La primera vez que oi tal expresion me sorprendio mucho.¿Como era posible conjugar en una misma frase conceptos tan opuestos? ¿Que significaba eso de "terrorismo de la armonia"?
Segun la ontologia del lenguaje el hecho de poner nombres a las cosas es muy importante porque es a partir de ese momento cuando empezamos a identificarlas. Es como si el echo de emitir ese sonido tuviera la capacidad creadora que adjudicamos al "verbo" como un proceso consustancial con la creacion.
Adjudicar nombres a lo que nos rodea ha hecho que los seres humanos organicemos el mundo de los conceptos,de las ideas e, incluso, de los simbolos.De echo, hay culturas que no son capaces de identificar determindas gamas de colores porque no tienen una palabra para nombrar esos tonos. Es el caso de los tonos rosados que son identificados como mas o menos rojos pero que no tienen una palabra propia que los identifique; y de ahi que no sean capaces de "reconocer" ese color al no poder nombrarlo.
Bueno, pues siguiendo ese curioso fenomeno, a partir del momento que escuche a alguien decir ".... y ha vuelto a imponerse el terrorismo de la armonia" he podido identificar en mi vida un buen numero de situaciones que reflejan perfectamente esa expresion. Como si el simple echo de "conocer" esa expresion me hubiera abierto la puerta a experiencias que me iban a permitir identificarlo sin duda alguna a partir de ese instante.
Obviamente, no se trata de un terrorismo como el que llena los titulares de prensa de los periodicos o abre los informativos de los medios de comunicacion hablados: no utliza bombas, no genera victinas de sangre, no provoca alarma social.... y, por supuesto, nunca es una noticia que capte la atencion de los medios de comunicacion de masas. Y, sin embargo, su efeto es terrible y se extiende como un cancer social que va invadiendo las relaciones intrpersonales sin ningun miramiento. El contagio es rapido y la metastasis esta garantizada.
Porque el "terrorismo de la armonia" no es otra cosa que la negacion del propio criterio por mor de mantener una situacion alcanzada que cubre nuestros estandares de comodidad, armonia, seguridad, bienestar, equilibrio, afecto,etc...
Dicho asi no parece muy grave pero lo cierto es que en muchas ocasiones uno se encuentra-cada vez mas- con situaciones en las que deberia plantarse y sin embargo decide dejarlas pasar escudandose ademas en sentimientos "correctos" como "¡Que mas da! Total, tampoco es tan importante"; o "Deberia negarme pero por no provocar ruptura..."; o "Prefiero que se salga con la suya a pasar un mal rato..."
Y asi, una y otra vez, la vida- que es tremendamente generosa- nos va presentando situaciones en las que vamos a vernos obligados a guardar silencio, a renunciar a nuestra opinion, a hacer dejacion de nuestras responsabilidades, a "tragar" con lo que no queremos.... cada vez de forma mas clara.
Los motivos de esta actitud tienen que ver con mantener el equilibrio, la calma o la armonia, aunque sean ficticias, con ceñirse a las buenas normas establecidas o con mantener una imagen o un prestigio.
Pues bien, en el discurrir de la vida, cuanto mas renunciamos mas fuetes son las situaciones a resolver que se nos van presentando. Y no es de extrañar que la presion en el otro platillo de la balanza termine por converttirse en relaciones de dependencia, en chantajes emocionales, en injusticias, en sentirnos sojuzgados...Porque el poder que se ejerce en ese ambito es cada vez mayor. La fuerza que nosotros no empleamos pasa siempre a engrosarlas las arcas de los otros con lo que en ocasiones podemos encontrarnos con verdaderos tiranos, no de esos que se imponen a la fuerza sino de los que escudandose en su aparente inseguridad, en su vulnerabilidad o en su sensibilidad consiguen siempre lo que quieren a costa de la renuncia de los demas.
Es una tremenda trampa a la que nos enfrentamos muchas personas. Una trampa en la que se va cayendo poco a poco,sin apenas darnos cuenta.Un dia haces el trabajo del otro porque consideras que el probecito no esta en condiciones de hacerlo; otro renuncias a pedir explicaciones por su comportamiento o su actitud a alguien porque le considferas vulnerable; otro dia dejas que alguien lleve adelante una situacion que consideras equivocada sin exponer tus dudas porque crees que esa persona necesita aumentar su autoestima; en otra ocasion cedes ante una postura de fuerza aunque la consideres injusta porque crees que la reaccion por tu parte podria provocar mas daño; o no dices lo que piensas para que la otra persona siga siendo feliz; o renuncias a hacer lo que deseas o a expresar lo que sientes para que la relacion no se vea perturbada...Y asi un dia y otro, en una actitud que nos conduce a un gran desgaste personal donde podemos encontrarnos con que cada vez es mayor el precio que tenemos que pagar.
Da la impresion de que la confrontacion es algo negativo que hay que evitar a toda costa,quizas porque hemos creido que lo importante es avanzar hacia delante sin importar en que condiciones. Dando por bien empleado nuestra renuncia a dar una opinion si con ello se evita una posible tension.
Y, sin embargo,¿desde cuando la controversia, los metodos diferentes, la tension o la duda son algo negativo? Cabria preguntarse:¿de donde sale mas luz,de una decision tomada unilateralmente o de una tomada mediante consenso? ¿que hace avanzar mas,los acuerdos a los que se llegan oyendo todas las opniones o la aceptacion de medidas con las que no estamos de acuerdo?
Somos seres individuales, independientes, unicos e irrepetibles y renunciar a nuestra propia identidad por mor de uniformarnos no es sino ser infieles a nuestra esencia.
¿Seria justo que al escuchar una orquesta sinfonica renunciaramos a todos los instrumentos para quedarnos con uno solo? ¿No estariamos perdiendonos una infinita gama de notas que no hacen sino enriquecer la melodia?
El dialogo, la comunicacion o el compartir son elementos esenciales en las relaciones interpersonales. En muchas ocasiones nos reconocemos a traves de la imagen que nos devuelven los demas cuando nos manifestamos.
Uno de los refranes que guarda la sabiduria popular dice que "Mas vale una vez colorado que ciento amarillo". Y es una buena maxima a tener en cuenta.
La armonia ficticia, el falso equilibrio, el mantenimiento de una relacion-sea personal,profesional,de amistad,familiar o de cualquier indole-que no este asentada en la libertad de expresion, a la manifestacion de las propias creencias, a defender los criterios....no hara sino construir sobre unas bases inciertas que tarde o temprano al traste con las metas que se pretenden alcanzar.
La sinceridad, el respeto,la aceptacion y la tolerancia son los pilares basicos para establecer relaciones limpias y solidas.En cambio, ceder ante "el terrorismo de la armonia"-algo que unas veces hacemos por cuestiones de imagen y otras por responder lo que se espera de nosotros, por no perder el prestigio,por aparentar ser buenos, por aceptar la cultura de la represion, por tapar lo que creemoss que no es bien aceptado por los demas....-no hara sino debilitar nuestra fuerza interior y conducirnos a situaciones en las que estaremos cada vez mas a expensas de la opinion y las decisiones de los demas.
Es importante recuperar el territorio personal y perder el miedo a manifestarse.No renunciemos pues a la confrontacion. Procurando, eso si, hablar desde el corazon para que nuestras opiniones se emitan siempre intentando ofender. No hacerlo es hacer dejacion de nuestra capacidad de decision. Porque si permitimos que otros elijan siempre por nosotros y nuestro papel queda relegado a aceptar lo que los demas decidan estaremos renunciando a la unica herramienta que tenemos para evolucionar: tomar decisiones desde la libertad. En otras palabras, hacer uso de nuestro libre albedrio.
Esa es la unica postura que conduce a la autorresponsabilidad y al crecimiento integral.
domingo, 31 de enero de 2010
jueves, 28 de enero de 2010
LAS COSAS DE FERMIN
Maestro es aquel que te da ejemplo y opurtunidades, que te da lo que te conviene, no lo que le estas pidiendo.
El feminismo, la igualdad de hombre y mujer, es una aberracion en terminos biologicos. El ying tiene que ser ying y el yang yang.Porque los aparantemente opuestos, no son opuestos, sino complementarios. Cuando un ying quiere ser yang y un yang ying van de craneo.
La enfermedad esta en la actitud.
Cuentan de un pueblo que vivia amarrado a las piedras del lecho de un rio, y todos sus habitantes se movian agarrados a las piedras del lecho del rio y por encima de ellos veian pasar la corriente, y un dia uno penso......y si me suelto de las piedras y me dejo llevar por la corriente..... pero rapidamente los parientes, los amigos y los sabios del lugar le dijeron (loco, si te sueltas la corriente te arrastra y te matara contras las piedras del rio) y el siguio agarrado a las piedras del rio.
Un dia ya no pudo mas y se solto....y los que dijeron que no se soltara tenian razon porque empezo a recibir golpes y a ser arrastrado por todos lados de un sitio para otro y cuando se creia que venia el ultimo y se moria, de pronto subio y salio a la superficie. Y alli vio un mundo nuevo........pajaros, valles,sol,.... y cuando estaba arriba flotando por el rio viendo un mundo nuevo paso por encima de un pueblo que vivia amarrado a las piedras del rio...... y los habitantes al verle dijeron(el salvador,el salvador ha venido)..... y este miro para abajo y dijo( yo no soy ningun salvador, solo soy uno como vosotros que se atrevio a soltarse de las piedras del rio).
El feminismo, la igualdad de hombre y mujer, es una aberracion en terminos biologicos. El ying tiene que ser ying y el yang yang.Porque los aparantemente opuestos, no son opuestos, sino complementarios. Cuando un ying quiere ser yang y un yang ying van de craneo.
La enfermedad esta en la actitud.
Cuentan de un pueblo que vivia amarrado a las piedras del lecho de un rio, y todos sus habitantes se movian agarrados a las piedras del lecho del rio y por encima de ellos veian pasar la corriente, y un dia uno penso......y si me suelto de las piedras y me dejo llevar por la corriente..... pero rapidamente los parientes, los amigos y los sabios del lugar le dijeron (loco, si te sueltas la corriente te arrastra y te matara contras las piedras del rio) y el siguio agarrado a las piedras del rio.
Un dia ya no pudo mas y se solto....y los que dijeron que no se soltara tenian razon porque empezo a recibir golpes y a ser arrastrado por todos lados de un sitio para otro y cuando se creia que venia el ultimo y se moria, de pronto subio y salio a la superficie. Y alli vio un mundo nuevo........pajaros, valles,sol,.... y cuando estaba arriba flotando por el rio viendo un mundo nuevo paso por encima de un pueblo que vivia amarrado a las piedras del rio...... y los habitantes al verle dijeron(el salvador,el salvador ha venido)..... y este miro para abajo y dijo( yo no soy ningun salvador, solo soy uno como vosotros que se atrevio a soltarse de las piedras del rio).
domingo, 24 de enero de 2010
PARA VOLVER AL AMOR
¿Que sentido tiene la vida, en cualquier condicion, sino se la puede vivir con amor?
¿Que sentido pueden tener el placer, el dolor,el poder, la disciplina, el conocimiento, la consagracion o el sacrificio, si no nos mueve el amor?
Todos somos buscadores del amor, esa esencia de la propia existencia que, mas que un sentimiento, es pura vivencia.
Buscando el amor,perdemos la inocencia, encontramos el arte, la religion y la ciencia; por amor emprendemos cruzadas y guerras hasta que un dia, en la derrota del pequeño ego, nacemos al fuego interior y construimos desde el diario vivir, un templo al amor.
En ese templo de la vida cotidiana, el amor convierte la vida en fuego ardiente, pasion de vivir, creatividad. El amor, es la mas vivida experiencia de un Dios inmanente, donde nace esa confianza interior que pude transcender el temor de la muerte.
El amor es la evidencia existencial del alma y en su intensa conciencia, podemos tomar posesion de los bienes del reino interior:la paz, la libertad, el amor.....
EL ARTE DE SER UNO MISMO (JORGE CARVAJAL)
¿Que sentido pueden tener el placer, el dolor,el poder, la disciplina, el conocimiento, la consagracion o el sacrificio, si no nos mueve el amor?
Todos somos buscadores del amor, esa esencia de la propia existencia que, mas que un sentimiento, es pura vivencia.
Buscando el amor,perdemos la inocencia, encontramos el arte, la religion y la ciencia; por amor emprendemos cruzadas y guerras hasta que un dia, en la derrota del pequeño ego, nacemos al fuego interior y construimos desde el diario vivir, un templo al amor.
En ese templo de la vida cotidiana, el amor convierte la vida en fuego ardiente, pasion de vivir, creatividad. El amor, es la mas vivida experiencia de un Dios inmanente, donde nace esa confianza interior que pude transcender el temor de la muerte.
El amor es la evidencia existencial del alma y en su intensa conciencia, podemos tomar posesion de los bienes del reino interior:la paz, la libertad, el amor.....
EL ARTE DE SER UNO MISMO (JORGE CARVAJAL)
sábado, 23 de enero de 2010
UN SER HUMANO DE ALTOS VUELOS

Jorge Carvajal, cirujano de almas
Luce en la pared de su concurrido consultorio de Medellín el título de cirujano, pero el prefiere presentarse como “carpintero de la conciencia”. Para el doctor Carvajal la bioenergética es aquella medicina que deja de ver al hombre como un “fósil molecular” y comienza a observarlo como un “ser de luz”. No distingue entre medicina, conciencia y espiritualidad, pero se trata de una miopía valiente e intencionada.
Pregona en los congresos de médicos que el cuerpo y el alma están estrechamente unidos y en los seminarios atiborrados de gente que la ciencia del servicio es la ciencia más sagrada. Para este poeta, psicólogo, inventor, cirujano…, la enfermedad es el espejo en el que se mira nuestra conciencia.
Arde la arena a sólo unos metros del Palacio de Miramar. Los donostiarras disfrutan del primer y esplendoroso domingo de verano y sin embargo el salón de esa gran mansión isabelina, se encuentra también a rebosar. Desborda el verano en la perla del Cantábrico, pero el médico colombiano mantiene a cientos de personas clavadas en las sillas. El sol puede esperar.
Místico sin cueva
Jorge Carvajal Posadas emana la profundidad del sabio, la seguridad del científico, la belleza del poeta y la generosidad del hombre comprometido con su tiempo. Sin embargo más allá del cirujano que ha hollado nuevos y más amplios horizontes de terapias, del conferencista que llena aforos en Europa y América a su paso, más allá del poeta viajero que va dejando aquí y allá una bella mirada del mundo, del observador de una realidad tan lacerante como esperanzada, Jorge Carvajal es un místico de nuestros días. Su palabra resuena en la más interna geografía. Por eso la gente deja la playa, el sol y el agua…, saben que sus discursos van directos al alma, en constante exhortación a la búsqueda del centro.
Nuestro interlocutor es un místico sin cueva, de los que se plantan en medio del asfalto, aún a riesgo de retumbar preguntas sin respuesta: “¿Qué puede pasar con la gota de agua congelada en el Ártico…” El piensa que le seguimos, pero se nos escurre su gota tocada de eternidad.
El investigador colombiano va sembrando ciencia y conciencia a partes iguales. Sus estudios sobre nuevas medicinas dan la vuelta al mundo entero, pero antes que nada es hombre con inmensa fe en el hombre: “Las oscuras cavernas fueron necesarias para que la humanidad naciera, pero en la nueva cultura, la humanidad ascenderá la montaña de la iniciación”.
Aromar la Tierra
Esa apuesta tan vital le empuja a amar con pasión su país. Anima a visitar el mágico realismo de su geografía. El médico de Medellín se crece en medio de una tensión, de una turbulencia que le presenta diariamente reto de equilibrio y serenidad. Las víctimas de los atentados saben también de su cirugía, de sus resonancias, de sus colores, de su acupuntura, de su homeopatía…, pues Carvajal toma lo mejor de todos los territorios terapéuticos y los individualiza en cada paciente. Colombia desafía continuamente a este hombre que no conoce los límites de la entrega: “Somos flores, nuestro cometido es aromar la tierra”.
Viene de la geografía más convulsa del planeta y sin embargo su presencia es todo paz. No es fácil ubicar al doctor Carvajal. Lo podemos encontrar en congresos especializados, siempre intentando ampliar los márgenes de la ortodoxia, revelando las claves de la bionenergía, la medicina con la que se le identifica, o de la terapia láser, uno de los métodos que le caracterizan… Lo podemos ver con sus colegas galenos, defendiendo la necesidad de abordar el tema de la salud desde más allá del cuerpo, invitando a “rescatar” el alma del paciente, abundando en la ciencia que el denomina de la sintergética, o ciencia de la síntesis. Le podemos ver también en multitudinarios aforos compartiendo con gentes sencillas su intenso “sabor de la vida” (sabiduría) en charlas salpicadas de fina y profunda poesía. Le podemos ver en sus seminarios en Barcelona, Mallorca, Madrid y San Sebastián, pues su gente y seguidores no le perdona menos de dos visitas al año.
Entre conferencia y conferencia logramos secuestrarlo. Nos lo llevamos al jardín del palacio. Verde, cielo y mar inmenso parece que colmaran de nuevo la inspiración de este hombre, por lo demás, amable y solícito. La paz que pregona y emana, le posibilita también ubicación perfecta. Apenas toma respiro entre el discurso del salón y la entrevista a orillas del Cantábrico. No hay fractura entre las palabras de dentro y fuera del palacio, al igual que no hay salto entre las diferentes ciencias y terapias que transita. Sabe por donde se anda, conoce su discurso, pero no recita; responde con una rapidez no exenta de fuerza y convicción. El tiempo es breve y sus palabras son precisas, “quirúrgicamente” lanzadas y ubicadas. No en vano tiene ya “operadas” muchas almas.
¿Cuál es la medicina del futuro?
Más y mejores técnicas sí, pero con la magia viva del sentir. Afrontar la enfermedad y el dolor sí, pero sin perder de vista el sentido del vivir. Talvez tendremos menos hospitales y más trabajo ambulatorio, menos cirugías y más educación, menos medicamentos y más bebidas caseras, menos vitaminas y más alimentos de buena calidad.
¿Una medicina más humana?
Algo así. Apostamos por una ciencia con alma, una disciplina que no mate la fe y la esperanza. Una propuesta para que cada quien rescate el poder de gestionar su propia salud, para que nacer y morir no sean los límites infranqueables de la vida y vivir se convierta en el arte original de ser. Un movimiento hacia la participación, un cese de la conspiración que ha dejado marginado al hombre de la responsabilidad sobre su propia vida; un rescatar la indivisible integridad del ser humano.
¿Más “cariños” y menos ciencia?
El paradigma dominante en el mundo ha sido el de la ciencia, pero la ciencia se convirtió en una nueva religión, en el único código de lectura aceptado. Hemos de salir del fundamentalismo científico, así como antes salimos del fundamentalismo religioso. El paradigma de la ciencia puede ser interpretado desde un código de lectura más incluyente, generando una ciencia con conciencia.
¿Bisturí para el cuerpo o para el alma?
Es imposible acceder al ser humano olvidando la esencia del ser humano que es la “psique”, que es el alma. No se trata de dejarle la psicología a los psicólogos, a los psiquiatras, es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los especialistas. Tenemos que rescatar la psicología para la vida cotidiana.
¿Qué enferma primero?
Desde 1950, los estudios médicos demuestran que el patrón de la personalidad incide sobre la enfermedad de una manera contundente, sobre los factores de riesgo para enfermar de una u otra cosa y se empiezan a estudiar los patrones de personalidad.
¿Rescatar el alma con qué objetivo…?
Se trata de ver como un sentimiento de hostilidad genera úlceras, genera enfermedad acidopéptica, genera hipertensión arterial, aumenta el riesgo de infarto, aumenta la liberación de noradrenalina, aumenta el consumo de oxígeno, te mete en un régimen de economía energética pésimo donde hay un gran desgaste, y una gran fricción, impide la respuesta de relajación, te impide tener paz interior a pesar de que tengas todas las razones del mundo para tenerla. Si nosotros como médicos no tenemos paz interior, si no somos capaces de la respuesta de relajación, no podemos reconocer la necesidad en otros. La primera necesidad de un paciente es paz.
Paz a cambio de aspirinas…, ¡va a hundir a las farmacéuticas!
Sin paz ninguna de las cosas que haga tiene sentido. Es el dígito en una gran cifra. Todas las acciones son ceros y sin el dígito de la paz nada vale la pena, ni tu dinero, ni tu posición, ni tu prestigio... Pero si tienes paz interior, todo lo demás se vuelve valioso.
De tanto abuso gastamos las palabras… ¿Qué es paz interior?
Es respuesta de relajación: que te baje el consumo de oxígeno, que te baje el nivel de noradrenalina, que te interiorices, que reflexiones, que compartas. Es muy sencillo: cuando hay paz interior, tu aquietas el tallo cerebral, el cerebro reptil. No tienes que atacar o huir, no tienes que morder a tu papá todo el día, o toda la noche haciendo bruxismo, sino que puedes comprenderlo, puedes ponerte en sus zapatos. Muchas hipertensiones esenciales vienen de ahí.
¿Somos algo más que una prisión molecular?
Cuando pensamos, cuando comemos, cuando soñamos, aunque creamos que estamos sólo en el cuerpo, estamos en lugares distintos. La mente que recorre por nuestro cerebro, no está en el cerebro, ni nace en él. Tampoco muere con él. Así como el agua no nace de la nube o del océano y es materia prima del hielo de la Antártida, del mar Caribe y de las impredecibles nubes, así la mente no es el cerebro, ni los pensamientos, ni las ideas, sino la misma intangible sustancia de la que todas las cosas están hechas: el Verbo. Al principio era el campo cuántico o campo unificado de la conciencia, un infinito potencial que el sonido hizo desplegar en el orden explícito de la creación.
¿Dónde nace tanto entusiasmo suyo por la vida?
Ser humano es un vivir asombrados y conmovidos, el milagro de inventarnos todos los instantes, el milagro de ser conscientes de respirar, el logro trascendental de ser conscientes de la conciencia. La ciencia sublime de sentir que estamos vivos cuando sentimos que la vida que anima flores y trinos es la misma que habita en nosotros. Ser humanos es cantar con la tierra la amorosa canción del regreso.
¿El tan mentado “volver al aquí y ahora”?
Exactamente. Los procesos de expansión de conciencia o de iniciación, ocurren hoy en el ritual de la vida cotidiana. Si ni siquiera escucho al hijo que está al lado, si me quemo la lengua por la mañana y el chocolate no me sabe a chocolate por estar pensando en la cuenta o el transporte o la hora de llegada… Si yo no vivo en el instante del presente ¿cómo pedirle a la vida que me de una responsabilidad del infinito?
¿No hay huída en ese “retorno a nosotros mismos”?
Todo puede ser refugio o morada. Si nos lleva a una mayor comprensión y libertad es morada del alma. Si nos lleva a una mayor dependencia y esclavitud es un refugio. De la misma forma, podemos hacer del cuerpo un templo de la conciencia o un simple refugio para escaparnos de la inclemencia. También todos los lugares pueden ser habilitados como refugios o como instrumentos del alma: las iglesias, las ciencias, el conocimiento, los sitios sagrados y los profanos, serán lugares para afrontarnos o para escondernos.
Dentro del palacio invitaba a la gente a jugar al arco…
Cuando empiezas a conocerte, sabes que tú eres el arco y eres la flecha, pero sobre todo tú eres el blanco. Cuando das en el blanco de tu propio centro, cuando ya no tienes los blancos en el placer, el poder, la recompensa, cuando el arquero no tiene sino el blanco de su corazón, en ese momento siempre da en el blanco. Das en el blanco cuando descubres esa ciencia interior que viene desde el centro y el centro es el liberador de la ilusión.
¿Sanar al hombre es también sanar la Tierra?
Así es. Todo en la tierra se acelera porque el hombre está en ella. La destrucción y la creación se vuelven en el hombre como una impetuosa corriente. Tenemos la terrible o gloriosa facultad de destruir o crear. Somos enzimas de la tierra, catalizadores de la evolución.
¿Propuesta de una nueva ecología?
Efectivamente. Llegó el tiempo de rescatar lo más sagrado de la vida: su interdependiente unicidad. Es la hora de una nueva ecología, la de la tierra viva, la de la gran cadena de la vida en la que la corriente del ser se diversifica revelando su armoniosa integridad. Cada uno de nosotros es parte del proyecto. Toda la basura que vemos es producto de nuestro propio corazón; allí nacieron las guerras, allí puede germinar la paz.
¿Estamos cerca del vergel o del desierto?
Toda la creación está a nuestra disposición para oprimir o para liberar; para sembrar la muerte y desertificar, o para sembrar la vida y cosechar. El hombre acelera todas las vibraciones para unirlas en la gran alquimia de la vida. Todas las semillas latentes pueden florecer. Todas las cosechas evolutivas de la tierra pueden echarse a perder. Nuestra naturaleza es la de ser co-creadores.
¿Espera buena cosecha?
Por supuesto, pero para ello es preciso observar la parábola del sembrador. Es necesario mirar la cosecha que la vida nos ha legado con reverencia y amor, de lo contrario las semillas morirán en los bolsillos del egoísmo y lo que la naturaleza ha construido por siglos y siglos morirá en nuestra inconsecuencia.
Vd. pregona que “muy hermosas esculturas duermen en nuestras manos…”
¡Tanta vida se puede dar con la mirada, tanta esperanza se puede germinar con una sola palabra, tanto amor implícito hay en el humano potencial, que sólo es preciso abrir las compuertas del ser para dejarlo correr! ¿Cuantas creaciones esperan la magia de un aliento sagrado? ¿Cuantos sueños esperan la vibración de una voz para despertar?
¿Es difícil levantar este estandarte de esperanza y de vida en el ámbito en que te desenvuelves?
La nueva conciencia surge en vórtices de una sensibilidad extrema o caóticos. En la piel sensible de las heridas personales y sociales es mucho más fácil sembrar la semilla de un nuevo orden emergente.
Me encanta Colombia. Es el mejor país del mundo, precisamente porque estamos en caos y en el seno de un vórtice caótico. Si tu puedes mantenerte en el ojo del huracán vas a poder tener un nivel de acción y respuesta más significativo.
La tensión es creativa. La violencia es al fin y al cabo energía. Nuestros temores, nuestros sentimientos son energía. No son en principio ni buenos, ni malos, depende sólo de la dirección que les demos. Cuando en el centro del caos estamos dispuestos a escuchar, podemos emerger a un nuevo orden y cultura. Cambiar nuestro punto de observación del mundo, cambiar nuestra actitud es ya transformar el mundo desde adentro.
Apura raudo sus últimas preguntas, pues le aguarda el auditorio del palacio. Sobre el jardín que se asoma a la bahía de la Concha revoltean las últimas palabras que viene de regalarnos el cirujano de almas y que apagan la grabadora: “Nos sanamos cada vez que reconocemos en todos los eventos un maestro; cada vez que antes de afirmar o negar, estamos dispuestos a aprender; cada vez que podemos ver aún en las cosas más oscuras, una evidencia de los infinitos métodos del Creador. En el surco de mi paz siembro la semilla del amor y florezco a la libertad”. ¡Gracias por la siembra señor doctor!
miércoles, 20 de enero de 2010
lunes, 18 de enero de 2010
SINTERGETICA
Un nuevo paradigma médico.
Hoy tengo la sensación de que entre todos aquellos que buscamos integrar las diferentes medicinas, en un meta-paradigma que restaure su perdida integridad, estamos asistiendo a un nacimiento. Es el nacimiento de una medicina integral, de una nueva ciencia, que es a la vez filosofía y arte. Parece nacer también hoy, con esa nueva cultura de la salud, una nueva humanidad. Somos nosotros los que nacemos. Parteros de nosotros mismos. Ahora la invitación es a nacer, desde nosotros, a esa genuina humanidad que en cada uno espera revelarse.
Dr. Jorge Carvajal Posada
Sintergética es el término que ha elegido el Dr. Jorge Carvajal para denominar su propuesta de sabiduría y salud. Deriva de la bioenergética y engloba todos los sistemas terapéuticos que trabajan con la energía, por tanto, esta propuesta incluye las medicinas y filosofías de oriente y occidente.
Se ha desarrollado en Medellín, Colombia, de la mano de este médico; quien con un gran grupo médicos tradicionales, lleva practicándola más de treinta años.
La Sintergética integra los opuestos, haciendo de la unión de la medicina occidental y de las sabidurías milenarias de oriente una síntesis de salud, muy científica y muy humana a la vez.
El paradigma reduccionista que ha marcado la pauta durante los últimos años nos ha llevado al separatismo en su obsesión por analizar; de tal forma, que las personas hemos sido tratadas como órganos y síntomas en vez de cómo seres integrales que somos. La Sintergética propone recuperar la visión integral.
Actualmente, desde la biología y la física sabemos que somos patrones de información, en el universo todo es información y la información es conciencia. Desde esta nueva perspectiva el Dr. Jorge Carvajal ha recurrido a la Medicina china de la cual toma los conocimientos de los cinco elementos, los meridianos y puntos de acupuntura (sin que sea necesario el uso de agujas), al Ayurveda con las doshas (vata, pita y kapha) de donde extrae la relación con el paciente a través de los pulsos, además de los nadis y los chakras. También integra conceptos de la Medicina antroposófica y, sobre todo, tiene en cuenta toda la sabiduría de la Teoría de biocircuitos y biorresonadores, además de la Auriculoterapia del Dr. Paul Nogier.
Como la Sintergética trabaja con las leyes de la conciencia tratando de facilitar la correcta distribución de la información, ha de utilizar para ello modernas herramientas, como son los sistemas RAM (amplificadores de resonancia mórfica), el softlaser, que es un láser blando de baja frecuencia, el autonosode, campos electromagnéticos, el color, el sonido y el desarrollo de la neurosintergia. Una herramienta más que utiliza la Sintergética, quizá una de las más importantes, es la sanación. En la sanación se reúnen terapeutas y personas de buena voluntad para, en un acto de servicio, intentar restaurar la energía con amor y ciencia.
Todo lo anteriormente citado va unido a un conocimiento profundo de lo mejor de la psicología humana, tiene en cuenta los sistemas de creencias y valores, el entorno sociocultural y, sobre todo, la historia de vida de la persona. Esto es así ya que el síntoma o la enfermedad es, simplemente, un señalador, una alarma que indica que algo falla en el conjunto del ser humano. Tratamos de ver la enfermedad como un mecanismo de aprendizaje para crecer como seres humanos y aportar a la vida aquello que se espera de nosotros. Esto convierte al paciente en protagonista tanto de su enfermedad, como de su recuperación. Convierte al terapeuta en un acompañante, en un guía que ha de poner al servicio del paciente todo lo que conoce para poder ayudarle en su camino. Esto conlleva, por parte del terapeuta, un adecuado trabajo con su carácter para poder ayudar desde una correcta visión, correcta escucha y correcta palabra. Como bien dice el Dr. Carvajal, el terapeuta ha de ayudar a elevar los ojos del paciente al alma.
En definitiva, la Sintergética va más allá de una propuesta terapéutica, es una filosofía de vida aplicable a todos los campos de interacción humana: salud, educación, economía, política, … proponiendo correctas relaciones a través de un crecimiento personal que nos permita evolucionar de manera armónica con la cambiante cadena de acontecimientos cada vez más rápidos e imprevisibles que nos está tocando vivir, pudiendo convertirnos en cocreadores de realidades, en vez de ser víctimas de los acontecimientos.
Hoy tengo la sensación de que entre todos aquellos que buscamos integrar las diferentes medicinas, en un meta-paradigma que restaure su perdida integridad, estamos asistiendo a un nacimiento. Es el nacimiento de una medicina integral, de una nueva ciencia, que es a la vez filosofía y arte. Parece nacer también hoy, con esa nueva cultura de la salud, una nueva humanidad. Somos nosotros los que nacemos. Parteros de nosotros mismos. Ahora la invitación es a nacer, desde nosotros, a esa genuina humanidad que en cada uno espera revelarse.
Dr. Jorge Carvajal Posada
Sintergética es el término que ha elegido el Dr. Jorge Carvajal para denominar su propuesta de sabiduría y salud. Deriva de la bioenergética y engloba todos los sistemas terapéuticos que trabajan con la energía, por tanto, esta propuesta incluye las medicinas y filosofías de oriente y occidente.
Se ha desarrollado en Medellín, Colombia, de la mano de este médico; quien con un gran grupo médicos tradicionales, lleva practicándola más de treinta años.
La Sintergética integra los opuestos, haciendo de la unión de la medicina occidental y de las sabidurías milenarias de oriente una síntesis de salud, muy científica y muy humana a la vez.
El paradigma reduccionista que ha marcado la pauta durante los últimos años nos ha llevado al separatismo en su obsesión por analizar; de tal forma, que las personas hemos sido tratadas como órganos y síntomas en vez de cómo seres integrales que somos. La Sintergética propone recuperar la visión integral.
Actualmente, desde la biología y la física sabemos que somos patrones de información, en el universo todo es información y la información es conciencia. Desde esta nueva perspectiva el Dr. Jorge Carvajal ha recurrido a la Medicina china de la cual toma los conocimientos de los cinco elementos, los meridianos y puntos de acupuntura (sin que sea necesario el uso de agujas), al Ayurveda con las doshas (vata, pita y kapha) de donde extrae la relación con el paciente a través de los pulsos, además de los nadis y los chakras. También integra conceptos de la Medicina antroposófica y, sobre todo, tiene en cuenta toda la sabiduría de la Teoría de biocircuitos y biorresonadores, además de la Auriculoterapia del Dr. Paul Nogier.
Como la Sintergética trabaja con las leyes de la conciencia tratando de facilitar la correcta distribución de la información, ha de utilizar para ello modernas herramientas, como son los sistemas RAM (amplificadores de resonancia mórfica), el softlaser, que es un láser blando de baja frecuencia, el autonosode, campos electromagnéticos, el color, el sonido y el desarrollo de la neurosintergia. Una herramienta más que utiliza la Sintergética, quizá una de las más importantes, es la sanación. En la sanación se reúnen terapeutas y personas de buena voluntad para, en un acto de servicio, intentar restaurar la energía con amor y ciencia.
Todo lo anteriormente citado va unido a un conocimiento profundo de lo mejor de la psicología humana, tiene en cuenta los sistemas de creencias y valores, el entorno sociocultural y, sobre todo, la historia de vida de la persona. Esto es así ya que el síntoma o la enfermedad es, simplemente, un señalador, una alarma que indica que algo falla en el conjunto del ser humano. Tratamos de ver la enfermedad como un mecanismo de aprendizaje para crecer como seres humanos y aportar a la vida aquello que se espera de nosotros. Esto convierte al paciente en protagonista tanto de su enfermedad, como de su recuperación. Convierte al terapeuta en un acompañante, en un guía que ha de poner al servicio del paciente todo lo que conoce para poder ayudarle en su camino. Esto conlleva, por parte del terapeuta, un adecuado trabajo con su carácter para poder ayudar desde una correcta visión, correcta escucha y correcta palabra. Como bien dice el Dr. Carvajal, el terapeuta ha de ayudar a elevar los ojos del paciente al alma.
En definitiva, la Sintergética va más allá de una propuesta terapéutica, es una filosofía de vida aplicable a todos los campos de interacción humana: salud, educación, economía, política, … proponiendo correctas relaciones a través de un crecimiento personal que nos permita evolucionar de manera armónica con la cambiante cadena de acontecimientos cada vez más rápidos e imprevisibles que nos está tocando vivir, pudiendo convertirnos en cocreadores de realidades, en vez de ser víctimas de los acontecimientos.
ENTREVISTA A JORGE CARVAJAL
Entrevista Jorge Carvajal
Bionergética
Cuando nadas contra tu propia corriente, enfermas
Humanizamos la vida rescatando el alma.
ENTREVISTA AL DR. JORGE CARVAJAL.
A Jorge Carvajal no le gusta hacer ruido, le gusta la sutileza. Él en realidad es un poeta, y ya se sabe... cuando hay mucho ruido un poeta no puede escuchar la música de la Creación. Sin embargo, Jorge Carvajal no es sólo un poeta, es también un filósofo y un médico y un sabio... Es un alma grande que habita en un cuerpo pequeño. Alguien que abre caminos.
Es un médico muy especial en cuyo maletín hay bisturí y gasas pero también valores. Del mismo modo que a un paciente le receta caricias a otro le recomienda sinceridad y si es necesario hecha mano de los antibióticos porque Carvajal sabe, como han sabido los sabios desde siempre, que lo importante es unificar y eso es lo que él hace. En la medicina unifica las tradiciones de oriente y occidente. En el ser humano unifica el corazón y la mente. Y además, hace poesía...
Los pacientes han delegado la responsabilidad de su propia vida en manos de los médicos. ¿Qué se puede hacer para que todos y cada uno de nosotros tomemos conciencia de qué estar sano y feliz depende sólo de nosotros?
Despertar. La enfermedad es el despertador, nuestra crisis es el despertador. Nosotros sabemos que podemos tener autogestión sobre nuestra salud. El sistema de salud no es el sistema de los médicos es el sistema de supervivencia de una cultura. Cada vez la gente es más crítica respecto del tipo de atención médica que recibe y cada vez la gente en todo el mundo se hace más responsable de su propia salud.
La visión de la medicina que usted plantea no se enseña en las universidades, ¿De qué fuentes ha bebido usted?
Primero de los ojos de los pacientes y de sus lágrimas. De sus necesidades de sus abrazos, del cariño de la Naturaleza. Cuando alguien me pide bibliografía yo recomiendo las corrientes de los ríos, los ojos de los niños, las hojas de los árboles, la Selva, la meditación, la reflexión y, obviamente, las medicinas sagradas de la humanidad: el Ayurveda, la Acupuntura, los sistemas chamánicos del mundo... pero también la ciencia. Creo que la clave de una nueva medicina es integrar la ciencia, la cultura y la conciencia en una sola corriente
Me da la sensación de que usted trata de construir un puente entre tradición y progreso.
Ese puente ya existe y no solo un puente sino infinitos puentes para que el que lo pueda ver lo vea y el que lo quiera cruza lo cruce. No hay una cultura oriental y una cultura occidental separadas, son absolutamente y estrictamente complementarias. Tenemos un territorio médico que es el de la materia que para mí es espiritual. Una molécula es espiritual. Hay otro territorio que es el de la energía, que en medicina tradicional China se describe como el Chi que circula por los meridianos. Tenemos un territorio que es el de la conciencia, el de las relaciones del hombre y la Naturaleza y del hombre y su propia naturaleza. Y existe un territorio de síntesis. A ese lo hemos llamado la Sintergética, es un territorio que pretende encontrar la complementariedad de todos los sistemas médicos del mundo incluyendo el de la ciencia occidental. Para mí, el territorio de la ciencia no solo no es antagónico sino que es totalmente complementario con las propuestas de las medicinas tradicionales del mundo.
¿Cuáles son las terapias que usted emplea?
Yo soy un medico convencional: empleo la cirugía y los antibióticos cuando es necesario, pero también utilizo las hierbas cuando hay que emplearlas. El láser y los campos magnéticos cuando son necesarios y la sanación espiritual si es conveniente... Toda medicina es un asunto relacional, cómo te relacionas con el paciente, lo puedes hacer con una mirada, con un consejo, escuchando o puedes utilizar la reflexoterapia o el láser. Es un menú muy rico.
¿Cuál cree usted que son las enfermedades más comunes del alma? ¿Cómo se sana el alma?
El alma no se enferma. El alma es lo que hay en ti permanente y perfecto. Lo que ocurre es que el alma produce una fricción con su instrumento. Cuando nadas contra tu propia corriente hay un conflicto entre el alma y la personalidad. Este conflicto se presenta al nivel de las emociones y éstas se precipitan sobre el cuerpo de tal manera que la mayoría de enfermedades que observamos en la práctica clínica son enfermedades emocionales que han dejado sus huellas en el cuerpo físico. Y luego lo llamas úlcera o gastritis pero una enfermedad es simplemente un reflejo en el espejo del cuerpo y por mucho que limpiemos el espejo no vamos a mejorar la imagen de quien en él se mira. No se trata tanto de limpiar el espejo sino de mejorar la conciencia que se mira en el espejo del cuerpo.
¿Qué se debe hacer para encontrar esa conciencia?
No se encuentra, no se consigue. Tú eres esa conciencia. Quítate lo que sobra en ti y quedas idéntico a lo que tú eres: totalidad, armonía, salud, perfección... eso es tu naturaleza. No se trata de buscar, más bien de volvernos a reconocer por dentro, de aceptarnos como somos, con nuestras sombras y con nuestra luz porque ellas hacen el colorido de la vida.
Existe una crisis que no sólo se refleja en los sistemas de salud o en la economía sino que repercute también en nuestra visión del mundo, de la manera como nos miramos a nosotros mismos en el universo. ¿Cómo describe usted la nueva visión del mundo que está naciendo?
Es una visión total, más humana, más ecológica y de interdependencia donde el mundo no es solo externo sino que es un mundo interior. Este mundo no sólo tiene fundamentos sino que también tiene contextos y significados, y que está expresado en sistemas con coherencia interior. Además queda una gran parte del mundo implícito, invisible no tangible, tal vez el más importante. Este es un mundo que no está hecho solamente de causalidad lineal sino de causalidad circular, es decir, que todos somos responsables de todo y no es sólo un mundo de causas sino también un mundo lleno de sentido y de propósito. Nace una nueva realidad hecha de materia, emociones, mente y alma. Humanizamos la vida rescatando el alma.
El mayor problema de este planeta es que hemos utilizado la mente disociada del corazón. El sentimiento y la emoción sin mente son peligrosos y la mente sin corazón es un cadáver. Se debe pensar involucrando el corazón para darle un propósito.
Cuando nos aceptamos somos de una pieza, sentimos, pensamos y actuamos de la misma manera. Somos íntegros y transparentes porque actuamos sin máscaras, acariciando el mundo con la piel desnuda.
Estamos preparados para ese cambio...
Absolutamente preparados porque no es sólo un cambio personal, es también un cambio en la dinámica humana, en la dinámica social, en las relaciones con nuestros hijos, en las relaciones con la ciencia. Es un cambio en el que empieza a emerger la conciencia como el mínimo común denominador de todas las actividades humanas. Es un cambio que toma la esfera del arte, la religión, la economía, la filosofía y que incluye un poquito de magia en nuestra vida cotidiana. Es un cambio que de todas maneras está ocurriendo con nosotros pero que va a ocurrir a un a pesar de nosotros.
Ignoramos lo que somos, cuáles son nuestras necesidades y potencialidades y eso hace que nuestra salud se vea perjudicada ¿Pero qué somos?
El problema es que hemos confundido al ser. Decimos sanar y no sabemos a quien sanamos. Hablamos del ser y no sabemos quienes somos... pero está pregunta no tiene respuesta; nosotros somos aquí y ahora. Somos un proceso dinámico, cambiante que no se puede atrapar con palabras. Somos el sentir, el vivir, el amor, somos un verbo que se conjuga. No somos un estado sino un proceso en permanente cambio. Tu eres una corriente, un rió y como cualquier río nunca eres igual a ti mismo, te estás renovando continuamente. Somos una corriente que se auto-recrea y auto-renueva.
Usted nos invita a mirar la enfermedad como un maestro, ¿qué puede enseñarnos, por ejemplo, un tumor?
La enfermedad es un maestro no solo en el plano humano sino también en el plano social. Es una estrategia de supervivencia de la humanidad como tal. Un tumor que es una catástrofe en el plano personal puede resultar beneficioso en el plano social porque impide que el genoma se transfiera a la descendencia. De tal manera que el tumor lleva implícito un mensaje: que eso no se expanda hacia la descendencia. Cada tumor es una lección. Es distinto un tumor en el riñón, en el estómago o en el cerebro. Cada modalidad puede tener una connotación diferente. Una enfermedad nos está haciendo una pregunta esencial ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? Pero también nos está dando una respuesta: Eres parte de la humanidad, eres vulnerable. El hecho de ser humano implica que puedes enfermar. El hecho de ser humanos nos hace participar del cuerpo y los riesgos a los que está sometida la humanidad. La enfermedad no es un solamente un asunto de conciencia o un asunto mental porque las plantas y los minerales enferman y ellos no tienen conciencia como nosotros la entendemos pero podemos aprovechar la enfermedad como una oportunidad para evolucionar.
La salud integral que tenga en cuenta los cuatro planos del ser, el físico, emocional, mental y espiritual comienza a abrirse paso pero todavía existen muchos profesionales de la salud enraizados en el racionalismo que se empeñan en ver un órgano aislado del resto del organismo, y no digamos del contexto del paciente. Que la visión de la salud cambie depende mucho de los médicos ¿Cree que están dispuestos a desprenderse de su visión mecanicista?
La visión de la salud no depende de los médicos, depende de la gente de la cultura de la demanda que la gente haga de un tipo u otro de medicina. La universidad cambia y la visión médica cambia cuando cambia la visión de la cultura. Las prácticas médicas alternativas se están imponiendo en occidente. Alrededor del 50% de la gente en occidente acude a prácticas médicas alternativas... somos hijos de la necesidad, que los médicos cambiemos o no es independiente de que la medicina cambie porque la medicina va a cambiar de todas maneras.
Hay muchos intereses creados... hay mucha gente que vive de tratar la enfermedad y no de ayudar a prevenirla
Eso es cierto, hay intereses creados. Pero también hay intereses creados en otras direcciones. Una cultura se modifica de abajo hacia arriba, no se modifica por decreto de los estados o de la universidad. Lo determina la necesidad de la gente. Yo soy muy optimista porque se ha producido una gran apertura en el gremio médico por recuperar un poco la Naturaleza y la medicina natural, después vendrá la apertura hacia el enfoque energético y más adelante a un plano de conciencia integral... pero ya estamos dando los primero pasos.
TECNOLOGÍA
La catástrofe de la medicina es que lo médicos son más tecnólogos que seres humanos.
CONSUMISMO
Ya no producimos productos para los consumidores sino consumidores para el consumo. Estamos consumidos por el mercado.
PAZ
¿Cómo vas a construir la paz sin o tienes paz en el corazón?
TIEMPO
Estamos hechos de tiempo. El tiempo es el movimiento de la conciencia. Matar el tiempo es matar la vida.
ALMA
El alma es un músico y el cuerpo-mente el instrumento. El día que no confundamos música, instrumento y músico alcanzaremos la armonía y la integridad.
ALEGRÍA
La alegría es parte de la santidad. El sendero de la conciencia debe ser alegre. La responsabilidad debe fluir a través de la alegría. Cuando hay alegría, levedad y transparencia aparece la pasión y el sendero de perfección es en sendero de pasión.
DOLOR
Es una válvula de escape para gritar lo que no hemos podido gritar sin él. Si no tienes manera de obtener atención, utilizas el dolor para obtenerla. El mayor dolor es por aquello que no tiene sentido.
Bionergética
Cuando nadas contra tu propia corriente, enfermas
Humanizamos la vida rescatando el alma.
ENTREVISTA AL DR. JORGE CARVAJAL.
A Jorge Carvajal no le gusta hacer ruido, le gusta la sutileza. Él en realidad es un poeta, y ya se sabe... cuando hay mucho ruido un poeta no puede escuchar la música de la Creación. Sin embargo, Jorge Carvajal no es sólo un poeta, es también un filósofo y un médico y un sabio... Es un alma grande que habita en un cuerpo pequeño. Alguien que abre caminos.
Es un médico muy especial en cuyo maletín hay bisturí y gasas pero también valores. Del mismo modo que a un paciente le receta caricias a otro le recomienda sinceridad y si es necesario hecha mano de los antibióticos porque Carvajal sabe, como han sabido los sabios desde siempre, que lo importante es unificar y eso es lo que él hace. En la medicina unifica las tradiciones de oriente y occidente. En el ser humano unifica el corazón y la mente. Y además, hace poesía...
Los pacientes han delegado la responsabilidad de su propia vida en manos de los médicos. ¿Qué se puede hacer para que todos y cada uno de nosotros tomemos conciencia de qué estar sano y feliz depende sólo de nosotros?
Despertar. La enfermedad es el despertador, nuestra crisis es el despertador. Nosotros sabemos que podemos tener autogestión sobre nuestra salud. El sistema de salud no es el sistema de los médicos es el sistema de supervivencia de una cultura. Cada vez la gente es más crítica respecto del tipo de atención médica que recibe y cada vez la gente en todo el mundo se hace más responsable de su propia salud.
La visión de la medicina que usted plantea no se enseña en las universidades, ¿De qué fuentes ha bebido usted?
Primero de los ojos de los pacientes y de sus lágrimas. De sus necesidades de sus abrazos, del cariño de la Naturaleza. Cuando alguien me pide bibliografía yo recomiendo las corrientes de los ríos, los ojos de los niños, las hojas de los árboles, la Selva, la meditación, la reflexión y, obviamente, las medicinas sagradas de la humanidad: el Ayurveda, la Acupuntura, los sistemas chamánicos del mundo... pero también la ciencia. Creo que la clave de una nueva medicina es integrar la ciencia, la cultura y la conciencia en una sola corriente
Me da la sensación de que usted trata de construir un puente entre tradición y progreso.
Ese puente ya existe y no solo un puente sino infinitos puentes para que el que lo pueda ver lo vea y el que lo quiera cruza lo cruce. No hay una cultura oriental y una cultura occidental separadas, son absolutamente y estrictamente complementarias. Tenemos un territorio médico que es el de la materia que para mí es espiritual. Una molécula es espiritual. Hay otro territorio que es el de la energía, que en medicina tradicional China se describe como el Chi que circula por los meridianos. Tenemos un territorio que es el de la conciencia, el de las relaciones del hombre y la Naturaleza y del hombre y su propia naturaleza. Y existe un territorio de síntesis. A ese lo hemos llamado la Sintergética, es un territorio que pretende encontrar la complementariedad de todos los sistemas médicos del mundo incluyendo el de la ciencia occidental. Para mí, el territorio de la ciencia no solo no es antagónico sino que es totalmente complementario con las propuestas de las medicinas tradicionales del mundo.
¿Cuáles son las terapias que usted emplea?
Yo soy un medico convencional: empleo la cirugía y los antibióticos cuando es necesario, pero también utilizo las hierbas cuando hay que emplearlas. El láser y los campos magnéticos cuando son necesarios y la sanación espiritual si es conveniente... Toda medicina es un asunto relacional, cómo te relacionas con el paciente, lo puedes hacer con una mirada, con un consejo, escuchando o puedes utilizar la reflexoterapia o el láser. Es un menú muy rico.
¿Cuál cree usted que son las enfermedades más comunes del alma? ¿Cómo se sana el alma?
El alma no se enferma. El alma es lo que hay en ti permanente y perfecto. Lo que ocurre es que el alma produce una fricción con su instrumento. Cuando nadas contra tu propia corriente hay un conflicto entre el alma y la personalidad. Este conflicto se presenta al nivel de las emociones y éstas se precipitan sobre el cuerpo de tal manera que la mayoría de enfermedades que observamos en la práctica clínica son enfermedades emocionales que han dejado sus huellas en el cuerpo físico. Y luego lo llamas úlcera o gastritis pero una enfermedad es simplemente un reflejo en el espejo del cuerpo y por mucho que limpiemos el espejo no vamos a mejorar la imagen de quien en él se mira. No se trata tanto de limpiar el espejo sino de mejorar la conciencia que se mira en el espejo del cuerpo.
¿Qué se debe hacer para encontrar esa conciencia?
No se encuentra, no se consigue. Tú eres esa conciencia. Quítate lo que sobra en ti y quedas idéntico a lo que tú eres: totalidad, armonía, salud, perfección... eso es tu naturaleza. No se trata de buscar, más bien de volvernos a reconocer por dentro, de aceptarnos como somos, con nuestras sombras y con nuestra luz porque ellas hacen el colorido de la vida.
Existe una crisis que no sólo se refleja en los sistemas de salud o en la economía sino que repercute también en nuestra visión del mundo, de la manera como nos miramos a nosotros mismos en el universo. ¿Cómo describe usted la nueva visión del mundo que está naciendo?
Es una visión total, más humana, más ecológica y de interdependencia donde el mundo no es solo externo sino que es un mundo interior. Este mundo no sólo tiene fundamentos sino que también tiene contextos y significados, y que está expresado en sistemas con coherencia interior. Además queda una gran parte del mundo implícito, invisible no tangible, tal vez el más importante. Este es un mundo que no está hecho solamente de causalidad lineal sino de causalidad circular, es decir, que todos somos responsables de todo y no es sólo un mundo de causas sino también un mundo lleno de sentido y de propósito. Nace una nueva realidad hecha de materia, emociones, mente y alma. Humanizamos la vida rescatando el alma.
El mayor problema de este planeta es que hemos utilizado la mente disociada del corazón. El sentimiento y la emoción sin mente son peligrosos y la mente sin corazón es un cadáver. Se debe pensar involucrando el corazón para darle un propósito.
Cuando nos aceptamos somos de una pieza, sentimos, pensamos y actuamos de la misma manera. Somos íntegros y transparentes porque actuamos sin máscaras, acariciando el mundo con la piel desnuda.
Estamos preparados para ese cambio...
Absolutamente preparados porque no es sólo un cambio personal, es también un cambio en la dinámica humana, en la dinámica social, en las relaciones con nuestros hijos, en las relaciones con la ciencia. Es un cambio en el que empieza a emerger la conciencia como el mínimo común denominador de todas las actividades humanas. Es un cambio que toma la esfera del arte, la religión, la economía, la filosofía y que incluye un poquito de magia en nuestra vida cotidiana. Es un cambio que de todas maneras está ocurriendo con nosotros pero que va a ocurrir a un a pesar de nosotros.
Ignoramos lo que somos, cuáles son nuestras necesidades y potencialidades y eso hace que nuestra salud se vea perjudicada ¿Pero qué somos?
El problema es que hemos confundido al ser. Decimos sanar y no sabemos a quien sanamos. Hablamos del ser y no sabemos quienes somos... pero está pregunta no tiene respuesta; nosotros somos aquí y ahora. Somos un proceso dinámico, cambiante que no se puede atrapar con palabras. Somos el sentir, el vivir, el amor, somos un verbo que se conjuga. No somos un estado sino un proceso en permanente cambio. Tu eres una corriente, un rió y como cualquier río nunca eres igual a ti mismo, te estás renovando continuamente. Somos una corriente que se auto-recrea y auto-renueva.
Usted nos invita a mirar la enfermedad como un maestro, ¿qué puede enseñarnos, por ejemplo, un tumor?
La enfermedad es un maestro no solo en el plano humano sino también en el plano social. Es una estrategia de supervivencia de la humanidad como tal. Un tumor que es una catástrofe en el plano personal puede resultar beneficioso en el plano social porque impide que el genoma se transfiera a la descendencia. De tal manera que el tumor lleva implícito un mensaje: que eso no se expanda hacia la descendencia. Cada tumor es una lección. Es distinto un tumor en el riñón, en el estómago o en el cerebro. Cada modalidad puede tener una connotación diferente. Una enfermedad nos está haciendo una pregunta esencial ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? Pero también nos está dando una respuesta: Eres parte de la humanidad, eres vulnerable. El hecho de ser humano implica que puedes enfermar. El hecho de ser humanos nos hace participar del cuerpo y los riesgos a los que está sometida la humanidad. La enfermedad no es un solamente un asunto de conciencia o un asunto mental porque las plantas y los minerales enferman y ellos no tienen conciencia como nosotros la entendemos pero podemos aprovechar la enfermedad como una oportunidad para evolucionar.
La salud integral que tenga en cuenta los cuatro planos del ser, el físico, emocional, mental y espiritual comienza a abrirse paso pero todavía existen muchos profesionales de la salud enraizados en el racionalismo que se empeñan en ver un órgano aislado del resto del organismo, y no digamos del contexto del paciente. Que la visión de la salud cambie depende mucho de los médicos ¿Cree que están dispuestos a desprenderse de su visión mecanicista?
La visión de la salud no depende de los médicos, depende de la gente de la cultura de la demanda que la gente haga de un tipo u otro de medicina. La universidad cambia y la visión médica cambia cuando cambia la visión de la cultura. Las prácticas médicas alternativas se están imponiendo en occidente. Alrededor del 50% de la gente en occidente acude a prácticas médicas alternativas... somos hijos de la necesidad, que los médicos cambiemos o no es independiente de que la medicina cambie porque la medicina va a cambiar de todas maneras.
Hay muchos intereses creados... hay mucha gente que vive de tratar la enfermedad y no de ayudar a prevenirla
Eso es cierto, hay intereses creados. Pero también hay intereses creados en otras direcciones. Una cultura se modifica de abajo hacia arriba, no se modifica por decreto de los estados o de la universidad. Lo determina la necesidad de la gente. Yo soy muy optimista porque se ha producido una gran apertura en el gremio médico por recuperar un poco la Naturaleza y la medicina natural, después vendrá la apertura hacia el enfoque energético y más adelante a un plano de conciencia integral... pero ya estamos dando los primero pasos.
TECNOLOGÍA
La catástrofe de la medicina es que lo médicos son más tecnólogos que seres humanos.
CONSUMISMO
Ya no producimos productos para los consumidores sino consumidores para el consumo. Estamos consumidos por el mercado.
PAZ
¿Cómo vas a construir la paz sin o tienes paz en el corazón?
TIEMPO
Estamos hechos de tiempo. El tiempo es el movimiento de la conciencia. Matar el tiempo es matar la vida.
ALMA
El alma es un músico y el cuerpo-mente el instrumento. El día que no confundamos música, instrumento y músico alcanzaremos la armonía y la integridad.
ALEGRÍA
La alegría es parte de la santidad. El sendero de la conciencia debe ser alegre. La responsabilidad debe fluir a través de la alegría. Cuando hay alegría, levedad y transparencia aparece la pasión y el sendero de perfección es en sendero de pasión.
DOLOR
Es una válvula de escape para gritar lo que no hemos podido gritar sin él. Si no tienes manera de obtener atención, utilizas el dolor para obtenerla. El mayor dolor es por aquello que no tiene sentido.
sábado, 16 de enero de 2010
jueves, 14 de enero de 2010
¿QUE ES EL PENSAMIENTO?
Es aquello que coge una idea y la convierte en imagen. Y esa imagen a traves de la energia, la plasma en la materia. Si juntas pensamiento, intencion y accion pueds crear lo que quieras.
miércoles, 13 de enero de 2010
FRECUENCIAS
EL ESPACIO VACIO DEL ADN HUMANO EMITE UNA FRECUENCIA DE 150 MEGAHERCIOS Y LOS GENES INTERPRETAN ESA FRECUENCIA Y CREAN PROTEINAS, Y ASI SALE NUESTRO CUERPO. AGARRENSE QUE LAS ANTENAS DE TELEFONIA MOVIL EMITEN EN 1800 MEGAHERCIOS Y EL WIFI EN 2400 MEGAHERCIOS, Y SON PURAS ARMONICAS DEL ADN. Y LAS ARMONICAS SOLAPAN...... CASI NADIE AL APARATO.Y LUEGO DICEN QUE SON INOCUAS, ESTAN ECHAS A PROPOSITO PARA CREARNOS ENFERMEDADES. ¿ALGUIEN LO DUDA?
lunes, 11 de enero de 2010
A CORAZON ABIERTO
Lo que estoy viviendo y sintiendo me esta dejando sin energia y sin vitalidad porque un corazon vacio de amor es un corazon muerto.La vida es una escuela y se que esta situacion es una leccion mas que tenia que aprender.Tal vez como tengo una cabeza dura me he buscado pasar por algo tan extremo porque de otra forma igual no me habria enterado. Se que tengo que seguir aprendiendo y espero que a partir de ahora no necesite pruebas tan dificiles para asimilar el siguiente aprendizaje.
Hay dolores en el alma que no se calman con analgesicos, heridas que no cicatrizan aunque pase el tiempo,vacios que no pueden llenar otras personas u otras relaciones.
Pero la esperanza, eso nunca se pierde y el amor incondiconal tampoco.La esperanza es una onda electromagnetica que emana del corazon y es capaz de todo. Te ame ayer, te amo hoy y te amare siempre.
Hay dolores en el alma que no se calman con analgesicos, heridas que no cicatrizan aunque pase el tiempo,vacios que no pueden llenar otras personas u otras relaciones.
Pero la esperanza, eso nunca se pierde y el amor incondiconal tampoco.La esperanza es una onda electromagnetica que emana del corazon y es capaz de todo. Te ame ayer, te amo hoy y te amare siempre.
domingo, 10 de enero de 2010
3 PREGUNTAS PARA LOS MEDICOS CLASICOS
1-Digame usted la causa de una enfermedad, que no sea infectocontagiosa,que haya sido descubierta desde 1866 para aca(excluyendo accidentes y envanenamientos)
2-Digame usted un solo farmaco en el vademecum que sea curativo, exceptuando los antibioticos. Todos son sintomaticos, porque si curan se les acaba el negocio alas multinacionales del farmaco.
3-Digame usted un solo farmaco que sea patente de un estado.
En 50 años solo ha mejorado en la medicina: las urgencias y la cirujia.
2-Digame usted un solo farmaco en el vademecum que sea curativo, exceptuando los antibioticos. Todos son sintomaticos, porque si curan se les acaba el negocio alas multinacionales del farmaco.
3-Digame usted un solo farmaco que sea patente de un estado.
En 50 años solo ha mejorado en la medicina: las urgencias y la cirujia.
sábado, 9 de enero de 2010
LAS COSAS DE FERMIN
-Para la medicina clasica somos un conjunto de moleculas, el cuerpo humano es como un mecano.Reacciones quimicas, puro mecanicismo newtoniano.Para ellos funcionamos como un reloj, y para ello estan los especialistas, unos se encargan de las manecillas, otros de la correa, otros del motor, ....Hay esta una de las barbaridades de la medicina clasica, la de ver las partes y no ver el todo.
Ya no existe el ojo clinico del medico de pueblo, se lo han cargado.
El especialista es el tio que mas sabe sobre lo que no se sabe, porque si se sabria curar no habria especialistas.
-Esta medicina tiene unos claros beneficiarios: las multinacionales del farmaco y los gestores del sistema de salud, pero se han aprovechado de que nosotros los ciudadanos, que no dejamos nuestra casa ni nuestra mujer o nuestros hijos ni nuestro cepillo de dientes al primero que lo pide, tratandose de nuestro cuerpo le decimos a un bata blanca....."doctor cureme usted que para eso a estudiao y para eso le pagan".
Asi convertimos la salud en un derecho social exigible.
Y la salud es una responsabilidad individual, no un derecho dsocial exigible.
Le hemos dado tanto poder al medico sobre nuestra vida que el medico te puede desauciar, como dice hamer.....Mata mas la palabra cancer, que el propio cancer. Mata mas el comprobar que tenemos una medicina que no funciona, que no tiene solucion para tu problema, que solo tiene cuidados paleativos, pero como lo hace todo el mundo.........
Ya no existe el ojo clinico del medico de pueblo, se lo han cargado.
El especialista es el tio que mas sabe sobre lo que no se sabe, porque si se sabria curar no habria especialistas.
-Esta medicina tiene unos claros beneficiarios: las multinacionales del farmaco y los gestores del sistema de salud, pero se han aprovechado de que nosotros los ciudadanos, que no dejamos nuestra casa ni nuestra mujer o nuestros hijos ni nuestro cepillo de dientes al primero que lo pide, tratandose de nuestro cuerpo le decimos a un bata blanca....."doctor cureme usted que para eso a estudiao y para eso le pagan".
Asi convertimos la salud en un derecho social exigible.
Y la salud es una responsabilidad individual, no un derecho dsocial exigible.
Le hemos dado tanto poder al medico sobre nuestra vida que el medico te puede desauciar, como dice hamer.....Mata mas la palabra cancer, que el propio cancer. Mata mas el comprobar que tenemos una medicina que no funciona, que no tiene solucion para tu problema, que solo tiene cuidados paleativos, pero como lo hace todo el mundo.........
UN GENIO

REFLEXIONES SOBRE LA NUEVA MEDICINA.
Entrevista al Doctor Hamer.
El doctor Ryke Geerd Hamer.
Doctor Hamer, ¿qué le indujo a interesarse en el cáncer, y a cuestionarse las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades?
Hasta 1978 no me había ocupado especialmente de ello. Era internista, es decir, especialista en medicina interna, y llevaba trabajando 15 años en clínicas universitarias (C.H.U.). Dirigí cursos durante cinco años, enseñando a estudiantes. Era un internista normal, tenía en mi haber varios años de práctica médica... Todo eso hasta 1978.
Luego sucedió algo terrible. Un loco furioso disparó su fusil, sin el menor motivo, contra mi hijo Dirk, que dormía sobre un barco. Fue un golpe imprevisto que me pilló totalmente desprevenido. Un golpe contra el que me sentí impotente y sin capacidad de reacción. En la vida corriente, los sucesos y conflictos normales no ocasionan sobre nosotros un choque tan brutal. Siempre tenemos ocasión de prepararnos un poco ante ellos; son lo que denominaríamos los conflictos ordinarios que solemos tener. Por el contrario, a los conflictos ante los que no tenemos preparación, y que provocan una violenta perturbación psíquica, un choque, les llamamos conflictos biológicos.
Fue así como en 1978 caí enfermo a causa de un conflicto biológico, un conflicto de pérdida, desarrollando un cáncer testicular. En aquellos momentos, como todavía nunca había enfermado de nada grave, aquello me hizo reflexionar. Pensé que, sin duda, aquel cáncer testicular debía estar relacionado, de una u otra manera, con la muerte de mi hijo.
Luego, tres años más tarde, en un clínica de cáncer ginecológico de la Universidad de Munich en la que era jefe de servicio de medicina interna, tuve ocasión de investigar si en mis pacientes del centro el mecanismo se había desarrollado exactamente de la misma forma que en mí. Es decir, si también ellas habían sufrido un choque conflictual. Descubrí que, efectivamente, en todas mis pacientes sin excepción se había producido un tal suceso-choque, a partir del cual habían tenido las manos frías y experimentado pérdida de peso, insomnio, etc. De manera que, tirando del hilo, se podía remontar hasta el choque inicial a partir del cual el cáncer debió producirse.
Por entonces esta opinión era hasta tal punto contraria a las tesis oficiales de la medicina escolar, que tan pronto expuse estas ideas a mis colegas se me colocó ante la disyuntiva de abandonar mi trabajo de clínica o retractarme.
¡Parece algo propio de la Edad Media! ¿Cómo reaccionó usted ante esta situación?
Bueno, cuando se es Frison no se puede abjurar, ya que ante la falta de argumentos que me refutasen hubiese debido abjurar de mis convicciones íntimas. Por lo tanto me fui. El despido me produjo un conflicto biológico o, más concretamente, una desvalorización violenta y brutal, lo recuerdo muy bien, ya que encontré monstruoso que se me pudiera echar de la clínica únicamente por haber realizado un descubrimiento científico fundamentado, nuevo e irrefutable. Además, nunca hubiese imaginado que eso fuese posible. Fue totalmente dramático, ya que hasta el último día pude examinar a mi paciente número 200, de manera que la Ley de Hierro del Cáncer casi vio la luz in extremis.
¿Podría explicarnos brevemente y de forma sencilla cuáles son los criterios esenciales de la Ley de Hierro del Cáncer?
La Ley de Hierro del Cáncer es una ley biológica. Conlleva tres criterios, el primero de los cuales se enuncia así:
Todo cáncer o enfermedad análoga al cáncer, se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque angustiante, extremadamente brutal y dramático, experimentado en soledad, que se manifiesta casi simultáneamente a tres niveles: psíquico, cerebral y orgánico.
Es el S.D.H., Síndrome de Dirk Hamer. Le denominé así porque el choque provocado por la muerte de mi hijo Dirk fue el origen de mi cáncer testicular. Luego, este Síndrome Dirk Hamer se convirtió en el eje, la columna vertebral de toda la Nueva Medicina. Así pues, en cada caso de enfermedad debemos intentar reconstruir escrupulosamente el Síndrome Dirk Hamer, con todos sus agentes y consecuencias.
Debemos retroceder hasta la situación específica de aquel momento. Es sólo a partir de aquella situación que podremos comprender por qué el problema ha constituido para alguien un conflicto biológico. Por qué razón fue tan dramático. Por qué el afectado estaba tan solo en aquellos momentos. Por qué nadie había podido compartirlo con él, y por qué el problema provocaba en él un conflicto activo. Es decir, que la persona en cuestión no podía escoger entre dos opciones que se le ofrecían o no tenía ninguna posibilidad de reaccionar ante el problema.
Un buen médico debe poder efectuar con igual eficiencia la identificación con un bebé -incluso un embrión-, con un viejo, una jovencita o un animal, y ser capaz de trasladarse hasta la situación que originó el Síndrome Dirk Hamer. Ese es el único medio que tiene para poder distinguir entre un problema -de los que tenemos a centenares- y un conflicto biológico.
La Ley de Hierro del Cáncer tiene además otros dos criterios, ¿no es cierto?
Sí. El segundo criterio se enuncia así:
En el momento de producirse el Síndrome Dirk Hamer, la forma del conflicto determina la localización cerebral del Foco de Hamer, así como la localización en el órgano del cáncer o del equivalente del cáncer.
En efecto, los conflictos no existen por sí mismos, sino que cada conflicto tiene una forma muy determinada que se define en el mismo instante del Síndrome Dirk Hamer. La forma del conflicto se genera por vía asociativa, es decir, por coordinación instintiva de ideas que generalmente escapa al filtro de nuestra razón.
Por ejemplo, tomemos un conflicto típico de agua o de líquido: un camión cisterna pierde todo su contenido en un accidente de circulación, o el coche de una cooperativa lechera vuelca y derrama en la calzada toda la leche. Se produce una asociación con el agua o líquido y, a partir de un conflicto biológico mentalmente relacionado con el agua, un conflicto de agua, un tipo específico de cáncer de riñón.
¡Eso significa pues que a cada forma de conflicto le corresponde un cáncer determinado, y un emplazamiento específico en el cerebro!
Sí. Existe un relé específico a nivel cerebral. En nuestro ejemplo de cáncer de riñón por conflicto de agua o líquido, en el mismo segundo de producirse el Síndrome Dirk Hamer se produce un cortocircuito en una localización predeterminada del cerebro que, según los casos, corresponderá al riñón derecho o izquierdo. Este cortocircuito puede ser fotografiado con ayuda de los escaners cerebrales. La zona cerebral toma el aspecto de círculos concéntricos, como en una diana o un estanque al que se ha arrojado una piedra.
Hasta ahora, este fenómeno ha sido siempre mal interpretado por los radiólogos, que lo diagnosticaban como fenómeno de origen artificial ocasionado por el propio aparato. La localización cerebral que presenta este tipo de alteración se denomina Foco de Hamer. No fui yo quien le dio tal nombre, sino mis detractores, haciendo burla de esos «cómicos Focos de Hamer» en las localizaciones descubiertas por mí.
¿Cómo se enuncia el tercer criterio de la Ley de Hierro del Cáncer?
A la evolución del conflicto le corresponde una evolución determinada del Foco de Hamer en el cerebro, y una evolución específica de un cáncer o de una enfermedad equivalente al cáncer en un órgano. Se puede resumir así:
El conflicto biológico tiene un triple impacto, casi simultáneo, a tres niveles: psíquico, cerebral y orgánico.
Es fácil de concebir y además se puede hacer la comprobación en el primer caso que se nos presente: la evolución del conflicto y, -llegado el caso-, de la enfermedad, es sincrónico en los tres niveles. En la medida en que el conflicto puede resolverse, constatamos que los cambios debidos a esta solución se producen sincrónicamente, es decir, en forma paralela en los tres niveles.
Se trata de la acción de un sistema predeterminado, en el sentido estrictamente científico, de manera que si se conoce uno de los niveles se pueden deducir limpiamente los otros dos. Es decir, que en último extremo tenemos un único organismo que podemos concebir a tres niveles pero que de hecho es uno solo.
He aquí un pequeño ejemplo. En mayo de 1991, tras una conferencia en Austria, cerca de Viena, un médico me presentó el escáner cerebral de uno de sus pacientes, rogándome que explicase a sus veinte colegas presentes -la mayoría radiólogos y especialistas de escaners cerebrales- lo que yo podía deducir a nivel orgánico y, correlativamente, a nivel psíquico. La información de que disponía era tan solo de uno de los tres niveles: el cerebral.
A partir del escáner cerebral diagnostiqué un carcinoma vesical en inicio de sangrado y en fase de curación; un antiguo carcinoma prostático; una diabetes; un antiguo carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de una zona determinada del cuerpo, informando a la vez de los correspondientes conflictos. Ante lo cual, el médico se levantó y afirmó ante todos sus colegas: «¡Mi más sincera felicitación, Doctor Hamer! Los cinco diagnósticos son cinco aciertos. Es exactamente lo que tiene el paciente y lo que ha tenido. ¡Es fantástico!»
Uno de los radiólogos presentes comentó entonces: «A partir de hoy me he convencido de lo bien fundamentado de su método. En efecto, ¿cómo, sino, podría adivinar un carcinoma de la vejiga en inicio de sangrado? Yo mismo no había hallado nada remarcable en el escáner cerebral, pero ahora que nos ha mostrado los relés estoy dispuesto a ratificar seguidamente su diagnóstico».
Detengámonos un instante en el plano psíquico. ¿Cómo detectar que he sufrido un choque de este tipo, que desencadena a continuación la correspondiente enfermedad cancerosa? ¿Cómo se reconoce?
Hay criterios precisos que hacen que se distinga con facilidad de los problemas y conflictos normales con que nos enfrentamos cotidianamente.
Tras un Síndrome Dirk Hamer, el paciente se halla en un estado duradero de simpaticotonía, de estrés permanente, es decir, con pies y manos completamente fríos, sin apetito, adelgazando, sin poder dormir por la noche, sin poder pensar en otra cosa, de día como de noche, que en su conflicto. Este estado sólo cambia cuando el paciente ha resuelto su conflicto.
Así pues, y a diferencia de los conflictos y problemas normales, vemos que los pacientes que sufren estos conflictos biológicos mantienen un estrés permanente que presenta síntomas muy determinados, con lo que además del desarrollo del cáncer y del foco localizado en el cerebro, visible desde el primer momento, el paciente manifiesta síntomas psíquicos muy conocidos y definidos que no pueden pasar desapercibidos.
¿Qué sucede exactamente cuando se resuelve uno de estos conflictos biológicos?
Volvemos a ver síntomas muy manifiestos en el plano psíquico, cerebral y orgánico. En el plano psíquico, y a nivel vegetativo, vemos que el paciente deja repentinamente de reflexionar día y noche sobre su conflicto, recupera su ritmo normal de sueño y gana otra vez los kilos que había perdido en el transcurso de la fase simpaticotónica de conflicto activo. En contraposición, se siente decaído y fatigado, por lo que en ocasiones debe permanecer acostado.
Esto, lejos de ser el principio del fin, es un síntoma muy positivo. La duración de la fase de curación es variable ya que está en función del conflicto que la ha precedido y, en general, el paciente tarda en recuperarse tanto tiempo como ha durado el conflicto. En el punto culminante de la fase de curación, en el curso de la cual el cuerpo ha almacenado mucha agua, asistimos a una crisis epiléptica o epileptoide que se manifiesta, según cada enfermedad, a través de diversos síntomas. Tras esta crisis, el cuerpo elimina de nuevo el agua de los edemas y regresa lentamente a la normalidad. De igual manera el paciente se da cuenta de que va recuperando lentamente las fuerzas.
En el curso de la fase de curación, vemos paralelamente en el plano cerebral que el Foco de Hamer -que durante la fase activa del conflicto mantenía la configuración de una diana- se edematiza, es decir, se impregna de una sustancia colorante, y que los anillos visibles por escáner van desapareciendo, se difuminan, al tiempo que el relé cerebral se tumefacta por completo.
La crisis epiléptica o epileptoide mencionada anteriormente, y que de hecho es desencadenada por el cerebro, marca también allí el punto culminante del edema, es decir, el punto de reflexión y de retorno a la normalidad. En el transcurso de la segunda mitad de la fase de curación empieza a confluir en el cerebro el tejido conjuntivo cerebral inofensivo, denominado neuroglía, con el objetivo de reparar el Foco de Hamer. Este tejido conjuntivo, totalmente inofensivo y que en el escáner cerebral podemos colorear de blanco con un producto de contraste yodífero, ha sido a menudo y de forma errónea tomado por un tumor cerebral y extirpado por pura tontería. En efecto, dado que tras el nacimiento del ser humano las células cerebrales no pueden reproducirse a sí mismas, es imposible que existan auténticos tumores cerebrales.
En el plano orgánico, vemos ahora lo que hasta aquí era considerado como más importante, a saber: que el cáncer no progresa. Es decir, que a partir de la solución del conflicto -que nosotros llamamos conflictolisis- el cáncer se detiene y deja de proliferar.
Este es un descubrimiento extremadamente importante que, por así decir, programa de antemano la terapéutica del cáncer. También sobre el plano orgánico vemos igualmente procesos de reparación muy determinados que desde ahora examinaremos con más precisión. La crisis epiléptica se manifiesta también a nivel orgánico al mismo tiempo que los fenómenos correspondientes lo hacen en los otros dos niveles.
¿Podría describirnos qué es realmente una crisis epiléptica?
La crisis epiléptica es un proceso que ha ejercitado la naturaleza desde hace millones de años. Se desarrolla simultáneamente a tres niveles. El sentido y objetivo de esta crisis, que sobreviene en el punto culminante de la fase de curación, es el de retorno a la normalidad. Es lo que habitualmente denominamos un ataque de rampa, con rampas musculares que son una forma específica de crisis epilépticas, a saber, la que se desencadena tras la solución de un conflicto de motricidad.
Pero las crisis epileptoides, decir, parecidas a las crisis epilépticas, se producen en principio en todo tipo de enfermedades, si bien con diferencias según sean éstas. Para este importante fenómeno la naturaleza ha inventado -por así decir- un truco. En el punto medio de la fase de curación el paciente experimenta una recaída fisiológica de su conflicto, es decir, que cada paciente revive brevemente su conflicto, lo que por momentos le coloca en una fase de estrés: presenta manos frías, sudor frío generalizado y revive brevemente todos los síntomas de la actividad conflictual. El objetivo de todo ello es presionar y expulsar el edema cerebral para que el paciente pueda regresar a la normalidad. Una vez que la crisis epiléptica ha terminado el paciente vuelve a aumentar la temperatura corporal. Tras ello se sucede una pequeña fase de pérdida de orina.
Tras la crisis epiléptica el paciente se encamina de lleno a la normalización, lo que significa que una vez superada la crisis ya no volverá a producirse nada que pueda asustar o que sea grave. Hacia el final de la fase de curación se produce una gran fase de pérdida de flujo urinario en el transcurso de la cual el cuerpo elimina completamente el resto de los edemas.
El momento de peligro se sitúa inmediatamente al final de la crisis epiléptica o epileptoide, ya que es entonces cuando se descubre si la crisis epileptoide ha sido o no suficiente para eliminar el vapor. La crisis epiléptica más conocida es el infarto de miocardio y en la lista de crisis epileptoides más conocida es el infarto de miocardio, y en la lista de crisis epileptoides figuran preferentemente la embolia pulmonar, la crisis hepática o la supuesta crisis pneumónica. Para que en este retorno a la normalidad el cuerpo venza en los casos graves, es decir, cuando el conflicto ha durado mucho tiempo, le ayudamos con una fuerte inyección de cortisona. En los casos muy graves se puede ya administrar la cortisona de antemano.
¿Podría citarnos, como ejemplo, algunos conflictos típicos? Y lo que también sería interesante, ¿por qué se les denomina conflictos biológicos?
Les llamamos conflictos biológicos porque se explican desde un punto de vista ontogenético, se presentan de manera analógica tanto en el hombre como en el animal, y evolucionan igualmente de forma análoga en ambos. No tienen nada que ver con los problemas y conflictos con que nos enfrentamos habitualmente (los conflictos psico-intelectuales). Son conflictos de una calidad fundamentalmente diferentes, casos de perturbación, por así decir, previstos por la naturaleza en el programa arcaico de comportamiento grabado en nuestro cerebro.
Imaginamos que lo pensamos, pero en realidad el conflicto estalló ya en el intervalo de segundos por vía asociativa antes incluso de que hubiésemos empezado el acto de pensar. Por ejemplo, cuando un lobo arrebata a la madre su pequeña oveja, la madre desarrolla un conflicto madre-hijo tal como lo hace la madre humana. La madre oveja producirá un cáncer de mama en el mismo lado que la madre humana desarrolla el suyo, según sea diestra o zurda. El relé cerebral se halla en la misma localización en que en la madre humana se ubica el relé del comportamiento madre-hijo y, en caso de perturbación, el Foco de Hamer correspondiente al conflicto madre-hijo o al conflicto de nido. Es la misma localización donde, en la tetilla del niño pequeño, se localiza el relé para las relaciones niño-madre.
Todos nuestros conflictos biológicos pueden ser clasificados ontogenéticamente. Ontogenéticamente nosotros sabemos cuándo -es decir, en qué etapa de la evolución de las especies- los comportamientos específicos han sido desarrollados y registrados, de forma que no sólo existen correlaciones entre órganos y zonas cerebrales, sino también conflictos íntimamente ligados ontogenéticamente. Una vez más, todas las perturbaciones psíquicas relacionadas tienen relés vecinos en el cerebro y, ontogenéticamente hablando, son también vecinas a nivel orgánico, de manera que presentan la misma formación celular histológica. Es aprendiendo a considerar nuestro organismo desde un punto de vista ontogenético que descubrimos la prodigiosa organización de la naturaleza.
¿Podría darnos algunos ejemplos tomados de nuestra vida cotidiana?
Sí. Tomemos por ejemplo el caso de una madre que lleva a su hijo cogido de la mano mientras está hablando con una vecina en la acera. De repente, el niño se suelta de la mano de la madre y se lanza a la calle. Chirrido de neumáticos, un vehículo que frena bruscamente... y el niño que sale por los aires o es atropellado. La madre no estaba preparada para un tal suceso y la ha pillado totalmente desprevenida. Se ha quedado helada de espanto. El niño es conducido al hospital, en el que permanece quizá durante días enteros entre la vida y la muerte. Su madre tiene las manos heladas, no puede dormir, ha perdido el apetito y se halla en estado de estrés permanente. Desde el momento mismo del accidente empieza a desarrollarse en su pecho izquierdo (o en su pecho derecho, si es diestra), un nódulo. Ha sufrido un conflicto típico madre-hijo, con configuración en forma de diana en el cerebelo derecho. Cuando la madre recibe el alta de los médicos para llevar a su hijo a su casa, y éstos le dicen: «Ha tenido suerte, ha salido bien de esto, no le quedarán secuelas», desde ese mismo momento su conflicto entra en fase de curación. Se ha solucionado el conflicto y a partir de entonces la madre vuelve a tener las manos calientes, puede volver a dormir de nuevo, recupera peso y tiene otra vez apetito. He aquí una evolución típica del conflicto, que es casi idéntica tanto en el hombre como en el animal.
Otro ejemplo puede ser el de una mujer que sorprende a su marido en la cama con su mejor amiga. La mujer desarrolla una conflicto de frustración sexual que en el lenguaje biológico es un conflicto de ser-privado-de-unión-carnal-con, y en el plano orgánico se traduce en un carcinoma de cuello de útero si la mujer es diestra.
Sin embargo, y ante la misma situación, no todo el mundo reacciona obligatoriamente de igual manera, ni tiene como resultado obligado el mismo conflicto. En efecto, si la mujer no amaba ya al marido y desde hacía tiempo pensaba en el divorcio no siente esta sorpresa de delito flagrante como un conflicto sexual sino, a lo sumo, como un conflicto humano de falta de solidaridad con la familia. Éste sería un conflicto de pareja y provocaría un cáncer de mama del seno derecho, si la mujer es diestra.
Desde el punto de vista psíquico, el mismo suceso, aconteciendo en un contexto psíquico diferente, sólo es en apariencia el mismo suceso ya que en realidad se trata de algo totalmente diferente. El determinante no es lo que sucede, sino cómo lo encaja psíquicamente el paciente en el momento del Síndrome Dirk Hamer. En este caso, el mismo acontecimiento podría desencadenar un conflicto de miedo-disgusto, con hipoglucemia (es decir, disminución en sangre del nivel de glucosa) si la mujer hubiera sorprendido a su marido en una escena desagradable con, digamos, una prostituta. O bien, el mismo acontecimiento podría desencadenar una desvalorización de sí mismo -con o sin conflicto sexual-, si la mujer hubiese sorprendido a su marido con una chica veinte años más joven que ella. Entonces se hubiera dicho: «Evidentemente, no puedo competir, yo no puedo ofrecerle eso». En una tal situación la zona del cuerpo afectada sería el sistema esquelético (la pelvis púbica), donde se produciría osteolisis, es decir, descalcificaciones, como signo de la desvalorización sexual.
Es preciso saber todo esto para descubrir lo que el paciente tenía en su cabeza en el momento del Síndrome Dirk Hamer ya que es en ese preciso instante cuando se pone a rodar sobre el raíl de la enfermedad. Este raíl es una imagen en extremo importante porque todas las recaídas y retrocesos que eventualmente se producirán a continuación seguirán de nuevo el trazado inicial del raíl. Podemos hablar por eso de una verdadera alergia al conflicto.
Doctor Hamer, ¿se pueden tratar ya pacientes a partir de la Ley de Hierro del Cáncer?
En principio sí. Pero la Ley de Hierro del Cáncer es tan solo la primera ley biológica de la Nueva Medicina. En total hay cuatro leyes biológicas que he descubierto empíricamente, es decir, que se fundamentan en la observación de 15.000 casos parecidos y documentados hasta el momento. Si se quiere trabajar concienzudamente debería verificarse cada caso en función de las cuatro leyes biológicas.
Veámoslas pues una por una. ¿Cuál es el enunciado de la segunda ley biológica descubierta por usted?
La segunda ley biológica de la Nueva Medicina es la ley de las dos fases de las enfermedades.
¿De todas las enfermedades?... ¿No únicamente del cáncer?
Sí, todas las enfermedades del conjunto de la medicina tienen dos fases. Antiguamente, al ignorar este contexto se habían listado a grosso modo hasta un millar de enfermedades.
La mitad eran enfermedades frías, es decir, que el paciente presentaba los vasos sanguíneos de la piel contraídos, estaba pálido y mostraba pérdida de peso. El resto de enfermedades eran calientes y cursaban con fiebre, dilatación de vasos sanguíneos, buen apetito pero mucho cansancio. Todas estas supuestas enfermedades eran consideradas como afecciones autónomas. Hoy en día sabemos que todo esto era un error. En todos los casos se trataba tan solo de enfermedades a medias de forma que actualmente lo que conocemos por encima son quinientas enfermedades que presentan dos fases:
La primera fase es siempre la fase fría del conflicto activo, la fase de estrés simpaticotónico.
Y la segunda fase, que implica una solución del conflicto, es siempre una fase caliente, de resolución del conflicto, una fase vagotónica de curación.
En el cerebro, los Focos de Hamer de las dos fases se sitúan en la misma posición, pudiendo incluso afirmarse que es el mismo Foco de Hamer. Durante la fase activa del conflicto los círculos concéntricos en forma de diana aparecen claramente delimitados. En la fase de curación estos círculos se difuminan en edemas. Vemos con estos ejemplos que estas leyes biológicas (hablaremos conjuntamente de las dos restantes) son válidas para el conjunto de la medicina y no únicamente para el cáncer.
El viejo ciervo, expulsado de su territorio por el ciervo joven, está también en un estado permanente de estrés, y desarrolla un conflicto biológico, a saber, un conflicto de territorio, un poco por encima de la oreja derecha. El ciervo se comporta como un condenado, sueña tan solo con recuperar su territorio. No come, no duerme y adelgaza porque se halla en un estado de continuo estrés. Sufre dolores punzantes en el corazón, angina de pecho, pequeñas úlceras en las arterias coronarias a nivel orgánico. Y regresa a la normalidad una vez que consigue -justamente porque vuelve a la normalidad- expulsar al rival intruso reconquistando el territorio. A partir de ese momento entra en la fase de vagotonía permanente y vuelve a comer de nuevo con normalidad, se siente invadido por un gran cansancio, engorda y recalienta sus extremidades. En la cima de la fase de curación sufre un infarto de miocardio como crisis epiléptica. Si consigue superarlo puede recuperar la posesión de su territorio.
En el reino animal las cosas suceden de forma similar como en el hombre. En el hombre su territorio será quizá su granja, su familia o su empleo, puesto que el hombre tiene muchos más territorios parciales. Incluso un automóvil puede ser un territorio. En el hombre no se produce infarto a menos que el conflicto haya durado entre 3 y 4 meses y, normalmente, si el conflicto ha durado más de un año, y si no se ha detectado su pase a la fase de curación vagotónica, puede convertirse en mortal. Un escáner cerebral permite hacer un rápido diagnóstico. Resulta sorprendente que los médicos no hayan descubierto desde hace tiempo este carácter bifásico de todas las enfermedades, siendo algo tan generalizado.
El motivo resulta tan fácil de ver ahora como difícil lo era antiguamente: se trata simplemente de que tan solo una parte de los conflictos pueden solucionarse. Si el conflicto no puede ser solucionado la enfermedad se mantiene en una única fase, es decir, el individuo permanece en su actividad conflictual. Cada vez adelgaza más y más y acaba por morir de extenuación o de caquexia. La ley del carácter bifásico de las enfermedades vale sólo, rigurosamente hablando, en aquellos casos en que el individuo puede hallar la solución a su conflicto. Sin embargo esta ley es facultativamente válida para toda enfermedad y todo conflicto dado que, en principio, todo conflicto puede ser solucionado de una u otra forma.
Doctor Hamer, ¿cuál es la tercera de las leyes biológicas descubiertas por usted?
Es el Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer.
¿Qué significa «ontogenético»?
En este contexto, el término ontogenético significa que en medicina se pueden explicar todas las enfermedades haciéndolas remontar a la evolución de las especies.
¿Cómo realizó este descubrimiento?
Cuando descubrí el sistema ontogenético de los tumores y equivalentes llevaba ya observados un gran número de casos, más o menos 10.000. Y trabajé como debería hacerlo todo científico consciente, a saber, de forma puramente empírica. Documenté sistemáticamente todos los casos; coleccioné los escaners cerebrales y los resultados histológicos, luego los reagrupé y comparé, comprobando que se desprendía de ello un resultado impactante que hasta entonces se hubiese creído imposible: ¡existe un sistema!.
Muchos pacientes desarrollaban, durante la fase activa, un tumor compacto, es decir, una proliferación celular. Otros en cambio desarrollaban algo durante la fase vagotónica, tras la conflictolisis. Y difícilmente podía tratarse de lo mismo. Existían pues dos clases de proliferación celular, a saber: una especie de proliferación celular en la fase simpaticotónica de actividad conflictual, y otra especie de proliferación celular en la fase de curación de aquellas enfermedades que durante la fase de actividad conflictual habían cursado con reducción celular (agujeros, necrosis, úlceras, abscesos).
Estas enfermedades presentaban pues proliferación celular en su fase de curación, con lo que empecé a comparar incansablemente estos diversos fenómenos. Luego, a fuerza de comparar, acabé por descubrir el sistema de funcionamiento. Constaté, en efecto, que los tumores que se formaban durante la fase de actividad conflictual por proliferación celular tenían siempre sus relés cercanos uno de otro en el cerebro, concretamente en el tronco cerebral y cerebelo.
Estas dos partes del cerebro constituyen en su conjunto lo que denominamos el cerebro antiguo. Así pues, todas las enfermedades cancerosas que manifestaban una proliferación celular en el transcurso de la fase de actividad conflictual tenían sus relés (el punto desde donde eran dirigidas) en el cerebro antiguo.
Y todos los supuestos tumores -que no son en el fondo más que una forma de curar exuberante, excedentaria- eran, durante la fase activa del conflicto, agujeros, úlceras o necrosis, con relés cerebrales siempre localizados en el cerebro propiamente dicho.
El descubrimiento de estas correlaciones sistemáticas marcó, en 1987, el nacimiento del Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer que, tras la Ley de Hierro del Cáncer, y la Ley Bifásica de las Enfermedades, constituye la primera clasificación sistemática del conjunto de la medicina.
En este contexto el término ontogenético significa que ni la localización del Foco de Hamer en el cerebro, ni el tipo de los tumores o de necrosis -es decir, su formación histológica- son casualidad. Por el contrario, todo está programado de forma muy lógica e inteligible por la historia de las transformaciones ocurridas en el individuo desde la fecundación hasta su perfecta constitución, es decir, la ontogénesis.
Se dice que la ontogenia es la recapitulación de la filogenia. Eso significa que la evolución de las diferentes especies hasta llegar al hombre queda resumida durante la fase embrional e infantil. En el desarrollo embrionario sabemos que existen tres hojas embrionarias diferentes que se forman desde el preciso instante del desarrollo del embrión, y de las que derivan todos los órganos:
la capa embrionaria interna, o endodermo,
la capa embrionaria media, o mesoderno, y
la capa embrionaria externa, o ectodermo.
Cada célula, cada órgano del cuerpo está ligado a una de estas hojas.
Las células y los órganos que se han desarrollado a partir de la hoja embrionaria interna (endodermo) tienen sus relés, es decir, sus bases de control, en el tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro. En caso de desarrollo de cáncer los órganos derivados de esta hoja embrionaria presentan tumores compactos del tipo adenocito.
Todas las células y órganos que se han desarrollado a partir de la hoja embrionaria externa (ectodermo) tienen su relé de control en el córtex cerebral o telencéfalo, la parte más nueva de nuestro cerebro. En caso de cáncer, todos ellos muestran reducción celular en forma de úlceras o de pérdidas funcionales a nivel orgánico, por ejemplo, una diabetes o una parálisis.
Por lo que respecta a la hoja embrionaria media, distinguimos un grupo más antiguo y un grupo más reciente. Las células y órganos que pertenecen al grupo más antiguo de la capa embrionaria media tienen su relé en el cerebelo, es decir, forman parte del cerebro antiguo y, consecuentemente, en caso de cáncer desarrollarán tumores compactos en su fase de actividad conflictual y, más concretamente, del tipo adenocito.
Las células y órganos que forman parte de la capa embrionaria media más nueva tienen sus puntos de control en la médula cerebral, y en caso de cáncer, en la fase activa de conflicto presentan necrosis, maceraciones óseas o incluso reducción celular. Por ejemplo, las caries dentales, agujeros en el bazo, riñones u ovarios, que se denominan respectivamente: osteolisis ósea, necrosis del bazo, riñones u ovarios.
Todo esto muestra que el cáncer no es el hecho absurdo de unas células que proliferan al azar sino un fenómeno completamente comprensible y ya previsible, que sigue unas directrices muy precisas según sus datos ontogenéticos.
Si he comprendido bien, no todas las proliferaciones celulares son idénticas. Para tener una visión de conjunto más clara, ¿podría usted ejemplarizarnos estos diversos crecimientos a través de algunas enfermedades?
Sí, y ésta es la verdadera razón de que hasta ahora no se haya podido encontrar todavía una explicación sistemática a la génesis del cáncer: sencillamente se desconocía su sistema de funcionamiento.
Según las concepciones de la medicina tradicional, a la que se denomina medicina académica pero que yo he rebautizado como medicina de escolares, se realizaban clasificaciones que no tenían absolutamente nada de sistemáticas. Se diagnosticaba un cáncer cuando unas células manifestaban un crecimiento excesivo. Sin embargo, tal como podemos ver actualmente, las células pueden presentar un crecimiento excesivo durante el transcurso de fases completamente diferentes. Vemos así que hay células que pueden proliferar durante la fase de actividad conflictual y células que pueden manifestar un crecimiento excesivo durante el transcurso de la fase de curación del conflicto.
Tomemos por ejemplo un paciente que presenta un conflicto de indigestión, es decir, del cual hasta el momento había ya tragado una parte pero que no puede digerir por completo. Compró una casa y de repente se da cuenta que el contrato de compra no es válido, que se ha dejado engañar y que pierde la casa. Puede, por ejemplo, desarrollar un carcinoma de estómago, es decir, una enorme proliferación celular en el estómago, que es lo que llamamos adenocarcinoma de estómago con crecimiento en forma de coliflor. Desarrolla este carcinoma durante el transcurso de la fase activa del conflicto y su Foco correspondiente está localizado en el cerebro antiguo, al lado derecho del tronco cerebral, en lo que denominamos puente.
Otro ejemplo: un paciente tiene un conflicto de agua, es decir, un conflicto a propósito de un líquido, agua o cualquier cosa similar. Por ejemplo, un joven que está nadando en el Mediterráneo, está exhausto y va a ahogarse pero en el último segundo es salvado y reanimado. A partir de ese momento sueña durante meses que se ahoga y decide firmemente no volver a meterse en el agua. Durante este tiempo desarrolla un cáncer necrótico del parénquimo renal, es decir, que en el tejido esponjoso del riñón se produce una reducción celular con necrosis hasta que finalmente todo el tejido renal queda agotado y el riñón queda fuera de funcionamiento. Años más tarde el conflicto se resuelve finalmente porque la hija pequeña del paciente deseaba patalear en el agua, y el paciente decide por primera vez ir a pasar sus vacaciones en el mar. Durante la fase de curación se forma un grueso quiste renal o proliferación celular que se solidifica y endurece por medio de una especie de tejido conjuntivo y cuya finalidad final es la de reconvertirse en tejido renal y eliminar la orina.
En general nos llegamos a preguntar cuál era, en el origen, la finalidad y razón de ser de los tumores, o quizá incluso, cuál era su sentido actual. En efecto, los cánceres y tumores no estaban desprovistos de significado, de finalidad, sino que por el contrario eran algo muy juicioso. Tomemos por ejemplo el bocado que ya está en el estómago y que por tanto se ha tragado pero que no puede ser digerido porque es demasiado grande. Para solucionar esta situación el organismo desarrolla una enorme tumor. Pero este tumor no es algo absurdo, insensato, se trata de células digestivas, células intestinales que producen enormes cantidades de jugo digestivo, y que convierten al bocado tragado en algo digerible de manera que en el reino animal este trozo pueda ser digerido y proseguir su curso. De igual manera hemos visto que en el origen de los quistes existía la finalidad de construir de nuevo un gran trozo de riñón capaz de eliminar la orina.
He aquí pues el significado de los diversos tumores de crecimiento celular que antiguamente no éramos capaces de discernir, pero que en la actualidad podemos ya diferenciar y especificar en su triple plano cerebral, histológico y conflictual. Todas estas correlaciones se resumen en el sistema ontogenético de tumores y equivalentes del cáncer ya que todas las enfermedades que conocemos en medicina se desarrollan de conformidad a estas cuatro leyes biológicas, responden a ellas punto por punto y verifican notablemente el sistema ontogenético de tumores y equivalentes del cáncer. A nivel psíquico y cerebral, todos los síntomas en una misma fase son idénticos, sólo se diferencian a nivel del órgano. En este nivel, cada órgano con relé de control en el cerebro antiguo provoca proliferación celular en la fase de actividad conflictual, mientras que los órganos dirigidos por el telencéfalo presentan, en su fase activa de conflicto, agujeros, necrosis, úlceras, etc. Es decir, reducciones celulares. Durante la fase de curación todo ocurre a la inversa: los órganos dirigidos por el cerebro antiguo reducen sus tumores con la ayuda de microbios especializados en tanto que durante esa misma fase de curación, los agujeros y úlceras de los órganos gobernados por el telencéfalo son rellenados de nuevo con ayuda de virus y bacterias, acrecentándose el volumen de la zona afectada por medio de una tumefacción.
¡He aquí pues la cuarta Ley!
En efecto, el Sistema Ontogenético de los Microbios.
En este contexto se oye hablar mucho del sistema inmunitario. Díganos pues, Doctor Hamer, ¿cuál es el papel que juegan los microbios en su sistema?
Hasta ahora concebíamos sólo a los microbios bajo la óptica de las enfermedades infecciosas, de las cuales se les hacía responsables. Esta manera de ver las cosas parecía evidente ya que en todas las enfermedades infecciosas se encontraban siempre microbios. Pues bien, eso no es cierto. De la misma manera que el sistema inmunitario global no es más que un espejismo... construido a base de hipótesis. En las enfermedades consideradas infecciosas habíamos olvidado o negligido su primera fase.
Estas enfermedades, supuestamente infecciosas, estaban siempre precedidas por una fase de actividad conflictual y es únicamente una vez que se ha resuelto el conflicto cuando los microbios pueden entrar en acción. Y por supuesto, están activados y dirigidos por nuestro cerebro. Lejos de ser nuestros enemigos, son auxiliares nuestros en el sentido de que se llevan los escombros de las secuelas del cáncer una vez que el tumor, tras haber cumplido su misión, deja de ser útil. O bien son las bacterias y los virus los que ayudan rellenando agujeros y reparando los desperfectos ocasionados por las necrosis y las destrucciones tisulares del otro grupo, el grupo gobernado por el telencéfalo. Son pues, de principio a fin, nuestros fieles ayudantes, nuestros trabajadores despreciados. La idea que se tenía del sistema inmunitario (un ejército luchando contra la invasión de los villanos microbios) es absolutamente falsa.
En este contexto nos viene al pensamiento la tuberculosis. Concretamente, la tuberculosis pulmonar. ¿Qué era pues lo que tenían las personas que hace apenas medio siglo hacían curas de salud para curar su tuberculosis pulmonar?
Dejando aparte la tuberculosis pleural, y limitándonos a la tuberculosis pulmonar propiamente dicha, podemos afirmar que ésta es de hecho la fase de curación tras un cáncer preliminar de manchas redondas en el pulmón. Este cáncer de manchas redondas en el pulmón tiene siempre como conflicto el miedo a morir y está siempre gobernado por el tronco cerebral.
En consecuencia durante la fase activa del conflicto aumenta de tamaño, en tanto que durante la fase de curación se reduce gracias a las micobacterias (bacterias de la tuberculosis) en la medida en la que éstas se encuentran presentes, caseificadas y expectoradas a menudo en esputos sangrientos y dejando tras de sí cavernas que aportan al pulmón una capacidad respiratoria sensiblemente superior a la que tenía anteriormente mientras estaba atestado de cánceres compactos bajo la forma de manchas redondas.
Por ello mismo, si durante la fase de curación faltan las micobacterias de la tuberculosis, las manchas redondas permanecen. Hoy en día todavía tenemos la posibilidad de ver a menudo, tras varios decenios, esas viejas manchas redondas en el pulmón, sin capacidad ya de crecimiento pero que no han sido desactivadas. En su lugar, y en los tiempos en las que las micobacterias de la tuberculosis estaban omnipresentes, veíamos cavernas, es decir, manchas redondas vaciadas.
Doctor Hamer, ahora podríamos enfocar la terapia práctica de los conflictos. ¿Es, en principio, una terapia que se desarrolle por la vía del diálogo?
Únicamente hablando, no. No tenemos necesidad de esta terapia de diálogo tal y como antiguamente era utilizada por la psicoterapia, en la que se debía hablar conjuntamente de no importa qué problema. Se debe hablar, naturalmente, pero lo mejor es remitirnos de nuevo al reino animal. En efecto, el animal no puede sobrevivir, no puede resolver su conflicto si no es con una solución real. El ciervo, por ejemplo, sólo sobrevivirá si reconquista su territorio. La madre, a quién el predador arrebata el hijo, sólo sobrevivirá si ella le obliga a soltar a su cachorro, persiguiéndole, o bien -eso es algo que la naturaleza ha previsto-, si la madre vuelve rápidamente a quedar preñada. Entonces el conflicto queda realmente resuelto.
A decir verdad, así es como deberíamos proceder también nosotros en nuestras relaciones humanas, intentando encontrar desde el principio una solución real al conflicto, es decir, resolverlo en forma práctica. El ciervo necesita recuperar su territorio o bien conquistar otro. La solución práctica es la mejor y más duradera: es la solución definitiva.
Sólo cuando esta solución se muestra impracticable podemos intentar una terapéutica a través del diálogo para, digamos, tener una solución de recambio como vía de salida, como escapatoria. Aquí es preciso que puntualicemos también que la terapia aplicada hasta ahora en todas las dificultades psíquicas ha sido la de calmar, desconectar, tomar tranquilizantes, siendo lo importante calmarse.
En realidad, si la naturaleza ha programado un estrés no es sin razón, puesto que es sólo bajo estrés que el individuo puede resolver el conflicto. Para encontrar una solución real, lejos de suprimir el estrés, es necesario por el contrario acentuarlo todavía más para poner al individuo en disposición de resolverlo. Si se administrasen tranquilizantes al ciervo, jamás podría recuperar su territorio, ya que su actividad quedaría paralizada. Se puede ver pues que, en psiquiatría, administrando tranquilizantes -es decir, productos químicos- para calmar a los pacientes, lo único que se consigue es cultivar enfermedades crónicas, ya que a estos pacientes, privados de sus propios medios naturales para resolver conflictos, no les queda viento en las velas. De esta manera estos infelices no podrán jamas resolver sus problemas, y a menudo quedan condenados a pasar su vida entera tras los barrotes de la psiquiatría.
Doctor Hamer, ¿cómo concebir, de forma concreta, una terapéutica basada en las cuatro leyes biológicas descubiertas por usted?
Debemos asimilar que el paciente tiene esos tres niveles imaginarios: el plano psíquico, el cerebral y el orgánico, aunque de hecho el conjunto de los tres constituye un único organismo. La terapia debe pues desarrollarse a esos tres niveles imaginarios, o extenderse a ellos.
Debemos verificar si el paciente es diestro o zurdo, a fin de averiguar cuál es su hemisferio cerebral predominante y del cual se sirve fundamentalmente.
Además, es importante constatar su situación hormonal actual, precisar si, por ejemplo, una paciente se encuentra en fase de madurez sexual, si está encinta o si toma la píldora (que bloquea la producción hormonal). Lo mismo es aplicable -con los oportunos cambios-, al hombre. En efecto, debido a modificaciones hormonales, puede que la predominancia hemisférica cambie de lado, puesto que una mujer que toma la píldora reacciona normalmente con un conflicto de territorio masculino si su pareja la deja o abandona el hogar.
No basta pues con encontrar el conflicto en el plano psíquico, debemos también poder localizarlo con exactitud en el cerebro, en función de la fase conflictual que encontremos en el momento de la anamnesis y examen del paciente.
Y, naturalmente, es preciso que este conflicto, esta enfermedad cancerosa en el órgano, se corresponda siempre sin ambigüedad con el Foco de Hamer cerebral, es decir, que a cada localización determinada en el cerebro le corresponda siempre una enfermedad cancerosa en un órgano también determinado del cuerpo y viceversa.
Hemos dicho ya que el conflicto debe quedar resuelto a partir del psiquismo, y que lo mejor es encontrar la solución real, porque la base del conflicto es un problema real. Siempre que sea posible, es preciso que el hijo enfermo de la madre -el que tuvo un accidente- se cure y restablezca. Un hombre que ha perdido su trabajo y que, como consecuencia, presenta un conflicto de territorio, debe encontrar otro empleo o bien crearse un nuevo territorio apuntándose a un club, a una asociación, jubilarse o dedicarse a un hobby.
Para cada conflicto existen múltiples posibles soluciones. Muchas de ellas están ya programadas por la naturaleza. Por ejemplo, antiguamente los depredadores devoraban muchos corderos. La ovejas solucionaban el conflicto quedando preñadas lo más rápidamente posible y trayendo al mundo nuevo corderos. En los humanos, y de forma general, todo tipo de conflicto se detiene al tercer mes de gestación, y ya no se puede seguir desarrollando ningún cáncer porque el embarazo tiene prioridad absoluta.
En el plano cerebral, la mayoría de las complicaciones aparecen durante la fase de curación cuando, como signo de curación, aparece el edema cerebral local presentándose hipertensión craneal (intracraneal), y siendo preciso vigilar al paciente para que no entre en coma. Durante esta fase, y en los casos más leves, el café, el té, azúcar de uva (glucosa), la vitamina C, la Coca Cola y una bolsita de hielo en la cabeza resultan -como en la antigüedad- más que suficientes. En los casos graves la elección de remedio recae actualmente en la cortisona por su acción enlentecedora. La cortisona no es un remedio contra el cáncer sino más bien un medio puramente sintomático contra el edema cerebral así como contra todos los edemas orgánicos de la fase de curación como por ejemplo, los edemas óseos provocados por la inflamación del periostio.
En los casos graves, y como regla general, conviene recordar lo siguiente:
absorber poco líquido;
mantener la cabeza sobrealzada;
evitar la exposición directa al sol y, en caso de edema cerebral lateral,
evitar en la medida de lo posible inclinar la cabeza hacia el lado del edema cerebral.
En el plano orgánico, la única terapia que se contemplaba hasta ahora era la de suprimir el tumor -o lo que se creía un tumor-, sin intentar averiguar si éste se había desarrollado durante la fase activa del conflicto o bien si se trataba de una proliferación desarrollada en el transcurso de la fase de curación. Se extirpaban indiferentemente uno y otro. Este nivel orgánico se nos presenta hoy en día bajo una perspectiva completamente diferente. Cuando el conflicto ha quedado resuelto, el tumor no debe ser operado ni eliminado salvo en rarísimos y excepcionales casos.
Los tumores de proliferación en fase de curación -que es la forma correcta de definirlos- raramente tienen necesidad de ser operados. Tan solo en aquellos casos en los que ocasionan una importante molestia mecánica o limitan al paciente en sus movimientos, como sucede por ejemplo con un gran quiste renal, o un gran bazo consecuencia, durante la fase de curación, de una necrosis preliminar. (La necrosis del bazo se presenta en el substrato orgánico en un conflicto de sangrado y herida, con caída de trombocitos en la fase de actividad conflictual, y como esplenomegalia, es decir, aumento del volumen del bazo, en la fase de curación).
Bajo el prisma de la Nueva Medicina es preciso un replanteo total y un cuestionarse en cada ocasión acerca de lo que debe hacerse, lo que es prudente o no hacer. En efecto, si le dejamos al paciente la elección de si quiere o no operarse de un pequeño tumor intestinal, sabiendo el paciente que el conflicto que lo ha generado está ya definitivamente resuelto y que, en consecuencia, este tumor según un grado de probabilidades rayando la certeza, no va a proseguir su desarrollo, resulta evidente que en un 99,9% de los casos el paciente responderá: «Doctor, dejemos el tumor tal como está. No me molesta y no volverá a molestarme en los 30-40 años que me quedan todavía de vida».
Doctor Hamer ¿podría usted explicarnos por qué esta Ley de Cáncer se denomina de Hierro?
Porque al igual que el hierro es inalterable. Y es una ley biológica de la misma manera que es ley biológica el que un niño tenga siempre un padre y una madre, ya que se precisa la participación de los dos para engendrar un nuevo ser. Es así como en la Nueva Medicina tenemos cuatro leyes biológicas que son casi de hierro. La segunda es la Ley de las Dos Fases de las Enfermedades. La tercera es el Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer. Y la cuarta es el Sistema Ontogenéticamente condicionado de los Microbios.
Todas estas leyes son de hierro al igual que la Ley de Hierro del Cáncer, y todas son, en el sentido estrictamente científico del término, reproducibles, es decir, pueden ser controladas y verificadas desde el primer caso que se nos presente. Decir que se tiene una ley biológica quiere decir simplemente que se tiene una regla que enuncia cómo y según qué ley algo tiene lugar. No detalla lo que se ha programado. Es según estas mismas reglas matemáticas como se calcula el debe y el haber. Lo que es determinante es lo que el organismo tiene programado. Si ha programado la solución del conflicto, es decir, si el conflicto se resuelve, entonces la terapia se desarrolla casi automáticamente. Si no puede programar la solución del conflicto y éste permanece sin resolver, entonces, y en virtud de estas mismas leyes, el individuo muere. He aquí por qué estas leyes se denominan Leyes de Hierro Biológicas.
Doctor Hamer, ¿qué papel juega en este contexto el factor tiempo, en particular en lo que respecta a las complicaciones a las que se deberá hacer frente durante la fase de curación?
Naturalmente, el paciente pregunta a su médico: «¿Cuánto tiempo más o menos pasará hasta que esté curado de mi enfermedad?»
Por poco que hayamos hecho bien nuestro trabajo, localizando el Síndrome Dirk Hamer y el momento en que el conflicto ha quedado resuelto, podemos calcular la duración del conflicto. A condición de haber realizado una buena anamnesis, habremos podido discernir la intensidad del conflicto. Y en función de la duración y de la intensidad del conflicto estamos en disposición de evaluar la masa de conflicto.
Normalmente es un hecho que en el 90% de los casos no se presentan complicaciones notables en la fase de curación. Queda el 10% restante. En los casos en los que el conflicto ha durado más tiempo o la intensidad ha sido considerable (o ambas cosas a la vez) el paciente presenta una masa importante de conflicto que, una vez solucionado, puede crear complicaciones en forma de edemas cerebrales y, sobre todo, de crisis epilépticas o epileptoides. Debemos conocer estas complicaciones que, por otro lado, no son temibles más que en un 10% de los casos en los que, llegado el momento, pueden conducir a la muerte.
Lo más importante es, sin embargo, que a pesar de todas estas complicaciones el paciente tenga hoy en día un nuevo enfoque de su enfermedad a través del cual sabe que su médico está perfectamente al corriente del desarrollo global de ésta -fase activa y fase de solución del conflicto-, y que es capaz de controlar y dominar la situación. Como consecuencia el paciente confía verdaderamente en su médico, y con toda razón.
Ahora, y gracias a la Nueva Medicina, podemos practicar una terapia bien dirigida a sabiendas, cosa que anteriormente y bajo la perspectiva de la medicina académica no nos era posible. Gracias a este conocimiento global de la medicina el paciente no cae nunca en un estado de pánico. O por lo menos, se asusta lo mismo que cuando antiguamente su médico le diagnosticaba una angina purulenta. Y sin embargo, ¿qué era una angina purulenta ? Respuesta: la fase de curación consecutiva a un adenocarcinoma de las amígdalas.
Cada vez más a menudo los médicos proceden a excisiones exploratorias e informan a los pacientes -lo que es correcto- que tienen un carcinoma amigdalino. Lo que pasa luego es que el paciente, que no sabe nada de la Nueva Medicina, entra en un estado de pánico. Este pánico puede general nuevos choques conflictuales tales como el miedo al cáncer y el terror a la muerte, que desencadenan un nuevo cáncer. El primer diagnóstico médico queda así, en apariencia, brillantemente confirmado.
¿Qué sucede en los animales? En el reino animal prácticamente no se ven nunca aparecer las supuestas metástasis. Un profesor austríaco de Klagenfurt ha encontrado una original fórmula que explica este fenómeno: «Hamer nos toma a todos por imbéciles. Dice que los animales tienen suerte porque no comprenden la voz de los médicos-jefe, lo que explica que no desarrollen metástasis».
Según usted pues, ¿las metástasis no existen?
Sin ningún tipo de rodeo le contesto que NO. Lo que los ignorantes académicos tomaban como metástasis son nuevos cánceres desencadenados por nuevos choques conflictuales completamente yatrógenos, es decir, choques provocados por diagnósticos y pronósticos médicos.
Esta fábula de las metástasis se fundamentaba en hipótesis sin pruebas e indemostrables. Ningún investigador ha podido todavía encontrar una sola célula cancerosa en la sangre arterial de un paciente con cáncer. Y es ahí donde deberían ser localizadas, si es que se dirigen a nado hacia la periferia, es decir, hacia las regiones exteriores del cuerpo. Es sobre esta fábula, completamente hipotética, en que se basa la tesis de que las células cancerosas durante su migración -todavía no observada nunca a través de la sangre- se habrían incluso metamorfoseado durante el camino con lo que, por ejemplo, una célula cancerosa del intestino (que en el interior del intestino produce un tumor compacto en forma de coliflor) de repente empezaría a emigrar hacia los huesos donde será capaz de metamorfosearse en necrosis. Se trata de una hipótesis aberrante digna de un dogmatismo medieval.
El sistema ontogenético demuestra de forma definitiva que es imposible que una célula gobernada por el cerebro antiguo, y que desarrolla tumores compactos, pueda dejar de repente los puntos cerebrales que la gobiernan, se relacione con el telencéfalo y fabrique una necrosis. Se puede admitir que casi el 80% de los segundos y terceros cánceres han sido provocados por la maquinaria insensata de ignorantes que se hallan todavía en el estadio de escolares de la medicina.
Doctor Hamer, en la génesis del cáncer ¿qué papel juegan las substancias denominadas cancerígenas? ¿Piensa usted que una nutrición sana puede detener o retardar el cáncer?
No existen substancias cancerígenas. Se han realizado innumerables experimentos de vivisección en animales y sin embargo todavía no se ha podido demostrar realmente que se haya encontrado una substancia cancerígena. Desde luego, las pruebas que se han realizado han sido completamente idiotas, ya que durante un año se ha estado inyectando en las narices de ratas unas dosis concentradas de formaldehído, que estas pobres bestias evitan normalmente como veneno virulento, realizando grandes rodeos. Al final las ratas han desarrollado un cáncer de la mucosa nasal. De hecho, el cáncer no fue debido al aldehido fórmico o formol, sino que dado que estas pobres ratas tienen horror a este producto, que es su bestia negra, han desarrollado un conflicto de mucosa nasal, por tanto un Síndrome Dirk Hamer, un conflicto biológico de no querer oler, podríamos decir.
Además, se sabe que no es posible producir cánceres en órganos cuyas conexiones nerviosas con el cerebro han sido cortadas. No obstante esto se han llevado a cabo investigaciones sobre casi 1.500 substancias pretendidamente cancerígenas, que deben tan solo su etiqueta de producto cancerígeno a la reglamentación insensata impuesta por la vivisección. Con ello no quiero decir que todas estas substancias resulten inofensivas para nosotros, únicamente que no producen cáncer o, por lo menos, que no lo producen sin la intervención del cerebro. En efecto, hasta ahora era admitido que el cáncer era resultado de células orgánicas que se disparaban por azar.
Todas estas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, al poder cancerígeno de la anilina o de otros productos, son tan solo puras hipótesis que no han sido jamás probadas y que resultan indemostrables. Por el contrario, se ha observado que los 6.000 hamster expuestos al humo de cigarrillo habían vivido una media de tiempo superior que sus 6.000 congéneres que durante 6 años no habían sido ahumados. El hecho que les pasó por alto fue que los goldhamsters no tienen en absoluto miedo al humo por la simple razón de que viven bajo tierra. He aquí por qué en su cerebro no tienen registrado ese código, esa señal de alarma contra el humo.
En los ratones domésticos sucede todo lo contrario, a la menor emanación de humo les entra un terrible pánico y huyen. Cuando en la Edad Media se veía una multitud de ratones huyendo de una casa, se podía estar seguro de que en uno u otro rincón había fuego. Por tanto, a un cierto número de estos ratones se les puede provocar cáncer -en forma de manchas redondas en el pulmón-, lo que se corresponde con un conflicto de miedo a la muerte.
Bastan estos dos ejemplos para explicar y hacer comprender que todas las experiencias que actualmente se llevan a cabo en animales no son más que crueldad absurda hacia éstos, dado que en todas ellas se presume que el alma del animal no existe. Resumiendo, no hay ninguna prueba de que existan substancias cancerígenas que actúen sobre un órgano, sin que medie la intervención del cerebro.
¿Y en cuanto a los efectos radioactivos?
La exposición a una radiación radioactiva, como la liberada en el accidente nuclear de Chernobil, destruye indiscriminadamente las células del cuerpo, siendo sin embargo las más perjudicadas las células germinativas (los gametos), y las células óseas, ya que son estas células las que la naturaleza ha dotado de una tasa de división más elevada.
Cuando la médula ósea -donde se fabrica la sangre- queda perjudicada y empieza su curación, asistimos a una leucemia que, en principio, es la misma leucemia que se presenta durante la fase de curación consecutiva a un cáncer óseo desencadenado por una desvalorización de sí mismo. Por tanto, y rigurosamente hablando, debemos decir que los síntomas sanguíneos de la leucemia son no específicos, es decir, que no se manifiestan únicamente en el cáncer sino en toda curación de la médula ósea. El hecho de que apenas existan leucémicos sobrevivientes de su enfermedad se debe únicamente a la ignorancia de la medicina de escolares, cuyo tratamiento con quimio y radioterapia destruye lo que todavía quedaba de la médula ósea, es decir, que hace justo lo contrario de lo que debería haberse hecho. En conclusión, la radioactividad es perniciosa, destruye las células, pero no provoca cáncer porque éste puede sólo desencadenarse a partir del cerebro.
¿Y la alimentación sana?
Pensar que la alimentación sana puede impedir el cáncer es también algo absurdo. Naturalmente, un individuo -hombre o animal- que lleva una alimentación sana está menos sujeto o receptivo a todo tipo de conflictos, de la misma manera que resulta evidente que un rico desarrolla diez veces menos cánceres que un pobre porque se consiguen resolver mayor cantidad de conflictos con una cartera bien repleta.
Por igual motivo, un animal fuerte y robusto pilla menos cánceres que un animal enfermo y viejo. Es algo innegable que está en la naturaleza de las cosas, lo cual no quiere decir sin embargo que la vejez sea carcinógena. Lo que le sucede al animal de más edad es que, simplemente, es más débil. El ciervo viejo es menos fuerte y por tanto es expulsado fácilmente de su territorio por un ciervo más joven que rebose fuerza.
Doctor Hamer, en la medicina tradicional el dolor es considerado como un signo negativo. ¿Qué papel juega el dolor en la Nueva Medicina?
Pues sí, los dolores son un capítulo particularmente difícil. Existen diferentes calidades de dolor. Hay dolores en la fase activa del conflicto, tales como la angina de pecho o la úlcera de estómago. Y existe otro grupo: los dolores existentes en el curso de la fase de curación, que vienen provocados por inflamaciones, tumefacciones o edemas, o incluso por cicatrizaciones.
Los dolores de la fase activa del conflicto, tales como los de la angina de pecho, desaparecen inmediatamente que se ha resuelto el conflicto. Son dolores que, si se quiere, pueden ser resueltos psíquicamente.
Por el contrario, los dolores de la fase de curación que, en principio, son algo positivo, no pueden ser eficazmente combatidos a menos que el paciente comprenda las relaciones de causa y efecto, preparándose y adaptándose a ellos como a un trabajo realmente importante que se debe realizar. Naturalmente existen formas de atenuar los dolores del paciente, ya sea por medicamentos o por algicidas de uso externo.
Tanto en el hombre como en el animal, los dolores tienen fundamentalmente un sentido biológico: el de inmovilizar el organismo por completo y el órgano, de manera que la curación pueda realizarse de forma óptima. Así es como sucede en la curación del cáncer de hueso. La extensión del periostio (la membrana conjuntiva que recubre el hueso) provoca fuertes dolores durante la fase de curación. O bien, por ejemplo, la tensión de la cápsula del hígado, que resulta dolorosa durante el hinchamiento del hígado en la fase de curación de una hepatitis. Debe también mencionarse el dolor cicatricial en el transcurso de la fase tardía de curación, por ejemplo, durante el espesamiento del derrame pleural tras un cáncer de pleura, o bien el espesamiento de las ascitis, que constituye la fase de curación de un cáncer del peritoneo.
Lo terrible es que en la medicina actual todos los pacientes que tienen cáncer y dolores, aunque sean ligeros, reciben inmediatamente morfina o derivados de la morfina. Incluso una sola inyección puede resultar mortal, puesto que modifica aterradoramente la oscilación global del cerebro y desmoraliza al paciente por completo. A partir de ese momento también queda paralizado el intestino y no puede ya elaborar y asimilar los alimentos. El paciente desarrolla abulimia y no se da cuenta de que está a punto de que le maten cuando se encontraba ya en la fase de curación, y que tan solo con que se dejara a la naturaleza seguir su curso recuperaría la salud en el espacio de algunas semanas.
Decirle a un preso que se le va a ejecutar en dos semanas despierta una gran oleada de compasión, aunque sea uno de los peores criminales. Pero si se le dice a un paciente que se le va a ejecutar a través de inyecciones de morfina y que durará quince días, seguro que prefiere soportar los dolores antes que dejarse matar.
Cuando los pacientes consideran de forma retrospectiva el tiempo relativamente corto que han durado los dolores, agradecen que se les haya evitado la muerte por morfina, a la cual habrían sucumbido con toda seguridad en su fase de curación, al cabo de dos o tres semanas de recibir morfina, Fortral, Valoron o Temgesic.
¿Pero es que acaso los médicos no saben esto?, se preguntan incrédulos. ¡Claro que lo saben los médicos! Se acorazan tras el punto de vista, dogmático y confortable, de que el dolor es el principio del fin y de que, de todas maneras, ya no se puede hacer nada. Empecemos pues por abreviar el proceso. La curación natural del cáncer queda simplemente ignorada por razones dogmáticas a fin de que el cáncer continúe siendo... una enfermedad de la que se muere obligatoriamente y a través de la cual el paciente continúa siendo manipulable.
¿Cómo resumiría lo esencial de la Nueva Medicina, lo más importante, su eje central?
La Nueva Medicina representa un giro total de la medicina de hipótesis practicada hasta ahora. A la medicina de escolares le hacen falta entre quinientas y mil hipótesis y algunos millares de hipótesis suplementarias para que, a excepción de un batiburrillo de hechos disparatados, no sepa nada en absoluto, y no haga más que trabajar basándose en estadísticas.
Por primera vez en el conjunto de la medicina, la Nueva Medicina sabe en función de qué leyes biológicas se desarrollan todas las enfermedades. Y sabe que en el fondo no son enfermedades reales sino que estas fases de conflicto activo son necesarias, que están ahí para ayudar a resolver un conflicto que teníamos en el marco de la naturaleza y que, en el fondo, el conflicto es para nosotros algo bueno. Es la primera vez que nos es posible tener realmente una visión sinóptica, en conjunto, de nuestras enfermedades. A nivel psíquico, en el plano cerebral y en el plano orgánico, en función de las cuatro leyes biológicas. Y por primera vez en mucho tiempo, la medicina vuelve a ser un arte, un arte para el médico que tenga buen sentido y manos cálidas. No se puede ya detener a la Nueva Medicina. Ni tampoco la nueva manera de pensar que emerge de ella, el fin de la peor forma de esclavitud existente: la total alienación de sí mismo.
El miedo resultante de la pérdida de confianza natural en nosotros mismos y en nuestro cuerpo; el abandono de la escucha instintiva de nuestro organismo, van perdiendo pie y empiezan a tambalearse. Y, comprendiendo las relaciones de causa y efecto entre el psiquismo y el cuerpo, el paciente capta también el mecanismo del miedo, el pánico irracional desencadenado por el pronóstico de los peligros -supuestamente inevitables-, que a partir de ahora sólo son inevitables y mortales en la medida que el paciente se lo crea y tenga miedo.
Se acaba también el inmenso poder de los médicos, engendrado por el miedo del pretendido mecanismo autodestructor del cáncer, por el temor del supuesto crecimiento incontrolado de las metástasis que consumen la vida, etc. La responsabilidad que los médicos nunca han asumido ni han podido asumir, tendrán que restituirla ahora a los propios pacientes. Esta Nueva Medicina sólo puede significar la auténtica libertad para aquel que la ha comprendido realmente.
Para finalizar, doctor Hamer, ¿puede explicarnos qué significa el título original de su libro Vermächtnis einer neuer Medizin, es decir Legado de una Nueva Medicina?
Considero que el descubrimiento de la Nueva Medicina es el legado de mi hijo Dirk, cuya muerte originó mi cáncer testicular. Yo administro este legado para transmitirlo fiel y concienzudamente a todos los pacientes, de forma que con ayuda de esta Nueva Medicina queden capacitados para comprender su enfermedad y que, habiéndola comprendido, la puedan vencer recobrando así la salud.
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