nos permite verlo todo con más perspectiva, con más claridad. Sin embargo, en ningún momento se producen indicios de aislamiento o alejamiento. La verdadera libertad significa presencia aunque sea en la distancia ya que se experimenta un claro sentimiento de pertenencia pero sin ataduras, sin impedimentos que interfieran nuestros movimientos.
Otro de los compañeros inevitables de la libertad es la solidad, una soledad buscada en la que no se necesita nada ni a nadie. Y no estoy hablando de autosuficiencia o soberbia sino de una soledad gratificante que tiene que ver con sentirse completo, con un estado de paz muy profundo que se mezcla con un sentimiento de poder, con identificar la propia fuerza interior. Eso nos da la sensación de tener un mayor control sobre nosotros mismos, de ser dueños de nuestra voluntad, de nuestras decisiones… sin sentir ninguna carga, ningún peso, ninguna atadura.
Esa libertad plena y gozosa tiene mucho que ver con conocernos a nosotros mismos y saber lo que queremos en todo momento. Es entonces cuando el horizonte se extiende ante nosotros como una invitación para explorarlo.
Normalmente, cuando hablamos de libertad usamos un cierto tono reivindicativo, como si tuviéramos que pelear por ella con los que nos rodean, convencerles de que el ejercicio de nuestra libertad no implica pérdida para ellos porque la verdadera libertad no tiene nada que ver con dejar situaciones, con abandonar personas o circunstancia para hacer nuestra voluntad.
La verdadera libertad, el sentimiento profundo que surge del interior no es fruto de necesidades externas que intentan compensar nuestras carencias o nuestra falta de entendimiento sino que es un impulso en el que nuestra esencia está y nuestra presencia se mantiene, en el que no hacen falta lazos que retengan, ni documentos firmados sino vínculos profundos de confianza y certeza profunda.
Una certeza que solo podemos alcanzar cuando nos sentimos verdaderamente independientes, únicos, completos en nuestro ser porque sólo desde ahí podemos vivir la libertad de los otros.
En ese contexto los espacios se superponen y sólo existe un tiempo posible: el presente. Todo lo demás son trampas de la mente, engaños del ego.
En ese estado de libertad sólo hay presente, decisión y acción. Todo ello bajo un profundo sentimiento de responsabilidad y coherencia. Porque la libertad no está en absoluto reñida con el compromiso y con la implicación sino que son dos mecanismos que utiliza con frecuencia para expresarse.
La libertad del ser tiene que ver con el sentimiento más profundo de justicia y de orden y con darse cuenta de que en cualquier momento podemos girar un poco nuestras alas para cambiar de rumbo sin que por ello sintamos miedo ni tampoco lo sientan las personas que comparten nuestra existencia. Porque sólo se puede ESTAR desde lo profundo; si no es así sólo tenemos presencia física y eso tiene un valor relativo.
En ese estado de libertad donde podemos identificar nuestra trayectoria espiritual, donde podemos vivir el presente como una colección de momentos irrepetibles, donde podemos proyectar nuestra mente hacia el futuro sin que ello nos cause inquietud sino la confianza de que el Universos entero fluye para que cada ser alcance el propósito fundamental de su existencia.
Es sentirse sólo en el camino de la evolución y ver a los demás como compañeros de viaje que transitan por su propio itinerario. Es darse cuenta de que ellos tienen ante sí un horizonte igualmente amplio para manifestarse y aprender pero un horizonte distinto al tuyo, el que ellos han elegido.
Es identificar en lo profundo esa necesidad de independencia y libertad del ser a través de los siglos y ser fiel a ese impulso sin sentirse culpable por ello porque sabes que sólo de esa forma se puede adquirir consciencia, ejerciendo constantemente la capacidad de elección positiva que palpita en cada una de nuestras células físicas, de nuestros corpúsculos energéticos y de los procesos de nuestra mente.
Volar sin culpa significa colocar el centro de gravedad en el corazón y mirar al mundo desde ahí sintiendo que todo lo demás son órganos sensoriales para alimentar ese núcleo dedicado a generar decisiones.
Sólo se puede entender la evolución desde la libertad; sólo podemos vislumbrar esa ampliación de consciencia que tanto buscamos desde nuestra propia expansión en un intento por integrar dentro de nosotros cuanto nos rodea para que forme parte de nuestro universo interior que es tan amplio, tan inmenso, como ese otro que contiene millones de galaxias.
La libertad no tiene que ver con concentrarse en uno mismo, con reducir el espacio en el que nos podemos mover haciéndolo cada vez más pequeño porque así tenemos más seguridad. Al contrario, tiene que ver con soltarse, abrirse, mirar más arriba y levantar el vuelo tomándonos la vida como una fuente inestimable de experiencias enriquecedoras, momentos que hemos de vivir con toda intensidad y consciencia valorando cada instante, cada situación, cada persona como un tesoro irrepetible. Es romper los miedos y lanzarse a volar sabiendo que hay tanto por descubrir, tanto por vivir…., sabiendo que nuestro Ser siempre orienta la brújula para que no perdamos el rumbo.
Sabemos que es nuestra mente la que nos hace percibir la realidad de una u otra forma, la que nos atenaza con sus miedos, la que pone fronteras y parcela sentimientos y comportamientos. Es además la que juzga lo que es adecuado y lo que no, la que nos vende seguridad a cambio de renuncias, la que nos ha hecho creer que los riesgos producen dolor e inestabilidad ignorando que son el principal combustible de nuestro crecimiento. Es la mal entendida civilización occidental la que nos ha hecho, a través de sus sofisticados mecanismos, renunciar a tomar nuestras propias decisiones a favor de los que ostentan títulos, los que se presentan como intermediarios, los especialistas, los expertos…y poco a poco, el ser interno va agonizando porque ya no le damos oportunidad de decidir ni en lo pequeño ni en lo grande.
Esa es la mayor falta de libertad, mucho mayor que la de estar entre rejas. Cuando la cárcel nos acompaña porque está dentro de nosotros mismos, cuando son las creencias las que nos impiden introducir cambios en nuestra vida, cuando hemos atrofiado nuestro sentido de la orientación porque hemos seguido el rumbo que nos marcaban los otros… no se es libre, ni siquiera se es independiente, auque esa palabra está constantemente saliendo en nuestras conversaciones.
La recuperación de la libertad perdida tiene mucho que ver con arriesgarnos a escuchar el impulso interno y con intentar vivirlo en la práctica, con afrontar el reto de tomar decisiones para aprender con responsabilidad las consecuencias que se derivan de ellas.
Es colocar el control de la acción en uno mismo liberando a los que nos rodean de responsabilidades que no les corresponden. Es soltar apegos para sentirse bien en todo momento ya sea en soledad o en compañía.
Es sentir unión en lugar de lazos aunque éstos broten del amor. Es también aprender a desprenderse de las expectativas y de las dependencias de los demás hacia nosotros.
Cuando nos sentimos libres la vida transcurre de forma fluída, tenemos la sensación de que no es necesario realizar esfuerzos. La capacidad de observación de cuanto nos rodea se amplía y eso nos permite una mayor posibilidad de movimientos porque la libertad está muy relacionada con el movimiento, con la facultad de elegir hacia dónde dirigirnos, decisiones que resultan más fáciles cuando no sentimos las ataduras del entorno.
Pero es más: sentirse libre no implica sólo tomar decisiones sino la forma en que se toman, el modo en que vivimos lo que decidimos, que no tiene que ver con rupturas o abandonos sino con cortar las dependencias insanas que nos hacen colocar nuestro bienestar, nuestra salud o nuestra felicidad fuera de nosotros haciendo responsables a los demás por ello.
Podríamos compararlo con el vuelo de un ave: apenas un pensamiento, un deseo o una intención, un pequeño giro de sus alas y de su cola, que actúa como timón, y se produce el cambio de dirección, la ascensión o el descenso. Todo es simple, natural.
La libertad nos proporciona independencia y también una cierta distancia, un mayor grado de desapego hacia lo que ocurre fuera de nosotros mismos. Eso nos permite verlo todo con más perspectiva, con más claridad. Sin embargo, en ningún momento se producen indicios de aislamiento o alejamiento. La verdadera libertad significa presencia aunque sea en la distancia ya que se experimenta un claro sentimiento de pertenencia pero sin ataduras, sin impedimentos que interfieran nuestros movimientos.
Otro de los compañeros inevitables de la libertad es la solidad, una soledad buscada en la que no se necesita nada ni a nadie. Y no estoy hablando de autosuficiencia o soberbia sino de una soledad gratificante que tiene que ver con sentirse completo, con un estado de paz muy profundo que se mezcla con un sentimiento de poder, con identificar la propia fuerza interior. Eso nos da la sensación de tener un mayor control sobre nosotros mismos, de ser dueños de nuestra voluntad, de nuestras decisiones… sin sentir ninguna carga, ningún peso, ninguna atadura.
Esa libertad plena y gozosa tiene mucho que ver con conocernos a nosotros mismos y saber lo que queremos en todo momento. Es entonces cuando el horizonte se extiende ante nosotros como una invitación para explorarlo.
Normalmente, cuando hablamos de libertad usamos un cierto tono reivindicativo, como si tuviéramos que pelear por ella con los que nos rodean, convencerles de que el ejercicio de nuestra libertad no implica pérdida para ellos porque la verdadera libertad no tiene nada que ver con dejar situaciones, con abandonar personas o circunstancia para hacer nuestra voluntad.
La verdadera libertad, el sentimiento profundo que surge del interior no es fruto de necesidades externas que intentan compensar nuestras carencias o nuestra falta de entendimiento sino que es un impulso en el que nuestra esencia está y nuestra presencia se mantiene, en el que no hacen falta lazos que retengan, ni documentos firmados sino vínculos profundos de confianza y certeza profunda.
Una certeza que solo podemos alcanzar cuando nos sentimos verdaderamente independientes, únicos, completos en nuestro ser porque sólo desde ahí podemos vivir la libertad de los otros.
En ese contexto los espacios se superponen y sólo existe un tiempo posible: el presente. Todo lo demás son trampas de la mente, engaños del ego.
En ese estado de libertad sólo hay presente, decisión y acción. Todo ello bajo un profundo sentimiento de responsabilidad y coherencia. Porque la libertad no está en absoluto reñida con el compromiso y con la implicación sino que son dos mecanismos que utiliza con frecuencia para expresarse.
La libertad del ser tiene que ver con el sentimiento más profundo de justicia y de orden y con darse cuenta de que en cualquier momento podemos girar un poco nuestras alas para cambiar de rumbo sin que por ello sintamos miedo ni tampoco lo sientan las personas que comparten nuestra existencia. Porque sólo se puede ESTAR desde lo profundo; si no es así sólo tenemos presencia física y eso tiene un valor relativo.
En ese estado de libertad donde podemos identificar nuestra trayectoria espiritual, donde podemos vivir el presente como una colección de momentos irrepetibles, donde podemos proyectar nuestra mente hacia el futuro sin que ello nos cause inquietud sino la confianza de que el Universos entero fluye para que cada ser alcance el propósito fundamental de su existencia.
Es sentirse sólo en el camino de la evolución y ver a los demás como compañeros de viaje que transitan por su propio itinerario. Es darse cuenta de que ellos tienen ante sí un horizonte igualmente amplio para manifestarse y aprender pero un horizonte distinto al tuyo, el que ellos han elegido.
Es identificar en lo profundo esa necesidad de independencia y libertad del ser a través de los siglos y ser fiel a ese impulso sin sentirse culpable por ello porque sabes que sólo de esa forma se puede adquirir consciencia, ejerciendo constantemente la capacidad de elección positiva que palpita en cada una de nuestras células físicas, de nuestros corpúsculos energéticos y de los procesos de nuestra mente.
Volar sin culpa significa colocar el centro de gravedad en el corazón y mirar al mundo desde ahí sintiendo que todo lo demás son órganos sensoriales para alimentar ese núcleo dedicado a generar decisiones.
Sólo se puede entender la evolución desde la libertad; sólo podemos vislumbrar esa ampliación de consciencia que tanto buscamos desde nuestra propia expansión en un intento por integrar dentro de nosotros cuanto nos rodea para que forme parte de nuestro universo interior que es tan amplio, tan inmenso, como ese otro que contiene millones de galaxias.
La libertad no tiene que ver con concentrarse en uno mismo, con reducir el espacio en el que nos podemos mover haciéndolo cada vez más pequeño porque así tenemos más seguridad. Al contrario, tiene que ver con soltarse, abrirse, mirar más arriba y levantar el vuelo tomándonos la vida como una fuente inestimable de experiencias enriquecedoras, momentos que hemos de vivir con toda intensidad y consciencia valorando cada instante, cada situación, cada persona como un tesoro irrepetible. Es romper los miedos y lanzarse a volar sabiendo que hay tanto por descubrir, tanto por vivir…., sabiendo que nuestro Ser siempre orienta la brújula para que no perdamos el rumbo.
lunes, 8 de febrero de 2010
MIS 3 DIAS CON EL MAESTRO
Alguien que no llama la atencion por su exterior, sino por su interior.
Desborda sabiduria y humanidad. Una persona calmada, con poesia en su palabra. Puro sentimiento. Su verdad y su palabra son interiores. Sus vivencias en la selva con el indio Alfonso, su saber cientifico, su humanidad, su conciencia,...
Don Jorge Carvajal, Maestro de Maestros
Desborda sabiduria y humanidad. Una persona calmada, con poesia en su palabra. Puro sentimiento. Su verdad y su palabra son interiores. Sus vivencias en la selva con el indio Alfonso, su saber cientifico, su humanidad, su conciencia,...
Don Jorge Carvajal, Maestro de Maestros
jueves, 4 de febrero de 2010
EL SENTIDO DE LA VIDA (Maria Pinar Merino)
Cada dia nos damos cuenta mas claramente de que el unico modo de sobrevivir es aumentar nuestra capacidad de adaptacion, fomentar nuestra flexibilidad y potenciar la disposicion al cambio.
Y todo ello porque en los ultimos años nuestra vida se ha ido haciendo mas y mas compleja. Nadie puede negar que el progreso nos ha traido mayor comodidad pero eso ha dado como consecuencia que el tiempo que hemos ganado lo empleemos en enredarnos en mil y una actividades, muchas veces antagonicas y otras casi absurdas. La psicosis por llenar nuestra vida de "contenidos apasionantes" puede hacernos perder el norte.
La mayoria tenemos mas libros de los que podemos leer, mas cosas de las que podemos usar, mas estimulos de los que podemos absorber, mas actividad de la que podemos desarrollar, mas trabajo del que podemos realizar o mas compromisos de los que podemos atender.
Normalmente, cuando tenemos la atencion dispersa entre tantos focos se genera, mas tarde o mas temprano, una sensacion de desconexion, de incoherencia, de descontrol.
Los sintomas son multiples: depresion, angustia, estres, desubicacion,... y todo un abanico de problemas emocionalees y psicologicos que acechan a nuestra sociedad civilizada.
En buena medida eso se produce por el desequilibrio existente entre lo que vivimos y lo que realmente necesitamos. Asi, la mayoria de nuestras actividades estan enfocadas a la busqueda en el exterior, y en cambio, hemos abandonado todas aquellas que supondrian un alimento equilibrador para nuestra psique emocional.
No adecuamos nuestro ritmo al de la naturaleza, ni adaptamos nuestra alimentacion a productos propios de la temporada en la que estamos, ni programamos nuestras actividades en funcion de los ciclos naturales. Es como si la carrera de superproduccion que prima en el mundo llamado civilizado nos hubiese "pillado" tambien a nosotros.
Porque incluso aquellas actividades que podrian ser gratificantes, como estar con los amigos, viajar, las vacaciones, los hobbies, etc...tienen un caracter de urgencia, de premura porque hay poco tiempo y hay que aprovecharlo bien. Y todo ello nos impide disfrutarlas realmente.
¿Quien se ha sorprendido pensando en lo que tiene que hacer mas tarde sin prestar atencion en lo que esta haciendo en ese momento? ¿Cuantas veces respondemos a lo que tenemos en la cabeza -proyectada hacia el futuro- sin escuchar lo que nos estan diciendo en ese instante? ¿Cuantas oimos eso de "perdona, estaba pensando en otra cosa"?
Cada vez se hace mas necesario parar ese ritmo ajetreado en el que nos hemos subido y buscar momentos de soledad para poder hacernos preguntas que nos situen realmente: ¿estoy haciendo lo que quiero? ¿que necesito? ¿que me falta? ¿que echo de menos? ¿me siento bien con lo que hago? ¿me siento bien con mi forma de ser? ¿que me gustaria cambiar? ¿que querria conseguir? ¿cuales son mis objetivos mas cercanos? ¿y despues? ¿me siento util para mi entorno? ¿soy feliz? ¿en que o con quien me siento comprometido? ¿tengo paz interior? ¿estoy haciendo todo lo que quiero hacer? ¿estoy siendo la persona que quiero ser? ¿comparto mi verdadero yo con alguien? Tal vez nos haga falta tambien ser conscientes de las cosas que hemos ido dejando en el camino porque habia otras prioridades y preguntarnos que nos ha pasado.
Seguramente, al hacernos esas preguntas tendremos que echar mano de nuestra escala de valores y ser conscientes de lo que pensamos sobre los grandes temas de la vida: el amor, el trabajo,la familia, la sociedad, las etapas de la vida, la enfermedad, la muerte,la transcendencia,... y cualquier otra cosa que consideremos esencial.
Todo ello para acercarnos a la gran pregunta: ¿que sentido tiene mi vida?
Cada uno de nosotros debemos encontrar nuestra propia respuesta y observar si en esa carrera en la que estamos enfrascados no estamos persiguiendo cosas equivocadas, cosas que tal vez la cultura imperante nos ha vendido como ejemplos a seguir.
Intentar ser mas consciente es como despertar de un sueño, y con los ojos abiertos, ver si estamos haciendo lo que queremos y, si no es asi, descubrir el precio que estamos pagando por ello. Incluso despues podemos decidir seguir haciendolo pero ya sin engaños, sabiendo a lo que hemos tenido que renunciar.
En la mayoria de las ocasiones estas preguntas surgen como consecuencia de una crisis: la perdida de la salud, de la seguridad economica, del poder que ostentamos, de un fracaso afectivo, tener que afrontar la muerte,...Pero ¿por que hay que esperar que suceda algo asi para hacerlo?
Los seres humanos tendemos a "cultivar" apenas algunas de nuestras facultades y, sin embargo, contamos con muchas capacidades: la de apreciar la musica, el baile, la poesia, el dibujo o la pintura, la de escribir, interpretar, recitar, mantener una buena conversacion, leer, soñar despierto, dejar volar la imaginacion, crear a partir de lo que ves o de lo que intuyes, llorar, reir, relacionarse con los demas, aprender una folosofia propia de la vida,... Contamos, ademas, con el sentido del humor, el afecto, la ternura, la meditacion, el silencio, la riqueza de las emociones... Y aunque es mas dificil, tenemos la facultad de abrir el corazon, la oportunidad de mostrar el alma a los demas.
Estas son algunas de las cosas que podrian hacernos sentir bien en el terreno individual. Despues habria que involucrarse en algo que mejoraria nuestro entorno, que nos permitiera sentirnos utiles para la comunidad en la que vivimos. El espiritu de servicio es algo innato en los seres humanos y ese impulso siempre busca la forma de manifestarse en el exterior pero nosotros debemos dejarle el camino libre.
Asi pues, podriamos decir que los grandes pilares en donde nos asentamos serian el amor y el servicio.Ambos apoyos satisfarin dos de las tres necesidades del ser humano: el amor cubriria la necesidad afectiva,el servicio lo haria con la necesidad de inclusion, de sentirse parte activa de la comunidad, y quedaria por cubrir la necesidad de saber a que se esta jugando, de que va esta aventura que es la vida. Podriamos llamarla necsidad de control y nos abriria la puerta del mundo transcendete en el que cada cual puede colocar sus crrencias espirituales.
Y todo ello porque en los ultimos años nuestra vida se ha ido haciendo mas y mas compleja. Nadie puede negar que el progreso nos ha traido mayor comodidad pero eso ha dado como consecuencia que el tiempo que hemos ganado lo empleemos en enredarnos en mil y una actividades, muchas veces antagonicas y otras casi absurdas. La psicosis por llenar nuestra vida de "contenidos apasionantes" puede hacernos perder el norte.
La mayoria tenemos mas libros de los que podemos leer, mas cosas de las que podemos usar, mas estimulos de los que podemos absorber, mas actividad de la que podemos desarrollar, mas trabajo del que podemos realizar o mas compromisos de los que podemos atender.
Normalmente, cuando tenemos la atencion dispersa entre tantos focos se genera, mas tarde o mas temprano, una sensacion de desconexion, de incoherencia, de descontrol.
Los sintomas son multiples: depresion, angustia, estres, desubicacion,... y todo un abanico de problemas emocionalees y psicologicos que acechan a nuestra sociedad civilizada.
En buena medida eso se produce por el desequilibrio existente entre lo que vivimos y lo que realmente necesitamos. Asi, la mayoria de nuestras actividades estan enfocadas a la busqueda en el exterior, y en cambio, hemos abandonado todas aquellas que supondrian un alimento equilibrador para nuestra psique emocional.
No adecuamos nuestro ritmo al de la naturaleza, ni adaptamos nuestra alimentacion a productos propios de la temporada en la que estamos, ni programamos nuestras actividades en funcion de los ciclos naturales. Es como si la carrera de superproduccion que prima en el mundo llamado civilizado nos hubiese "pillado" tambien a nosotros.
Porque incluso aquellas actividades que podrian ser gratificantes, como estar con los amigos, viajar, las vacaciones, los hobbies, etc...tienen un caracter de urgencia, de premura porque hay poco tiempo y hay que aprovecharlo bien. Y todo ello nos impide disfrutarlas realmente.
¿Quien se ha sorprendido pensando en lo que tiene que hacer mas tarde sin prestar atencion en lo que esta haciendo en ese momento? ¿Cuantas veces respondemos a lo que tenemos en la cabeza -proyectada hacia el futuro- sin escuchar lo que nos estan diciendo en ese instante? ¿Cuantas oimos eso de "perdona, estaba pensando en otra cosa"?
Cada vez se hace mas necesario parar ese ritmo ajetreado en el que nos hemos subido y buscar momentos de soledad para poder hacernos preguntas que nos situen realmente: ¿estoy haciendo lo que quiero? ¿que necesito? ¿que me falta? ¿que echo de menos? ¿me siento bien con lo que hago? ¿me siento bien con mi forma de ser? ¿que me gustaria cambiar? ¿que querria conseguir? ¿cuales son mis objetivos mas cercanos? ¿y despues? ¿me siento util para mi entorno? ¿soy feliz? ¿en que o con quien me siento comprometido? ¿tengo paz interior? ¿estoy haciendo todo lo que quiero hacer? ¿estoy siendo la persona que quiero ser? ¿comparto mi verdadero yo con alguien? Tal vez nos haga falta tambien ser conscientes de las cosas que hemos ido dejando en el camino porque habia otras prioridades y preguntarnos que nos ha pasado.
Seguramente, al hacernos esas preguntas tendremos que echar mano de nuestra escala de valores y ser conscientes de lo que pensamos sobre los grandes temas de la vida: el amor, el trabajo,la familia, la sociedad, las etapas de la vida, la enfermedad, la muerte,la transcendencia,... y cualquier otra cosa que consideremos esencial.
Todo ello para acercarnos a la gran pregunta: ¿que sentido tiene mi vida?
Cada uno de nosotros debemos encontrar nuestra propia respuesta y observar si en esa carrera en la que estamos enfrascados no estamos persiguiendo cosas equivocadas, cosas que tal vez la cultura imperante nos ha vendido como ejemplos a seguir.
Intentar ser mas consciente es como despertar de un sueño, y con los ojos abiertos, ver si estamos haciendo lo que queremos y, si no es asi, descubrir el precio que estamos pagando por ello. Incluso despues podemos decidir seguir haciendolo pero ya sin engaños, sabiendo a lo que hemos tenido que renunciar.
En la mayoria de las ocasiones estas preguntas surgen como consecuencia de una crisis: la perdida de la salud, de la seguridad economica, del poder que ostentamos, de un fracaso afectivo, tener que afrontar la muerte,...Pero ¿por que hay que esperar que suceda algo asi para hacerlo?
Los seres humanos tendemos a "cultivar" apenas algunas de nuestras facultades y, sin embargo, contamos con muchas capacidades: la de apreciar la musica, el baile, la poesia, el dibujo o la pintura, la de escribir, interpretar, recitar, mantener una buena conversacion, leer, soñar despierto, dejar volar la imaginacion, crear a partir de lo que ves o de lo que intuyes, llorar, reir, relacionarse con los demas, aprender una folosofia propia de la vida,... Contamos, ademas, con el sentido del humor, el afecto, la ternura, la meditacion, el silencio, la riqueza de las emociones... Y aunque es mas dificil, tenemos la facultad de abrir el corazon, la oportunidad de mostrar el alma a los demas.
Estas son algunas de las cosas que podrian hacernos sentir bien en el terreno individual. Despues habria que involucrarse en algo que mejoraria nuestro entorno, que nos permitiera sentirnos utiles para la comunidad en la que vivimos. El espiritu de servicio es algo innato en los seres humanos y ese impulso siempre busca la forma de manifestarse en el exterior pero nosotros debemos dejarle el camino libre.
Asi pues, podriamos decir que los grandes pilares en donde nos asentamos serian el amor y el servicio.Ambos apoyos satisfarin dos de las tres necesidades del ser humano: el amor cubriria la necesidad afectiva,el servicio lo haria con la necesidad de inclusion, de sentirse parte activa de la comunidad, y quedaria por cubrir la necesidad de saber a que se esta jugando, de que va esta aventura que es la vida. Podriamos llamarla necsidad de control y nos abriria la puerta del mundo transcendete en el que cada cual puede colocar sus crrencias espirituales.
miércoles, 3 de febrero de 2010
EL MIEDO NOS HACE ESCLAVOS
Las personas que viven con miedo no son dueñas de si mismas(y las empresas tampoco). Estan sometidas a aquello o aquellos a los que temen. Y, en consecuencia,no son libres. Es obvio que hay miedos sin aparente explicacion o sentido -los que llamamos irracionales aunque tal definicion no se corresponda con total puridad con la verdad- y miedos racionales -aquellos que sabemos que lo provocan, de los que somos conscientes-. En todo caso, lo cierto es que sean irracionales e inconscientes o racionales y conscientes nos limitan enormemente. Y no solo eso: nos hacen esclavos de ellos. Y de quienes lo provocan o generan. De echo, ese es uno de los grandes retos que nos plantea la vida y solo superandolos podemos evolucionar como seres humanos. Obviamente la manera de superar un miedo es conocer su origen, ser plenamente consciente de lo que lo provoca, asumirlo y afrontarlo. Con valentia y con todas sus consecuencias. La otra posibilidad es vivir con el. Y permitir que coarte nuestra libertad.Permitir que nos esclavice. Lo saben muy bien quien controlan el poder. El economico,el politico, el religioso,el militar, el informativo, el educativo,el cultural...Y usan ese conocimiento. Lo han echo siempre. Promueven miedos para controlar a las personas y a las colectividades y agrupaciones de todo tipo. Y van creando esclavos de esos miedos para dominarlos. Expandiendo la creencia ademas de que no se puede hacer nada para evitarlo. Incorporando en mas y mas personas el convencimiento de que las cosas son sencillamente asi y nadie puede ya cambiarlas. Convirtiendo a las personas y a las colectividades en esclavos de sus multiples miedos. En personas dociles que ante la frustracion que les produce esa situacion -porque a nivel inconsciente saben lo que pasa aunque prefieran no hablar de ello a nivel conscciente- descargan la ira que termina acumulandose en su interior en los demas. En el hogar, en el trabajo, en la calle...Cuando lo que deberian hacer es, simplemente, afrontar sus miedos....y asi superarlos. Y eso nunca se producira a nivel social si primero no lo conseguimos a nivel personal. No se puede cambiar la sociedad sin que cambien las personas. Por tanto, empecemos por nosotros mismos. Superemos nuestros miedos. No es facil pero es imprescindible para ser realmente libres. No permitamos que nos sigan esclavizando. En ningun ambito de la vida. Afrontemoslos de una vez por todas con valentia. Y digamos bien alto, a los que estan detras de ellos, a quienes nos manipulan: "Nunca mas". Defendamos luego nuestras convicciones guiados por la voz de la conciencia. Con claridad, respeto, mesura y ecuanimidad. Con la fuerza de la razon(jamos con la razon de la fuerza). Incluso con contundencia si es preciso. Por que llamar sinverguenza al sinverguenza no implica perder la razon aunque muchos sinvuerguenzas que se esconden tras las formas intenten hacer creer lo contrario. Las injusticias deben ser siempre denunciadas con rotundidad. En voz alta y con la mano en el corazon pero sin tapujos. Solo asi dejaremos de ser esclavos de nuestros miedos.... y de todos quienes los generan y explotan.
MARIA PINAR MERINO
MARIA PINAR MERINO
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